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Coches automáticos

Conducir coches sin embrague es más sencillo y cómodo que llevarlos con cambio manual

JAVIER MOLTÓ

En una escena de Death Proof, la última película de Tarantino, se ve conducir a la chica relajada, con su pierna izquierda doblada sobre el asiento. Por motivos de seguridad, no es recomendable esa postura, pero la escena ilustra la ventaja de conducir un coche automático: el pie izquierdo no hace falta para nada.

Esta diferencia con los coches de cambio manual adquiere un valor especial en ciudad y en atascos, donde hay que pisar y soltar continuamente el pedal del embrague.

Lento crecimiento

En España, apenas se venden coches con cambio automático. Según datos facilitados a Público por el Instituto de Estudios de Automoción, las ventas de estos automóviles en España, en 2006 y en 2007, no llegan al 5%. En 2001, este porcentaje era de un 1,4%, por lo que han crecido mucho. Aún así, el porcentaje es incomprensiblemente pequeño.Es sorprendente, por ejemplo, que los taxistas españoles no utilicen mayoritariamente coches automáticos. Cuando se les pregunta por los motivos, la respuesta suele ser la misma: el precio. No obstante, la diferencia de coste no es elevada en muchos casos. En Citroën, por ejemplo, la diferencia entre un C4 manual y un C4 automático no llega a 800 euros, lo que supone menos del 5% de diferencia, incluso en las versiones más baratas. Además, según los datos homologados de consumo, los C4 con cambio automático consumen menos que las versiones manuales equivalentes.

En el Renault Mégane, la diferencia de precio entre el manual y el automático es de sólo 400 euros, pero el consumo homologado del automático es casi un 20% superior al del manual. En las marcas del Grupo Volkswagen, cuyo cambio automático es tecnológicamente muy avanzado, la diferencia de precio supera los 2.000 y el consumo también se reduce.

Existen varias soluciones tecnológicas para conseguir que los cambios se realicen sin intervención del conductor. Por ello, algunos tipos de cambios automáticos son recomendables y otros, no.

Para tomar la decisión de compra, es conveniente que el comprador vaya al concesionario y pida probar el coche con el cambio automático.

Probar antes de comprar

En algunos casos, el paso de una marcha a otra se realiza con rapidez y en otros, se eterniza. La diferencia es importante para el confort. Además de probarlo y sentirse a gusto, debiera informarse del número de relaciones de cambio y también comparar el consumo entre la versión manual y la versión automática equivalentes. Si la diferencia es de más de un 10%, probablemente encontrará cambios automáticos más eficientes en otros modelos de la misma marca o en otras marcas.

Los conductores habituados a llevar coches con cambio manual pueden tener problemas de adaptación durante los primeros días con un coche de cambio automático. Es frecuente, cuando el coche se va a parar, que se tienda a pisar el pedal del embrague con el pie izquierdo. En su intento, no se encuentra el pedal del embrague, sino el del freno, que se pisa con mucha violencia. La experiencia suele ser muy desagradable.

En los primeros días, hay que estar concentrado para no utilizar el pie izquierdo en ningún caso, aunque no sea necesario sentarse encima de él, como en la película de Tarantino.

Una recomendación: al ponerse al volante por primera vez en un coche automático, hay que ajustar bien el cinturón de seguridad. Bien significa buen ajustado sobre el cuerpo porque un frenazo brusco del pie izquierdo en busca del embrague puede conducir a la consulta del dentista.

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