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Eficacia segura, periodicidad discutida

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¿Cuándo se inventó la mamografía?
La historia de esta prueba se remite a 1913, cuando el cirujano alemán Albert Salomon realizó por primera vez radiografías en mamas extirpadas por presencia de tumores y vio que había cambios radiológicos entre los pechos sanos y los afectados por cáncer. El radiólogo uruguayo Raul Leborgne observó en 1945 que un tercio de los tumores de mama presentaba microcalcificaciones y desarrolló el primer mamógrafo, que permitía mantener el pecho inmóvil durante la prueba de imagen, para que esta tuviera mejor calidad. Se le considera el padre de la mamografía.

¿Cuándo se usó en la detección precoz?
El radiólogo estadounidense Jacob Gershon-Cohen fue pionero en la utilización de las mamografías como método de detección precoz del cáncer de mama. Ante el escepticismo de sus colegas, que no entendían por qué realizar pruebas radiológicas a mujeres sanas, llevó a cabo en los años cincuenta un ensayo clínico con 1.300 participantes, a las que sometió a una mamografía semestral durante cinco años. Gracias a la prueba, detectó 92 tumores benignos y 23 malignos, lo que le convirtió en un entusiasta del método, por cuya implantación en la sanidad pública luchó toda su vida. En 1973, el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU desarrolló un estudio de cuatro años con 270.000 mujeres que demostró que determinados grupos se beneficiaban más que otros de la prueba.

¿Por qué hay detractores de la mamografía?
Algunos profesionales, aunque no sean detractores, sí dudan de la necesidad de su implantación masiva, por tres motivos principales: la radiación a la que se someten las mujeres, la alta tasa de falsos positivos (en torno al 15%) y el sobrediagnóstico, es decir, la cantidad de tumores que se detectan y se tratan pero que, si no se hubiera hecho la prueba de detección precoz, nunca habrían llegado a producir enfermedad. Otro debate se refiere al parámetro denominado coste-eficacia, que analiza si merece la pena el dinero que se gasta en detección precoz (cribado) con mamografías para las vidas que se pueden salvar.

¿Cuáles han sido los trabajos más polémicos?
En 2006, una entidad independiente de revisión de ensayos clínicos, la Biblioteca Cochrane Plus, publicó un metaanálisis, dirigido por Peter Gøtzsche, que concluía que la reducción absoluta de riesgo de cáncer con este tipo de cribado era sólo del 0,05%. Según sus datos, por cada 2.000 mujeres a las que se les recomienda realizarse el cribado durante diez años, en una se prolongará su vida. Además, diez mujeres sanas que no se hubieran diagnosticado si no se hubieran hecho las mamografías se diagnosticarán con cáncer de mama y recibirán tratamiento innecesariamente. Esto llevó al médico danés a concluir que no estaba claro si el cribado tenía más beneficios que daños y a recomendar información a las mujeres que se sometieran a las pruebas. Otro estudio publicado en ‘The New England Journal of Medicine' en 2010 también obtuvo una conclusión polémica: aunque el hecho de que existieran programas de detección precoz estaba asociado con una reducción en las muertes por cáncer de mama, sólo un tercio de esta disminución se podría atribuir a la prueba en sí. El resto se debía a la concienciación de las mujeres para visitar al médico.

¿Cómo se previene el cáncer en España?
Los programas de detección precoz del cáncer de mama en España dependen de cada comunidad. Predomina el modelo en que se ofrece a las mujeres de entre 50 y 69 años la realización cada dos años de una mamografía, aunque ciertas comunidades adelantan la edad a 45 años, modelo preferido también por la sanidad privada.

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