A principios de los noventa, Antonio Banderas no entendía ni media palabra de inglés, pero vivía confiado aferrado a una coletilla –"Yes, I can do that". Funcionó. Se reunió en Londres con Arne Glimcher y se pasó la cena asintiendo con la cabeza y diciendo de vez en cuando "yes" y "of course". "Sí, eso puedo hacerlo", soltó en inglés antes de despedirse.

Lo siguiente, fue una sesión de casting en Nueva York. Allí también convenció. Tendría que aprenderse, claro, los diálogos fonéticamente, para interpretar a Néstor Castillo, el músico cubano que llegaba a Nueva York con su hermano César. Y así, con Los reyes del mambo tocan canciones de amor (Glimcher, 1992), Banderas puso un pie en Los Ángeles.

Por entonces, no sabía si al llegar a fin de mes tendría dinero para pagar el alquiler; ahora, tres decenios después, dice que tiene "clara una cosa: ya no quiero trabajar por dinero". Este 10 de agosto cumple 63 años, sigue siendo audaz y entusiasta, tiene muy buen olfato, es un hombre generoso y un estupendo compañero, y por todo ello se ha ganado el cariño y el respeto de sus colegas.

Apuesta segura

"¿Do you believe in me?" Preguntaba Néstor Castillo a Delores Fuentes, en aquella película de Glimcher. Por supuesto, ella le decía que sí. Si hubo alguien que entonces no creyó en él, en muy poco tiempo estaría más que disuadido de su error, Banderas era apuesta segura. El chico que hacía de figurante en algunas funciones de teatro en Madrid, acomodador de sala para sobrevivir, se encontró ya en 1981, cuando tenía 21 años, con Pedro Almodóvar.

El cineasta había estrenado Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón, y buscaba dinero e intérpretes para su siguiente película, Laberinto de pasiones. Sus amigos le hablaron de "un chico" que estaba en el teatro haciendo La hija del aire, de Calderón. Se encontraron en el café Gijón –"deberías hacer cine, tienes una cara muy romántica"- y el resto es, literalmente, historia del cine español.

Pase lo que pase

"Pase lo que pase en mi vida a partir de ahora, sé que el día que finalmente muera, el acto final de mi guion, la gente siempre hará referencias al trabajo que he hecho con Almodóvar", dijo hace tiempo Antonio Banderas, quien, después de muchos años de esfuerzo y trabajo, consiguió prestigio mundial al interpretar, precisamente, al alter ego del cineasta en Dolor y gloria (2019).

Le valió la Palma al mejor actor en el Festival de Cannes, premió que brindó a Almodóvar –"Le respeto, le admiro, le quiero, es mi mentor, me ha dado tanto en la vida que no tengo más remedio que dedicarle este premio"- y siguió hacia delante.

Matador, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios, ¡Átame!, La piel que habito, Dolor y gloria son sus huellas en la obra del cineasta manchego, pero Antonio Banderas ha ido en su carrera mucho más allá. Carlos Saura, Montxo Armendáriz, Fernando Trueba, Fernando Colomo, José Luis García Sánchez, Pedro Costa, Francesc Betriú… Bille August, Jonathan Demme, Neil Jordan, Robert Rodríguez… han contado con él en sus repartos.

Un buzo español

Ha sido el Zorro, el gato con botas, Ché Guevara… y ahora ha entrado en la saga de Indiana Jones. Aquí es Renaldo, un buzo español que vive en Grecia y un gran amigo de Indy.

"Fue muy divertido pasar tiempo con él. Interpreta a uno de los amigos más antiguos de Indiana Jones. Antonio es un hombre encantador. No le conocía muy bien, me he encontrado con él una o dos veces en el pasado, pero nunca cruzamos más que unas pocas palabras", dijo recientemente Harrison Ford, durante la promoción de la película.

Pronto será Hunt, un cazador, en la tercera entrega de Paddington en Perú; con Jon Keeyes, con quien hizo Código Banshee el año pasado, repite ahora en Clean Up Crew, un thriller con mafiosos, asesinos a sueldo, agentes del gobierno corruptos y bandas criminales, y en The Last Girl, donde habrá más crímenes. Acaba de rodar en distintos lugares de España el musical Camino a Belén, y ha terminado otro musical navideño.

Más de cien películas

Y ya ha anunciado que estrenará el musical Gypsy el año que viene en el Teatro del Soho de Málaga, su gran proyecto personal y empresarial. Obra del famoso dúo Jule Styne y Stephen Sondheim, este trabajo cuante la historia de Gypsy Rose Lee, una conocida artista del burlesque que escribió sus memorias para rendir tributo a su madre, una mujer que sacrificó todo para que sus hijas triunfaran en el mundo del vodevil.

Lo mejor y lo peor del mundo del espectáculo están en la historia de este musical, con el que Banderas certifica su amor por el escenario y que llegará después de uno de sus éxitos más recientes, Company, montaje con el que ganó el premio Talía de la Academia de las Artes Escénicas de España al mejor actor de teatro musical.

63 años, más de cien películas, unas cuantas, como productor, otras como director, su firma en algún guion, un despegue espectacular como empresario teatral, una participación muy productiva en la hostelería… y mucho mucho trabajo. "El talento es importante, pero el trabajo duro y la perseverancia son fundamentales para alcanzar el éxito".