No se consideran los nuevos Roberto Saviano, pero desde que el superjuez Nicola Gratteri y el periodista y experto en crimen organizado Antonio Nicaso, decidieron en 2003 contar la historia de la Ndrangheta calabresa en el libro Hermanos de sangre (Debate), saben lo que es sentir el aliento de la mafia.

En 2006, con la publicación del libro en una pequeña editorial de Calabria 'nadie quería publicarlo', recuerda Nicaso, llegó la amenaza. Lo curioso es que no fue una intimidación violenta, sino que llegó en forma de manifestación en la calle, autorizada, que les exigía no publicar el libro. 'La Ndrangheta es la organización más rica, más globalizada y que mejor infiltrada está en la sociedad. Es lógico que cambien su forma de comunicarse', recuerda Nicasio. También había otra razón de peso: el juez Gratteri, uno de los máximos enemigos de los mafiosos, tiene amenazas de muerte desde hace veinte años. 'Una más hubiera resultado inútil', confirma.

En el libro, una mezcla entre reportaje, ensayo e informe judicial, no pasan de soslayo por ningún tema. Ni la política, 'el punto fuerte de la Ndrangheta, ya que en Italia nunca ha habido una voluntad de combatir a la mafia', hasta el triángulo formado por la organización, la droga y España, a la que consideran 'el vientre blando de Europa' por ser el mayor depósito de cocaína del mundo y también el mayor consumidor europeo. 'El negocio de la Ndrangheta ahora está en la droga. El 60% de su facturación depende de ella', señala Gratteri, quien, aunque asegura no conocer bien el sistema judicial español, sí mantiene que 'en España, los mafiosos viven bastante bien'.

'La Ndrangheta es la organización más rica y más globalizada'

Roberto Saviano manifestó hace algunas semanas la relación entre la banda terrorista ETA y la mafia, y tanto Gratteri como Nicaso lo confirman. 'Hay investigaciones que prueban los contactos', dice el superjuez.

A pesar de las manifestaciones, no se arrepienten del libro. 'En la vida todo tiene un precio y el de Saviano, evidentemente, ha sido muy caro. Pero ha valido la pena porque ha obligado a la gente a tomar conciencia de un mal increíble', apunta Gratteri.