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"El debate no tiene que ver con el nacionalismo"

Testimonios andaluces en contra de las fiestas taurinas

L.D. POZO / O. CARBALLAR

'La identidad moral catalana rechaza las corridas de toros no contra la identidad española sino como un paso más en la lógica línea evolutiva del pueblo catalán que siempre ha defendido los animales'. Con estas palabras, la antropóloga María de las Mercedes Cano, miembro del Colectivo Andaluz Contra el Maltrato Animal, quiso dejar claro ante el Parlament de Catalunya que la abolición de las corridas de toros en Catalunya no es una cuestión ni de independentismo ni de antiespañolismo.

En los mismos términos se pronunció el malagueño Antonio Vicente Moreno, presidente del Colectivo Contra el Maltrato Animal: 'A Andalucía llegó que los catalanes eran independentistas y que por eso querían prohibir los toros, pero yo les puedo mostrar 11 manifestaciones en Andalucía en contra de los toros. ¿Creen que los andaluces somos separatistas? ¿O que lo son las Islas Canarias, que tienen abolidas las corridas?'. 'Yo soy andaluz y no soy nada separatista. Por tanto, es una falacia ver detrás de la prohibición de los toros una cuestión independentista', añadió. Su familia, profundamente aficionada, le llama defensor de las causas perdidas. Él, orgulloso, dijo: 'Por algo hay que empezar'.

'El rechazo es un paso lógico en la evolución del pueblo catalán'

El caso de Moreno es paradigmático. Estuvo en la barrera desde que era un bebé. Su padre, un admirador de Antonio Ordóñez, se sentía orgulloso de que su niño supiera todos los pases de muleta y reconociera al toro con sólo mirarle la cornamenta. Estuvo incluso presente en dos de las películas que Manuel Benítez El Cordobés rodó en los años 60 en la Malagueta.

Fue allí, en la plaza de toros de Málaga, donde, a los 35 años, Antonio se dio cuenta de que el animal sufría: 'Lo vi salir de detrás de la muleta todo lleno de sangre; ahí comprobé de verdad la realidad del toro, oculta por la parafernalia de la tauromaquia', explicó. Desde entonces no ha vuelto a las cercanías de una plaza más que para protestar.

'Si mi padre me llevaba a los toros, tenía que ser bueno. Eso pensaba yo, de chico', expresó, para criticar que el hábito de ir a los toros, en su caso y en el de tantos otros aficionados o ex aficionados, ha sido impuesto lentamente. 'A mí me enseñaron que el Real Madrid tenía que ganar la Liga por narices y que me tenían que gustar los toros', dijo.

'La afición está bajando en toda España', dijo un aficionado andaluz

Moreno también aseguró que la afición a la fiesta está bajando en toda España. 'En las ferias de Sevilla o de Málaga se cuelga el no hay billetes como mucho en una corrida, cuando hace pocos años la plaza se llenaba muchas tardes', apuntó.

Francesc Pané, portavoz del grupo parlamentario ICV-EUiA, recordó también que 'el debate de los toros no es una cuestión de catalanidad o españolidad sino una cuestión de ética social y de moral de la persona'.

Rafael Luna, representante del PP en esta comisión, reivindicó su postura taurina: 'Soy aficionado a los toros y cada día me estoy volviendo más militante', dijo. Luna ya había recordado que el president de la Generalitat Companys asistió a más de una corrida. La psicóloga Marilén Barceló, vicepresidenta de la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya, apeló a sus orígenes: 'Soy catalana, me siento muy catalana y soy taurina'.

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