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"Nosotros hicimos la revolución, no el Ejército"

Los músicos egipcios Muhammad y Youssef lideran la banda Like Jelly. Forman parte del gran movimiento artístico surgido durante la revolución de la plaza Tahrir

FLOR RAGUCCI

Hartos de tener que meterse en casa cada día a las 7 de la tarde por el Estado de Emergencia en el que vive su país desde que los militares tomaran el poder el pasado 3 de julio, Muhammad y Youssef, o Moon e Ibs, como prefieren llamarse, se han escapado a Barcelona. Los dos músicos que lideran la popular banda egipcia Like Jelly forman parte del gran movimiento artístico alternativo surgido durante la revolución de 2011 en Plaza Tahrir. Desde entonces, actúan por todo Medio Oriente atreviéndose con temas de los que nadie antes hablaba: política, sexo, trabajo, libertad. Ahora, fieles a su vocación de trovadores, cuentan para Público su versión de la historia en primera persona.

En la sociedad egipcia hubo un antes y un después del 2011. Empecemos por el 'antes' para intentar entender mejor todo el proceso. ¿Cómo se vivía en su país previamente a la revolución?
I: Egipto era un país estable. Vivíamos en un sistema en el que todo el mundo sabía cómo encontrar trabajo o dónde conseguir comida. Un sistema corrupto pero que funcionaba, se trataba de conocer a alguien en el gobierno que te hiciera las cosas más fáciles. El problema es que, a su vez, estábamos inmersos en un Estado policial, controlados completamente por el gobierno a través de la violencia y la propaganda.

¿El Ejército jugaba ya un rol importante?
M: Desde 1950 hasta que subió Morsi, todos los presidentes de Egipto fueron militares. El Ejército controla la economía del país, la mayor parte de las tierras son de su propiedad. Producen pasta, agua, ¡tienen un equipo de fútbol y supermercados! Además de, por supuesto, un gran aparato de propaganda que se apoya en el argumento del enemigo exterior para convencernos. Nos dicen que si están ellos al mando podremos vivir en paz con los vecinos, a quienes consideran nuestros enemigos.
I: Siempre hubo una relación romántica entre el pueblo y los militares. La mayoría de las familias tienen miembros en el Ejército y lo apoya incondicionalmente.

Sin embargo, miles de personas salieron a la calle en contra de Hosni Mubarak, entonces líder de las Fuerzas Armadas...
M: En las primeras manifestaciones de enero del 2011 nuestra principal consigna era pan, libertad y justicia social, no que se fuera Mubarak. Pero el gobierno mandó infiltrados para armar disturbios, empezó la represión policial y la gente explotó.
I: Los 18 días que estuvimos en Plaza Tahrir fueron como una utopía, un pequeño microcosmos donde la gente compartía su comida, olvidaba prejuicios, se autoorganizaba y vivía feliz. Así que ahí todos lo vimos claro: no más Ejército, queremos libertad.

Tras la dimisión de Mubarak, las Fuerzas Armadas iniciaron un período de transición que acabó en unas elecciones presidenciales ganadas, finalmente, por el candidato de los Hermanos Musulmanes (HM), Muhammad Morsi. ¿Veis legítimo ese proceso?
M: El Ejército, obviamente, no es una institución revolucionaria así que, en mi opinión, no dejó el tiempo suficiente para que la oposición buscara candidatos e hiciera una buena campaña. La mayoría de la gente nunca formó parte de agrupaciones políticas y no sabe cómo hacerlo, además de que en ese momento estábamos todos muy ocupados en sacar a nuestros amigos de la cárcel. ¿Quiénes sí estaban organizados y eran capaces de presentar un candidato? Los Hermanos Musulmanes, que existen desde hace 80 años, tienen dinero y un gran aparato de propaganda que expande su voz a toda velocidad por las mezquitas y las calles
I: Las elecciones del 2012 fueron entre el Islam y el Antiguo régimen, no hubo nadie que representara a los que estuvimos en Plaza Tahrir y entonces mucha gente votó a los Hermanos Musulmanes sólo por no volver a lo de antes. Morsi ganó con el 51 % de los votos vendiéndose como alguien con la mente abierta, capaz de llevar a cabo los cambios impulsados por la revolución.

