Cómo se pueden ayudar a gatos y perros abandonados sin adoptar
Los perros sin hogar poseen tantas, sino más, necesidades que aquellos que tienen una casa.

Zaragoza-
La adopción de un animal de compañía es una decisión importante que no se ha de tomar a la ligera. Se trata de un compromiso de por vida, lo que se traduce en una cantidad de tiempo y dinero que no todo el mundo puede dedicar a un nuevo amigo de cuatro patas. Sin embargo, son muchos los que aún así quieren apoyar a estos animalitos sin hogar. Según datos de la Fundación Affinity en su informe El nunca lo haría 2025, en España se recogieron más de 292.000 perros y gatos abandonados en 2024, la cifra más alta desde el año 2020. Es decir, toda ayuda es necesaria.
Afortunadamente para los animales, la Península está trufada de personas deseosas de darles una segunda oportunidad. Muchas de ellas organizadas en asociaciones dedicadas a rescatar y cuidar a perros y gatos que no tienen hogar. Una misión tremendamente costosa, lo que implica que toda ayuda siempre va a ser bienvenida. Estas son las maneras de cooperar sin la necesidad de adoptar un perro o un gato para nuestro hogar.
Donativos económicos
Mantener a un animal es caro. Tanto perros como gatos poseen varias necesidades básicas que deben ser atendidas independientemente de donde se encuentren, lo que se traduce en dinero. Así, las protectoras deben alimentar a aquellos animales rescatados, proveerles de espacio suficiente para que puedan correr y ofrecerles un cuidado médico ante posibles enfermedades. Es por ello que todas las asociaciones dedicadas al cuidado de animales precisan de donativos para poder ser sostenibles.
Las maneras de ayudar económicamente son muchas y variadas, por lo que lo recomendable es dirigirse a la protectora más cercana para ver las opciones que plantean. Todas ellas aceptan donativos, los cuales en su gran mayoría se pueden desgravar en la declaración de la renta al ser consideradas asociaciones declaradas de utilidad pública. No obstante, la mayoría de protectoras ofrecen además otras fórmulas para poder aportar monetariamente como hacerse socio, apadrinar a un animal o comprar camisetas u otros productos.
Donar material
El dinero contante y sonante no es lo único que se necesita en una protectora de animales. Muchas de ellas también aceptan donativos de material que quizá tengas por casa y ya no le des ningún uso. Mantas, toallas, comida para mascotas, medicamento veterinario, collares… Al fin y al cabo, gran parte de las donaciones que se reciben van destinadas a estos gastos. Evidentemente, no es necesario señalar que todo el material donado debe estar en buenas condiciones, aunque por norma general será la asociación la que valore esto.
Voluntariado
El tiempo es dinero, por lo que igual de importante que donar una cantidad económica es ofrecer un par de manos dispuestas a ayudar. No en vano, son muchas las tareas a realizar dentro de una protectora. Muchas de ellas relacionadas directamente con los perros y gatos (paseos, juegos, alimentación, cuidados…), pero también hay otras misiones de carácter organizativo o logístico que son igual de importantes. Por ello, una vez tomada la decisión de involucrarnos en el rescate y cuidado de animales, el siguiente paso es preguntar a una de las muchas asociaciones que se dedican a ello para conocer cuáles son sus necesidades y saber en qué rol podemos encajar mejor.
Aunque el voluntariado se realice pro bono, requiere de un compromiso férreo como si fuese un trabajo. Los animales poseen necesidades que han de ser satisfechas y dependen de los voluntarios para ellos. Además no todas las tareas son aptas para todo el mundo, ya que algunos perros o gatos pueden precisar de un trato especial debido a su estado emocional o traumas arrastrados. Por ello es importante escuchar a aquellos que llevan más tiempo, así como realizar las formaciones que precise la protectora en todo momento.
Ejercer de casa de acogida
El espacio es otro de los grandes problemas ante los que se encuentran las protectoras de animales y demás asociaciones dedicadas al rescate de animales. Para paliar la sobresaturación de sus instalaciones se creó la figura de la familia de acogida, que son aquellos que acogen a animales de manera indefinida hasta que encuentren un hogar definitivo. Es decir, en ocasiones pueden ser días o semanas, pero en muchas otras se puede alargar durante meses e, incluso, años.
No obstante, ser casa de acogida de un animal no es solo una mera cuestión espacial. Tanto perros como gatos son animales domésticos, lo que implica que poseen ciertas necesidades emocionales que solo pueden ser satisfechas al sentirse parte de un hogar. Aunque el titular formal del animal es la asociación, durante el tiempo que dure la acogida el bichillo debe recibir el trato que se le daría a cualquier mascota, con un acento especial en la socialización, tanto con otros animales como con humanos. Algo que marca la diferencia en la recuperación del animal para la sociedad.
Los requisitos para ser casa de acogida pueden variar de una asociación a otra. No obstante la mayoría de ellos van a requerir el ser un hogar estable y cuyos integrantes dispongan del tiempo necesario para atender al animal. Como contraprestación, los miembros de dicha casa tendrán las ventajas que supone convivir con un animal, además de que muchas protectoras se encargan de todos los gastos de alimentación o médicos.

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