Público
Público

Crisis de las cajas de ahorros Rajoy se rinde y pide a la UE el rescate a la banca

El Gobierno solicita la ayuda de hasta 100.000 millones a sus socios europeos. Guindos evita en todo momento hablar de "rescate" y recalca que no se imponen ajustes a España, pero el Eurogrupo precisa que sí limitará la soberanía fiscal y que el FMI sí vigilará de cerca la ayuda

El ministro de Economía, Luis de Guindos. EFE

JUANMA ROMERO

El Gobierno de Mariano Rajoy tuvo que rendirse a la evidencia. Pedir ya, sin más dilación, el rescate a la banca española que tanto le pedían sus socios y la razón única por la que se convocó de urgencia la reunión del Eurogrupo de esta tarde. "El Gobierno español declara su intención de solicitar financiación europea para la recapitalización de los bancos españoles que la necesiten". Era la frase clave, la aceptación de España de la intervención extranjera. La sentencia definitiva que aparecía en el comunicado leído esta tarde por el ministro de Economía y Competitividad y que ha servido  de prólogo a una rueda de prensa de poco más de media hora. 

España ha acordado con sus socios europeos una inyección a la banca histórica, de hasta 100.000 millones de euros, según la cifra comunicada oficialmente por el Eurogrupo y que Luis de Guindos se ha resistido a citar en toda la comparecencia, "por cortesía". Ese dinero será "suficiente" para sanear la tambaleante banca española, ya que el "margen de seguridad" previsto es muy amplio. Es una cantidad "que no puede ser cuestionada por nadie", ha afirmado el titular de Economía, y que permitirá devolver la tranquilidad al sistema financiero, ahuyentar a los especuladores y volver a hacer fluir el crédito a pymes y ciudadanos. Servirá, por tanto, para "disipar todo tipo de dudas sobre el sistema bancario español", y "favorecerá la economía española y la recuperación económica", se ha encargado de vender De Guindos. "Este anuncio es bueno para la economía española y bueno para la zona euro".

Tal fue la venta del acuerdo que el ministro se ha resistido en todo momento a utilizar la palabra empleada por la prensa nacional e internacional: el rescate. El Gobierno ha martilleado que se trata simplemente de un "préstamo" que se hace a España y que se canaliza a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Un préstamo que se recibe "en condiciones extremadamente favorables, más que las de mercado", aunque no especificó cuáles, ni cuál será el tipo de interés exigido. A partir de ahí, el FROB inyectará el dinero sólo a las entidades que lo necesiten. Hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmaba en su informe adelantado de madrugada que las necesidades de capitalización de las entidades españolas ascendía a unos 40.000 millones de euros. "No tiene que ver con un rescate en absoluto, no hay el más mínimo rescate", ha enfatizado De Guindos. Contradicciones con el comunicado del Eurogrupo

Cierto es que no es una asistencia internacional como la que la UE y el FMI prestaron a Grecia, Irlanda y Portugal. Es un rescate suave, como se ha venido en denominar en los últimos días, que no conlleva más contraprestación que la aceleración de la reforma del sistema bancario. Eso ha recalcado una y otra vez De Guindos, que la condicionalidad de la asistencia "sólo será específica para el sistema financiero", y por tanto no comportará más ajustes macroeconómicos ni planes de austeridad adicionales. "Las únicas condiciones se impondrán a los bancos. Es lo único que existe y que hay". Guindos no dejaba de recalcar que no había de qué alarmarse: "Lo que se hace es pedir un préstamo para tener unas entidades financieras más solventes y que estén en disposición de dar más crédito. Esa es la razón ultima. No hay otra razón. Es extremadamente difícil que haya recuperación económica si existen dudas del nivel de capital, y de solvencia de las entidades. Si no, no estarán en disposición de dar crédito a familias y empresa. No estamos haciendo un favor a nadie. Las condiciones se les imponen a los bancos, no a la sociedad española, no en el ámbito fiscal, ni macroeconómico, ni supondrá ajustes estructurales".

Pero el comunicado del Eurogrupo desmintió al ministro. Rotundamente. España sí que perderá soberanía. "El Eurogrupo confía que España cumplirá con sus compromisos de reducción del déficit y con las reformas estructurales, con vistas a corregir los desajustes macroeconómicos. Los progresos en estas áreas será revisados de cerca y regularmente en paralelo con la ayuda financiera". En suma, que Europa vigilará estrechamente qué hace el Gobierno. El ministro también ha minimizado el papel del FMI. Es sólo de "asesoramiento y apoyo", ha sostenido. No es así: "Invitamos al FMI a apoyar la implanción [de la asistencia] y la vigilancia de la ayuda bancaria con informes regulares". El Fondo no sólo asistirá, pues, sino que monitorizará el rescate. Y tercera precisión del Eurogrupo: el Ejecutivo es "totalmente el responsable" del dinero que reciba, no las entidades. 

La ayuda conllevará que aumente el nivel de la deuda española y los intereses pagados computarán como gasto a efectos de déficit. El Ejecutivo no parece preocupado por ello, porque está "convencido" de que los mercados relajarán su acoso a España. 

La prensa no podía obviar un asunto capital: quien comparecía, quien daba la cara por el Ejecutivo, era el ministro de Economía. No el presidente. ¿Por qué no salió Rajoy? "Por una cuestión muy simple, yo soy el miembro del Eurogrupo y no el presidente del Gobierno", ha comentado displicente. Luego ha añadido que el papel de Rajoy ha sido "fundamental" en las negociaciones: "Sin la ayuda del presidente del Gobierno, yo creo que hoy no se habría llegado a ningún tipo de acuerdo como el que tenemos encima de la mesa". 

Lo que no ha contestado De Guindos pero sí ha dejado clarísimo la Moncloa es que el presidente no alterará sus planes: viajará a Gdansk (Polonia) para ver el primer partido de la selección en la Eurocopa 2012. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Economía