Los bosques más bonitos de Madrid

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¿Hartos de pasar la mañana en un atasco? ¿Cansados de imitar a una sardina enlatada en el vagón del metro? Madrid aprieta y, a veces, también ahoga. Pero a pocos kilómetros de la gran capital todavía resisten algunos oasis naturales ideales para respirar y olvidarse del claxon y la polución, aunque sea tan solo durante horas.  

Sí, Madrid no es solo la Gran Vía, Malasaña y el Bernabéu: hay vida más allá de la capital, aunque es otro tipo de vida, más apacible y menos urgente. Ahora que es ya primavera, va siendo hora de reencontrarnos con los espacios naturales olvidados de la región. La Comunidad de Madrid cuenta con bosques encantadores (y encantados) en los que perderse solo o acompañado. Aquí os presentamos una lista de siete de los bosques más bonitos de Madrid.  

7 bosques para visitar en Madrid

Abedular de Canencia 

Abedular de Canencia 

¿Pensabas que para ver un abeto Douglas tenías que irte hasta Twin Peaks? Pues no. En el Abedular de Canencia también existe esta especie, entre otras muchas. Situado en el Puerto de Canencia a poco más de 1500 metros de altura en uno de los pasos por los que se llega a la Sierra Norte de Madrid, el Abedular es una de las alternativas naturales más refrescantes de esta zona de la Comunidad. Y la mejor forma de disfrutarlo es a través de la senda de 12 kilómetros de recorrido mezclándonos con abedules, tejos y encantadores riachuelos. 

Hayedo de Montejo 

Hayedo de Montejo 

Es uno de los bosques más populares de Madrid por la belleza evocadora de sus rincones. Se trata de un Espacio Natural Protegido perteneciente al municipio de Montejo de la Sierra situado a unos 50 kilómetros al norte de Madrid. El único problema para los que nos gusta ir a nuestro aire es que las visitas son guiadas y es necesario reservar, pero todo sea para proteger uno de los oasis naturales más fascinantes de la Comunidad de Madrid.  

Bosque finlandés en Rascafría 

Bosque finlandés

Al noreste de la Comunidad, encontramos otro de sus rincones más singulares. Tras cruzar el Puente del Perdón sobre el Lozoya con el Monasterio de Santa María del Paular en lontananza, llegamos a los límites de este misterioso bosque que cuenta con una cabaña, un muelle y un lago que invierno se hiela dejándonos estampas tan sorprendentes como la que ilustra este texto. Aunque la nieve es la mejor compañera de este bosque, sobre todo si buscamos fotos curiosas, en la primavera también lucen con esplendor sus abetos.  

Dehesa de la Hiruela 

La Hiruela

Haciendo frontera con Guadalajara tenemos otro de los espacios naturales más ricos de Madrid. La Dehesa de la Hiruela forma parte de la Sierra del Rincón, desde 2005 dentro de la red mundial de Reservas de la Biosfera. A los que venimos del norte, este espacio natural nos fascina por su compleja gama de verdes que muchos creíamos patrimonio exclusivo de otras zonas de la Península. Pues no: a pocos kilómetros de la capital podemos disfrutar de avellanos, enebros y abedules en un entorno apacible como pocos. 

Valle de Lozoya 

Valle de Lozoya

Alberga el habitante más longevo de la Comunidad de Madrid: su tejo milenario tiene entre 1.500 y 2.000 años. Pero además de visitar este insigne árbol, el Valle de Lozoya cuenta con numerosos rincones naturales ideales para pasar una tarde de fin de semana alejados del ruido capitalino. Para los aficionados a las sendas y/o la bicicleta de montaña, el Valle ofrece varias rutas fantásticas, sobre todo cuando llega la primavera.  

Bosque de la Herrería 

Bosque de la Herrería

Es uno de los bosques más frecuentados de la Comunidad de Madrid por su privilegiado enclave en los límites de San Lorenzo del Escorial. El hito de la zona es la silla de Felipe II, un banco de piedra desde el que, se dice, el rey Felipe II supervisaba el avance de las obras de su gran palacio. Hoy, nosotros podemos supervisar las obras terminadas de este fantástico edificio y del encantador paraje que lo rodea.  

Castañar de El Tiemblo 

Castañar El Tiemblo
Fuente: Flickr/Pablo Cabezos CC BY 2.0

Ya en Ávila, no podemos resistirnos a incluir en esta lista el bosque de El Tiemblo, a poco más de una hora de Madrid. Aunque el otoño es la fase del año que más visitantes atrae, el Castañar también es delicioso en primavera. Al igual que el Hayedo de Montejo, y debido al creciente número de visitantes, se cobra una tarifa por acceder al bosque, al menos en otoño… Otra razón más para disfrutar de este maravilloso entorno natural en otra época del año.  

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