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Chile refuerza la búsqueda de víctimas del seísmo

Reuters

Los equipos de rescate trabajaban el miércoles con perros en las ciudades y pueblos de Chile asolados por el seísmo del pasado fin de semana, algunos con la esperanza de encontrar supervivientes y otros con la desalentadora tarea de recuperar cuerpos enterrados bajo montañas de escombros.

Cuatro días después de que el terremoto de 8,8 sacudiera la zona central y sur de Chile, causando casi 800 muertos, policías y soldados lograron contener los saqueos y la violencia que sumió en el caos a la ciudad de Concepción, 115 kilómetros al sudeste del epicentro.

El toque de queda de 18 horas seguía en vigor en varias ciudades y pueblos en los que unos 7.000 soldados patrullan las calles para mantener el orden y asegurar la distribución apropiada de agua y alimentos.

Con la ayuda llegando ahora a la población de una manera más organizada, los equipos reforzaron la búsqueda en ciudades desde Concepción hasta Constitución, en el norte, para encontrar a los supervivientes atrapados bajo los escombros.

Hasta el momento se ha confirmado la muerte de 795 personas, ya sea por la acción de uno de los terremotos más potentes que se ha registrado en un siglo o por el tsunami que éste desencadenó frente a la costa chilena.

La cifra posiblemente aumentará, pues algunas informaciones indican que la cifra de desaparecidos llega hasta 500 sólo en Constitución. La ciudad, con una población de casi 40.000 habitantes, concentra casi la mitad del número oficial de fallecidos.

Las autoridades advirtieron de que muchos de los desaparecidos podrían haber huido en busca de seguridad y no han podido comunicarse con sus familiares por el daño que sufrieron las líneas telefónicas.

Oficialmente, el Gobierno indica que los desaparecidos son 19, basado en casos específicos que han sido comunicados a la policía. Pero las autoridades reconocen que la cifra podría ser mucho mayor.

Con los saqueos en gran parte bajo control, las autoridades enviaron grupos con perros entrenados para buscar a los muertos, para comenzar la tarea de sacar cuerpos de los escombros.

QUEJAS POR LA FALTA DE AVISO

Muchos chilenos se quejan de que se podrían haber evitado decenas de muertes si el Gobierno hubiera respondido contundentemente al seísmo, que desencadenó un poderoso tsunami pocas horas después que dejó gran cantidad de muertos en la costa.

El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ha reconocido que las tareas de rescate han sido lentas, en parte debido a las rutas cortadas, puentes caídos y cortes de energía. Pero las autoridades también calcularon mal la extensión del daño, declinando inicialmente las ofertas de ayuda internacional.

Durante una breve visita, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, entregó 20 teléfonos satelitales para ayudar en las tareas de asistencia y prometió más ayuda. Bachelet también hizo un llamamiento a otros países, pidiendo plantas de desalinización y generadores de energía.

El desastre golpeó a Chile, el principal productor de cobre del mundo y la economía más estable de América Latina, cuando trataba de recuperarse de una recesión causada por la crisis financiera global.

Algunos analistas estiman que el daño podría costar a Chile hasta 30.000 millones de dólares, o cerca de un 15 por ciento de su Producto Interior Bruto. Pero Bachelet enfatizó que aún es demasiado pronto para cuantificar el daño cuando los esfuerzos siguen centrados en las labores de ayuda.

El desastre representa un enorme desafío para el empresario Sebastián Piñera, que asumirá la presidencia de Chile el 11 de marzo.

Piñera hizo campaña ofreciendo aumentar el crecimiento económico a un promedio de un seis por ciento anual y a crear millones de nuevos empleos. El mandatario electo declaró que el seísmo no ha alterado sus objetivos económicos.

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