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Draghi descarta una gran intervención del BCE en los mercados

El presidente traslada la responsabilidad a la cumbre de la UE y se niega a frenar la especulación con una 'trampa legal'

DANIEL BASTEIRO

El BCE no está dispuesto a interpretar de manera flexible sus competencias para frenar en seco la especulación  como le exigen un buen número de países y la mayoría de economistas. Su presidente, Mario Draghi, anunció este jueves una rebaja de tipos de interés de un cuarto de punto, hasta el 1%, y nuevas líneas de liquidez a medio plazo. Ambas medidas eran esperadas, por lo que la atención se centraba en su predisposición a usar los recursos de la institución monetaria para apoyar al euro.

'No debemos sortear el espíritu del tratado', aseguró Draghi en relación al mandato principal del banco, que consiste en mantener a raya las subidas de precios. 'No importa cuál sea la trampa legal', advirtió, 'lo que importa es el espíritu del tratado'.

En las últimas semanas diversas informaciones habían apuntado a un papel mayor del BCE contra la especulación, fundamentalmente a través de tres vías: la compra masiva de deuda pública a los bancos, una operación que el BCE ya efectúa a cuentagotas, el préstamo de sus recursos al fondo de rescate de la eurozona o la inyección de dinero en el FMI para que sea Washington quien contribuya más a los rescates. En su comparecencia, Draghi rechazó las tres, a pesar de que hace dos semanas sugirió que una mayor implicación del BCE si los líderes europeos acordaban un gran pacto sobre la disciplina económica.

Según Draghi, el BCE mantendrá su estrategia sin ninguna de las tres opciones. Prestar al FMI directamente o a través de los bancos nacionales del euro sería demasiado 'complejo'. Según el sucesor de Jean-Claude Trichet, prestar al FMI para que apoye a países como 'Indonsesia' sería factible. Sin embargo, 'si el FMI utilizase explicitamente ese dinero para comprar bonos de la eurozona, no sería compatible con el tratado'. Preguntado por el motivo que impide a Fráncfort comportarse como otros bancos centrales y apoyar a los países en dificultades, una tarea que hacen con éxito la Reserva Federal de EEUU o el Banco de Inglaterra, Draghi aseguró que también es una cuestión legal. 'El mandato de la FED es muy distinto al nuestro', lamentó.

En Marsella, los principales líderes de la eurozona advirtieron de la gravedad de la situación y exigieron un acuerdo en la cumbre de este jueves y viernes en Bruselas. La canciller Angela Merkel pidió superar los 'egoísmos nacionales' y conseguir el gran salto adelante en las políticas de austeridad que reivindica junto a Nicolas Sarkozy. Según el presidente francés, si en Bruselas no hay acuerdo, 'no habrá una segunda oportunidad'.

La cumbre, que comenzará con una cena en la que participarán los 27, tratará la colección de medidas para avanzar en la integración económica y la austeridad, entre las que se encuentran un límite constitucional al déficit, sanciones automáticas para los países incumplidores, más poder y autonomía para los países del euro y cumbres mensuales de sus líderes. Además, para facilitar la toma de decisiones, Merkel y Sarkozy exigen que las decisiones sobre el rescate dejen de tomarse por unanimidad y que se abra la puerta a que grupos de países avancen sin sus socios en asuntos como la tasa sobre las transacciones financieras, la armonización del impuesto de sociedades, el mercado laboral o la reducción de las diferencias de competitividad.

La gran incógnita formal reside todavía en la fórmula legal que adoptarán las reformas. Reino Unido amenazó con vetar el texto, que requiere unanimidad, si no recibe 'salvaguardas'. Aunque los cambios legales prevén una coordinación más estrecha de la eurozona sin imponer nuevas obligaciones al resto de socios de la UE, Cameron reclama contraprestaciones para garantizar que la City de Londres se mantenga como centro financiero de la UE.

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