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Los liberales permiten a Clegg negociar con los tories

El grupo parlamentario acepta que prosigan las negociaciones a pesar de su escepticismo hacia los conservadores

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Nick Clegg pasó la primera prueba en las negociaciones para la formación del Gobierno británico, la que tenía pendiente en su propio partido.

Tanto el grupo parlamentario como la dirección de los liberales demócratas aprobaron la decisión de Clegg de iniciar contactos con los conservadores. No hubo resistencias a los planes del líder, al menos que trascendieran, por lo que el proceso sigue su curso.

Los liberales han dado a Clegg un generoso margen de confianza. Saben en cualquier caso que una coalición con los tories deberá pasar por el filtro de las normas aprobadas en 1998 para garantizar la independencia del partido.

Es lo que llaman la “triple cerradura”. Si un acuerdo de coalición no recibe el 75% de los votos del grupo parlamentario, deberá convocarse un congreso extraordinario. Si en ese congreso, la propuesta no alcanza las dos terceras partes de los votos, se deberá someter a una votación en la que participen todos los militantes.

Por tanto, Clegg debe superar muchas reticencias, ya evidentes en las declaraciones de sus dirigentes ante la escasa oferta hecha por David Cameron el viernes en relación al tema que más les preocupa.

Decepcionados con los resultados y enfurecidos con un sistema electoral que les ha condenado siempre a la irrelevancia, los LibDem no van a aceptar otra cosa que un cambio de las reglas del juego.

Un millar de personas piden la reforma electoral ante la sede liberal

Con esa misma intención, un millar de personas se presentó ayer ante la sede de los liberales cuando se estaba celebrando la reunión. Clegg aceptó salir al exterior y, con un megáfono, se comprometió a seguir trabajando por ello: “Reformar la política es una de las razones por las que entré en política. En cada uno de los días de esta campaña, he pedido una política más abierta y transparente”.

Clegg habló por la mañana por teléfono con Gordon Brown, lo que dio lugar a algunas horas de confusión. La BBC contó que había sido una conversación fría y no muy agradable, pero la información fue desmentida con rapidez desde ambos lados. La cadena enterró discretamente la noticia durante el resto del día.

Las delegaciones tories y liberales celebrarán hoy una segunda reunión. No se esperan grandes anuncios ni hay muchas posibilidades de que haya algún tipo de pacto el lunes. Los conservadores habían hecho saber que sería bueno ofrecer un acuerdo ese día cuando se abran los mercados financieros, pero no parece que eso sea posible.

Para empezar, Cameron tiene que poner orden en su propia casa. Mañana por la tarde, convocará por primera vez a su grupo parlamentario, donde muchos diputados se muestran muy poco interesados en una coalición con los liberales.

Y a la cabeza de ellos se ha puesto Norman Tebbit, que fue ministro con Margaret Thatcher y que representa a las tendencias más reaccionarias del partido.

Las delegaciones de ambos partidos volverán a reunirse hoy

En un artículo, Tebbit afirma que los conservadores perderán las próximas elecciones si pactan con los liberales. Prácticamente, da por cancelada una legislatura que ni siquiera ha comenzado y dice que habrá que esperar a una próxima cita en las urnas para acabar con “la enfermedad del Nuevo Laborismo”.

El sector ultra del partido cree que los liberales son sólo un caballo de Troya en el que se colará la odiada Unión Europea.

Si Clegg y Cameron no consiguen controlar a sus bases, llegará el momento de los laboristas. El primer ministro escocés, Alex Salmond, propuso ayer una coalición de todos los partidos, menos los tories.

Laboristas, liberales, y nacionalistas escoceses y galeses pueden llegar a 330 escaños, justo por encima de la mayoría absoluta. Lo malo es que esta suma puede ser tachada de “coalición de los perdedores” por el descenso de votos de laboristas y liberales.

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