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Alberto Marini: "El hombre es maldad y solo inhibiendo los instintos llegamos al bien"

El guionista debuta con ‘Summer Camp’, una película de la nueva ola de cine de terror, con espacio para las mujeres, un debate serio de fondo y, en este caso, un juego gamberro dando la vuelta a la convenciones del género

Rodaje 'Summer Camp'

BEGOÑA PIÑA

@begonapina

MADRID.- “El hombre es maldad y solo inhibiendo nuestros instintos llegamos al bien”. Es una de las convicciones personales de Alberto Marini y la idea principal sobra la que gira su ópera prima, ‘Summer Camp’, una película con la que se suma al ‘nuevo’ cine de terror. Una ola de producciones que juegan con las convenciones del género, que les dan la vuelta y con las que se construyen historias que trascienden el mismo género.

Coproducida con EE.UU., donde ya se ha estrenado en cines, llega a España después de su presentación también en México, algunos países de Europa, Malasia y Turquía, y con más de un millón de espectadores a sus espaldas.

Unos monitores llegan a un bosque para preparar el campamento de verano que comenzará dos días después. Una vez allí, sin saber cómo, se extiende una infección que provoca furia extrema y mucha violencia. Un argumento decenas de veces visto si no fuera porque el campamento no es un idílico espacio de cabañas de madera y canoas en un cristalino lago, sino una enorme casona donde nada funciona bien y cuyos vecinos más cercanos son una panda de yonquis. Los monitores no son tan jóvenes como en otras películas, no hay un psicópata asesino y los niños no son criaturas tan inocentes. Cine gamberro con una idea muy seria de fondo. Diego Boneta, Maiara Walsh, Jocelin Donahue y Andrés Velencoso son los protagonistas.

Summer Camp

Summer Camp

¿Se puede ver ‘Summer Camp’ como una historia del hombre contra el hombre?

Sí. Es un proyecto de entretenimiento, en el que se juega con las convenciones y las situaciones más trilladas del género, se les da un giro. Pero en todo está la filosofía de vida que tengo yo, que creo que todas las personas tenemos el mal dentro y que aparece cuando liberamos nuestros instintos. La infección en esta historia es el reflejo de ello.

¿Y es, de algún modo, reflejo precisamente de estos tiempos?

El de ahora es un tiempo en el que, justamente, la gente deja más libertad a sus instintos, pero es una constante en la historia del hombre. El hombre es maldad y solo inhibiendo los instintos llegamos al bien. El primer concepto que aprende un niño es el de “es mío”, que es lo mismo que “no es tuyo”, un acto de agresión. Por eso digo que solo parando los instintos alcanzamos el bien.

Parece que sus referencias no son los ‘slashers’ americanos, que sería lo esperado, sino títulos como ‘Deliverance’, donde la naturaleza amplifica el mal, ¿es así?

Sí, y eso es otro concepto muy usado en el género. Cuando el hombre juega a ser dios, la naturaleza se venga. El bosque es la metáfora de esa naturaleza. Además, en ese paisaje, efectivamente, el mal se ve amplificado, es un ambiente pacífico y sereno donde todo eso ocurre. Si esto pasara en una guerra, no sería todo tan trágico.

Los niños que van a llegar al campamento ¿sirven para decir que las generaciones que vienen pueden sentirse a veces como una amenaza?

A no ser que sepan renunciar a la violencia y a la agresión... Pero estas están dentro de la naturaleza del hombre desde niños. Un perro puede ser buenísimo, pero nunca podemos descartar que un día se le crucen los cables y…

¿Está de acuerdo en que con esta película se suma a la nueva ola de cine de terror?

Sí, creo que el cine de terror de hoy se ha vuelto a abrir y ha recuperado una contundencia que había perdido.

Ahora, además, han desembarcado las mujeres en el género…

Sí con fuerza. Se ha cambiado la percepción de una manera consciente. Yo he escrito el guion con Danielle Schleif, me gusta mucho escribir con ella. Los personajes son dos hombres y dos mujeres. Además, el público de terror en EE.UU. es mayoritariamente femenino, creo que es una de las razones de por qué cada vez es más importante el rol de las mujeres en el género y su punto de vista.

Entonces, ¿comparte la idea de que hay que recuperar un poco la tradición de las películas de los setenta?

Los setenta fueron la mejor época. Ahora estamos en ello. Los productores y los distribuidores también, porque han comprendido que una buena película de terror puede llegar a un público mucho más amplio. Es lo que han hecho, por ejemplo, con ‘La bruja’.

Usted ha hecho una película un poco más gamberra…

Mucho más. ‘Summer Camp’ no es formalmente exquisita, además, yo amo los gritos en las películas de terror y ya dije al equipo que aquí habría muchos gritos, sustos, peleas… nos hemos pasado bastante, hay mucho gamberrismo.

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