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¡Qué pena de duelo!

Un enfrentamiento de tú a tú entre Hamilton y Alonso provocaría un Mundial grandioso

VÍCTOR SEARA

Si quitaran a los Ferrari y a los McLaren, Fernando Alonso sería siempre el mejor de los coches clase 'B'. Los protagonistas que viajan en bólidos superiores los aprovecharon esta vez y llegaron por delante de Alonso, excepción hecha de Kovalainen, que ya había perdido su batalla antes de abandonar por un problema de motor.

Por eso, la efectividad de Alonso ha sido del cien por cien. Es más, el acoso momentáneo a Massa y el duelo a distancia con Raikkonen en los últimos compases fueron una muestra de que en carrera empuja como nadie. Hubiese sido memorable haber podido ver este año a Hamilton y a Alonso con los mismos monoplazas, pero ya se supo en 2007 que eso no era del agrado de McLaren. Y el asturiano decidió exiliarse en Renault, huyendo de los manejos ocultos del equipo de Ron Dennis.

Ayer, tuvo un par de momentos estelares. El primero fue en la primera vuelta, cuando se desembarazó de Kovalainen en una maniobra magistral, saliendo con mucha más velocidad de la última curva antes de la recta mas larga del circuito, y poniéndose a la par del McLaren durante todo ese recorrido de más de un kilómetro. El asturiano le ganó la partida en un momento clave y marcó el resto de la carrera de ambos contendientes. Para Alonso fue la forma mas clara de asegurarse en cuarto puesto, aunque podría haber sido algo más. El otro momento importante para el español fue la parte final de carrera, cuando comenzó a tener contacto visual con Raikkonen, que marchaba delante de él, después de haber sido superado por Massa.

El español, ídolo en china

Autógrafos a mansalva

Los seguidores de Fernando Alonso se cuentan por miles y miles en China. Muchos de ellos se colaron en el paddock y no paraban de sacarse fotos una y otra vez con el asturiano, que se encontraba con gente del lugar. En las gradas, la cantidad de banderas de Asturias fue increíble y los mensajes de apoyo, innumerables. Al caer la tarde, y cuando Alonso hablaba con los periodistas españoles después de la carrera, en la entrada del hospitality de Renault, el grupo que se fue formando detrás de los enviados, era cada vez mayor. Al irse, no paró de firmar autógrafos por un buen rato.

Una familia peculiar

El abrazo de Lewis

Su madre biológica, su madre adoptiva y su hermano de sangre estaban apostados en la valla que los separaba de los monoplazas de los tres primeros. Cuando Hamilton llegó al lugar donde aparcó su McLaren, les saludó desde el coche y al bajarse, el británico se fundió en un abrazo conmovedor con los tres. Había hecho una carrera impecable y tanto él como ellos, sabían que el título estaba, ahora sí, muy cerca. No es un caso análogo a 2007, cuando llegó sólo dos puntos por delante de Alonso a la última cita. Esta vez viaja a Brasil con nada menos que con siete puntos de renta y, sobre todo, con la sensación de que sólo una catástrofe puede privarle de convertirse en el piloto mas joven de la historia de la F1 en conseguir un título, récord que le quitará al propio Alonso. Dentro de dos domingos en Sao Paulo tendrá la mejor oportunidad para coronarse, con solo sumar unos pocos puntos. Pero cuidado que Massa está a siete. Los mismos puntos que llevaba a Raikkonen hace un año, también en Brasil. Ahora, eso sí, tienes menos enemigos.

Massa, apagado

Una carrera gris

No se le rompió ningún motor como en Hungría ni tuvo problemas con la manguera como en Singapur, pero a Massa le faltó ese fuego sagrado de los campeones, tanto en la primera curva como en el resto de la carrera.

El juego de Ferrari

¿Recuerda Austria 2002?

'¿En qué se diferenció lo ocurrido aquí con lo que sucedió en Austria 2002?', preguntó un periodista británico a Stefano Domenicali, jefe de Ferrari, que no supo bien como salir del apuro. Hace seis años, Rubens Barrichello, en uno de los momentos más bochornosos de la historia de la F1, se vio obligado a dejar pasar a Michael Schumacher y cederle la victoria. En aquellos momentos, el Kaiser no necesitaba ninguna ayuda ni estaba peleando el campeonato con nadie. Pero en China, las necesidades de Felipe Massa eran enormes, y poco a poco, Kimi Raikkonen fue perdiendo terreno hasta que el brasileño le rebasó, poniéndose segundo detrás de Hamilton y perdiendo solo los puntos. Salvó algunos muebles, pero el debate se abrió en el paddock.

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