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El presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, ha señalado que se valoró al marcar el plan de vacunaciones en su región incluir a algunos gestores políticos en contacto con el virus, pero que se descartó la idea. En una entrevista al programa de Ana Rosa de Mediaset, el presidente del ejecutivo regional ha señalado que "en España casi tienes que pedir perdón por dedicarte a la política y por eso nosotros seremos los últimos aunque nos tocara antes". García Page ha aclarado que "no quiero estigmatizar a quienes se han puesto la vacuna porque va a llegar a todo el mundo, no es un drama". "No estoy para perder mucho tiempo en eso. Creo que la gente que se lo ha puesto está al frente del aparato sanitario". Aunque en todo caso ha reiterado que no está defendiéndolo, simplemente "hay que ponerse en la piel de cada uno". García-Page ha señalado respecto a la gestión nacional y regional de la crisis sanitaria, que "a estas alturas, tras 10 meses de pandemia, nadie resiste la hemeroteca", pero ha seguido defendiendo que las decisiones las ha de tomar cada uno "dentro de sus competencias". Sin embargo, en cuanto a un posible confinamiento domiciliario, el presidente regional ha matizado que se tendría que adoptar de forma "global". Para justificarlo, ha recordado que en Castilla-La Mancha hay 250.000 personas que a diario cruzan a Madrid a trabajar, por lo que no tendría sentido hacer un cierre total en Toledo, por ejemplo. "Es más importante mandar a la gente un mensaje único, claro y contundente que estar volviendo a la gente esquizofrénica", ha señalado García-Page. -Redacción-