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Toque de atención para Federer y Djokovic y adiós para Sharapova

EFE

El suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic, exponentes al título del último Grand Slam del año y hasta ahora distanciados de las advertencias, padecieron un toque de atención de sus rivales de la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, que despidió a la rusa Maria Sharapova del cuadro femenino, a manos de la estadounidense Melanie Oudin, de diecisiete años.

Federer y Djokovic habían transitado con sosiego por Flushing Meadows. Al margen de los sobresaltos que obligaron a un mayor esfuerzo a otros candidatos. Como el escocés Andy Murray o el español Rafael Nadal y, en menor medida, al argentino Juan Martín del Potro. Nombres ilustres de la competición.

El suizo y el serbio salieron del lío. Menor en el caso del campeón, ante el australiano Lleyton Hewitt, que no dio continuidad a su buen comienzo. Más serio el del balcánico, advertido por un tenista menor.

Dos clásicos del circuito se dieron cita en la sesión matinal del recinto Arthur Ashe Stadium. La mejor raqueta de la historia ante un ex dominador del circuito. Un ex campeón que, a sus veintiocho años, distanciado de sus mejores tiempos busca rememorar tiempos de gloria.

Roger Federer y Lleyton Hewitt acumulan, con esta, veinticuatro citas. La victoria del helvético por 4-6, 6-3, 7-5 y 6-4 es la decimocuarta consecutiva. La última vez que el australiano venció fue en el 2003, en la eliminatoria de Copa Davis entre Suiza y Australia, en Melburne.

No obstante, la consecución del primer set alivió algo las estadísticas de Hewitt, que no arrebataba una manga al número uno del mundo desde el 2007, cuando coincidieron en el Masters Series de Cincinnati.

El tercer enfrentamiento de ambos en el Abierto de Estados Unidos, incluida la final del 2004, que supuso el segundo título en Nueva York del número uno del mundo, tuvo síntomas de advertencia en el inicio. Con su mujer Mirka Vavrinek en el palco por primera vez desde que dio a luz a las gemelas Charlene Riva y Myla Rose, Federer se relajó en cuanto adoptó una renta de 4-2. Del Hewitt que llegó a ser el dominador del circuito en el 2002 queda aún el orgullo. Sobre todo en citas como estas.

Se anotó cuatro juegos seguidos y lanzó el puño al aire. Rabia y felicidad por la ventaja lograda. Suele reaccionar con firmeza el suizo, en cuanto ve el marcador en contra. Lo hizo ante Hewitt, que recuperó provisionalmente el pulso del partido en el tercero. Pero en cuanto Federer hizo break, todo le resultó más fácil. El australiano ya andaba con las fuerzas justas.

Federer, que con su triunfo en la tercera eliminatoria se garantiza salir del último Grand Slam del curso como número uno del mundo.

Peor tuvo el panorama Djokovic. Jesse Witten, un desconocido en el circuito profesional, fijado por la ATP en el puesto 276 del ránking mundial, le puso en entredicho (7-6(2), 6-3, 7-6(2) y 6-4).

El tenista de Florida, de veintiséis años, con aspecto poco cuidado, sobrado de kilos, tuteó al balcánico, aspirante, finalista hace dos años, descentrado por la resistencia del rival y la adversidad de la grada, fiel a su representante.

Uno y otro transitan por polos opuestos. Viven en polos opuestos. La presencia de Witten en el cuadro principal fue una sorpresa. Llegó de la previa y las insospechadas victorias ante el ruso Igor Andreev, en primera ronda y contra el argentino Máximo González en segunda.

Jesse Witten, con un juego alocado y sin dirección, a base de golpes suicidas, se gana la vida en los challengers y futures. Tampoco sobresale aquí, donde cumple su segunda aventura en un Grand Slam después de que la anterior no sobrepasase los límites de la ronda de clasificación.

El serbio espera al checo Radek Stepanek, que ganó al alemán Phillip Kohlschreiber por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-3. También avanzó el ruso Nikolay Davydenko, que abrumó al suizo, de la fase previa, Claudio Chiudinelli, por 6-4, 7-5 y 7-5 y se enfrentará al sueco Robin Soderling, que superó al estadounidense Sam Querrey por 6-2, 7-5, 6-7(6) y 6-1.

El cuadro femenino abrazó la sensación de la sesión. La local Melanie Oudin, de diecisiete años, se ganó la admiración las cerca de 15.000 personas presentes en el Arthur Ashe Stadiun y que respondieron con una gran ovación al memorable triunfo que logró frente a la rusa Maria Sharapova, a la que batió por 3-6, 6-4 y 7-5 para situarse en los octavos de final del último Grand Slam del año.

La estadounidense más joven en alcanzar la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos desde que lo hizo Serena Williams en 1999 sigue escribiendo páginas de ensueño en su carrera. Tras eliminar a la cuarta favorita, la rusa Elena Dementieva y ahora a Sharapova, campeona en el 2006 y ex número uno del mundo, que pretende regresar a las alturas del circuito, la norteamericana de ascendencia francesa se ha convertido en la sensación del torneo.

Mucho contribuyó la rusa, que acabó con veintiuna dobles faltas y 63 errores no forzados. Números de derrota.

De manera impensable Melanie Oudin alcanzó los octavos. Allí se encontrará con la ganadora del choque entre la china Jie Zheng, vigésima primera favorita y la rusa Nadia Petrova, decimotercera.

Mientras, la argentina Gisela Dulko firmó su mejor papel en un Grand Slam tras avanzar a octavos de final. Venció a la kazako Yaroslava Shvedova por 6-3 y 6-4.

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