A juzgar por las millones de personas que salieron a la calle para pedir su dimisión el pasado 30 de junio, Morsi no ha cumplido esas promesas...
M: Su discurso fue muy bueno pero en poco tiempo vimos que mentía. La campaña se basó en el eslogan del 'Renacimiento de Egipto', nada más lejos de la verdad. Morsi ha colocado a sus amigos incompetentes en la gestión del país y todo ha empezado a funcionar mal.
I: Además cambió la ley para proteger todo lo que hacía y decía, suprimió poderes y se apropió de una revolución que hicimos nosotros.

¿Cómo habéis vivido vosotros, que estabais en las protestas, la entrada del Ejército?
I: Al principio pasó algo que podría haber sido bueno: los militares pusieron al mando de la transición al presidente de la Corte Constitucional de Egipto, Adli Mansur, a la vez que prometieron una nueva Constitución y la convocatoria de elecciones. Estábamos felices, el Premio Nobel de la paz y los principales activistas de la revolución apoyaron el plan porque suponía un gran paso para el país. Pero luego, los militares usaron el poder para luchar contra los Hermanos Musulmanes y dejaron afuera a los que en realidad impulsamos el cambio. Nosotros hicimos esto, no el Ejército.

Además, al cabo de pocos días se recrudeció la represión policial...
M: Sí, es horrible. Todos los canales de TV muestran ahora el eslogan (en inglés) 'Egipto está peleando contra el terrorismo'. ¿Quién es el terrorista? Si los Hermanos Musulmanes son parte de nuestra sociedad, ¡mi madre es de los H M! Es estúpido.
I: La criminalización de los HM lo único que provocará es que en el futuro ellos sean más extremistas y tengan más motivos para atacar.

¿Qué opinión os merecen los Hermanos Musulmanes como entidad política?
M: Los H M pretenden instaurar las leyes islamistas en Egipto, igual que en los otros países donde gobiernan, y nosotros queremos un estado secular, porque religión y política no deben estar unidos.
I: Otra cuestión importante es que los HM tienen un líder supremo al que obedecer, un líder que es el mismo de Hamas en Gaza y de todos los gobiernos islamistas de la zona. Ellos quieren crear un imperio musulmán, no les importa lo que pasa en Egipto. Vendieron tierras en Sinaí a Hamas y a los palestinos, hacen grandes negocios con todos y siempre piensan en los bancos internacionales. Nosotros no queremos responder a esas órdenes externas, queremos un parlamento, queremos decidir por nosotros mismos.

¿Sólo existen dos opciones, Ejército o Islam?
I: Tenemos otros candidatos pero la oposición necesita tiempo para hacer una buena campaña y que no ganen los de siempre, los que tienen dinero, el Antiguo Régimen.
M: Lo bueno es que ahora ellos saben que si alguien no nos gusta, lo haremos salir. La única manera de que alguien se quede en el poder será si mejora la economía, reduce la pobreza y asegura libertad para todos.

¿No se ha intentado, entre la gente que ha participado en la revolución, formar un partido político?
M: Todo ha empezado con la revolución pero nadie de la revolución ha subido al poder. Somos personas que durante 30 años hemos estado afuera de la política, así que necesitamos tiempo. De momento, el cambio más grande se está dando en el ámbito de las artes y los medios de comunicación.

¿Cómo creéis que continuará la historia?
M: Nadie lo sabe porque el mundo entero quiere controlar Egipto como punto estratégico en Medio Oriente sin importarle en absoluto nuestro pueblo.Lo primero es que se convoquen elecciones y, una vez tengamos un nuevo presidente, habrá que limitar el poder del Ejército y convertirlo en una institución más transparente porque ahora tiene tanto poder que el gobierno civil no puede tomar ni la más mínima decisión sin su autorización. Hay un militar en cada puesto de Egipto, ¡hasta el Ministro de Medio Ambiente es un General!
I: Luego lo importante es que nadie más que nosotros se apropie del poder. ¡Obama callate! Egipto es nuestro asunto. No queremos Consejos de seguridad discutiendo sobre lo que pasa en estas tierras.

Si miráis hacia atrás y hacéis una panorámica de todo lo ocurrido en Egipto desde enero del 2011, ¿cuál es vuestra impresión?
M: Estamos muy felices porque antes de la revolución todo estaba muerto y ahora la gente habla de política, se implica y quiere cambiar las cosas.
I: El país ha progresado mucho en este tiempo: hemos impulsado una revolución, después han venido los HM pero no nos han gustado y los ha hemos vuelto a echar. Los militares no hubieran podido hacer nada sin el soporte del pueblo, quien ha sacado a Morsi no han sido los militares sino las millones de personas que hemos salido a la calle.

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