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El último ‘au revoir’ de Argelia

La guerra de Argelia (1954-1962) provocó una crisis que acabó con la IV República francesa y el regreso de De Gaulle.

 

 

SERGIO GARCÍA

El 8 de Octubre de 1962, la ONU reconoció el Estado de Argelia, y Ahmed ben Bella, líder del Frente de Liberación Nacional argelino (FLN), se convirtió en el primer presidente de la nación. Fue el final de un sangriento camino iniciado en 1954 y que dejó atrás un saldo demoledor: Al menos 300.000 argelinos, 24.000 soldados del ejército francés y unos 6.000 colonos perdieron la vida en el conflicto.

El proceso de colonización de Argelia se inició en 1834. Pese a las fuertes resistencias de las tribus beréberes, lideradas por Abdel Kader, el país fue definitivamente sometido en 1847 por los franceses, que consideraron al territorio  'una extensión natural' de su país. El control de Argelia quedó, sin embargo, en manos de los colonos, una minoría europea que jugaría un papel decisivo durante los enfrentamientos.

Los primeros movimientos de insurgencia emergieron paralelos al sentimiento nacionalista antifrancés surgido en el Magreb de los años 30. Hasta entonces, la región era la más estable del Imperio colonial. La lucha armada comenzó a gestarse tras la represión de Sétif en 1945, donde la protesta por la reivindicación de la autonomía en Argelia se saldó con decenas de  muertos. 

Pero no será hasta 1954 cuando se imponga un estado de guerra abierta. El FLN, liderado por los guerrilleros autodenominados djounoudes y muyahidines, inició las hostilidades en los montes Aurès, a 400 kilómetros de Argel. El terrorismo y la guerra de guerrillas provocaron la reacción del gobierno francés, y en 1956 son enviados 500.000 soldados para defender la región.

Ocho años de guerra

Los métodos de guerra contrarrevolucionaria empleados por el ejército francés fueron extremos. Entre ellos, torturas, detenciones masivas, reubicación forzada de colaboradores del FLN -que en 1960 se estima en 1,2 millones- y el exilio, que convierte a casi 300.000 argelinos en refugiados. La guerra provoca la caída de seis primeros ministros franceses y el orden institucional se encuentra en grave peligro. Las presiones internas y externas ante la conducta del ejército y las exigencias de los colonos en Argelia acorralan al Gobierno. Además, en 1958, varios oficiales se unen a los colonos con la pretensión de derrocar al ejecutivo argelino y algunos elementos derechistas del ejército, dirigidos por el General Jacques Massu, toman el poder en Argel. E incluso amenazan con un ataque paracaidista sobre París. La única salida, que el general Charles de Gaulle, el héroe de la resistencia gala durante la II Guerra Mundial, tome el mando. Francia se encuentra al borde de una Guerra Civil y la IV República está herida de muerte.

Una nueva república

De Gaulle, líder de la Francia Libre y presidente del Gobierno Provisional hasta 1946, acude al llamamiento para instaurar el orden y el 1 de junio de 1958 asume la presidencia. A cambio, se debía promulgar una nueva Constitución.

Así, el 5 de octubre se promulgó la instauración de la V República, aprobada tras un referéndum popular. La carta magna dejó abierto el camino para la separación amistosa de las antiguas colonias y el nuevo Presidente reconoció el derecho de autodeterminación del pueblo argelino. La senda hacia la independencia comienza a despejarse, pero las reacciones en Argelia no se hacen esperar. En 1961, un golpe organizado por cuatro generales de extrema derecha falla en su intento de tomar el poder.

‘Votad por la independencia'

Ante las negociaciones que se abren en mayo de este mismo año, los colonos, agrupados en torno a la Organización del Ejército Secreto (OAS), inician una campaña terrorista que incluía atentados y asesinatos contra ciudadanos europeos y árabes en África y en España.

Con los Acuerdos de Evian de 1962 se dió carta blanca para celebrar un referéndum en julio, en el que los independentistas vencieron por mayoría. Francia creó un grupo especial para desarmar a la OAS y la guerra llegó a su fin. Al fin, los colonos franceses abandonaron Argelia para siempre.

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