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'Decision to Leave' pulveriza la imagen de la 'femme fatale' del cine negro

Milagroso cóctel de cine negro y melodrama, la película de Park Chan–wook es una de las historias más románticas de los últimos años y una nueva demostración del sofisticado talento de este cineasta coreano. 

Una secuencia de la película 'Decision to Leave'
Una secuencia de la película 'Decision to Leave'. Avalon

El cineasta coreano Park Chan-wook pulveriza la imagen de la femme fatale y aclara que lo que siempre ha sido y es verdaderamente fatal es la mirada masculina sobre la mujer. Lo hace en su nueva película, Decision to Leave, milagroso cóctel de cine negro y melodrama, desde el que deambula por los territorios del deseo, la obsesión, el arrepentimiento, la venganza, la incomunicación, y el amor, sobre todo, el amor.

Con intención de construir un clásico de género y, al mismo tiempo, con el propósito de hacer fracasar todas las certezas de éste, la película –una nueva demostración del virtuosismo narrativo de este cineasta– no es nada más, y nada menos, que la historia de un detective que se enamora de una sospechosa. 

El detective es un tipo amable que ayuda a su compañero a ponerse la chaqueta, conduce en medio de la niebla de noche para volver el fin de semana con su familia, hace la cena a su mujer, lleva crema de manos y cacao labial es, en palabras del director, "el tipo de policía que no lleva un arma, pero lleva toallitas húmedas". Ni violento, ni machista, no dice tacos y no fuma ni bebe compulsivamente. Es Hae–Joon, el policía que ahora investiga la sospechosa muerte de un hombre que ha caído desde la cima de una montaña.

Ella es Sore (la actriz Tang Wei), una mujer china, la viuda del hombre muerto. Solo con miradas y muy sutiles gestos del actor principal, Park Hae–Il, el cineasta muestra la fascinación que este policía siente por ella en el primer interrogatorio. A partir de aquí, las pesquisas de Hae–Joon sobre el caso se narran en paralelo a la historia de amor, una de las más románticas del cine de los últimos tiempos.

"Ira y odio hacia las mujeres"

Estructurada en dos partes, la película dedica la segunda a agitar, hasta derrumbar, los cimientos del género en su concepción de la femme fatale. Park Chan–wook va mucho más allá de los estereotipos de los personajes femeninos en el cine negro y presenta a una mujer que no es ni santa ni fatal. "Es importante que aceptemos el hecho de que esta sociedad tiene la enfermedad de la ira y el odio hacia las mujeres. Tenemos que mirar esto de frente, porque esa es la única forma en que podemos lograr una resolución", señaló el cineasta en una entrevista durante el estreno de la película en Toronto.

El cineasta coreano Park Chang-wook.
El cineasta coreano Park Chang-wook. Avalon

La eutanasia, la incomunicación, las peligrosas travesías que hacen millones de personas para huir de sus países y buscar un nuevo hogar en el mundo, el maltrato machista surgen en esta historia, en la que al mismo tiempo se muestra la actitud despectiva y humillante, machista, de los hombres hacia las mujeres, a las que han asignado desde siempre una manera de comportarse y reaccionar. "No la conmocionó la muerte de su marido", dice el ayudante de Hae–Joon, visiblemente airado por el gesto de ella.

Mejor dirección en Cannes

Romántica, elegante, ingeniosa, inventiva, con sentido de humor, emocionante, sofisticada, la película de Park Chan–wook es, además, una exquisitez visual. Cámara ojo de pez, subjetivo de un muerto, juegos visuales con radiografías médicas. Un montaje espléndido, unos actores geniales y en perfecta sintonía, una banda sonora que encaja perfectamente con las emociones de los personajes –personajes, por cierto, que no se atreven a ser del todo honestos con esas emociones–, una fotografía preciosa.

Todo ello le sirvió al cineasta para alzarse con el premio a la mejor dirección en Cannes, donde antes ya había ganado en 2004 el Gran Premio del Jurado por Oldboy y en 2009 el Premio del Jurado por Thirst. Fue, precisamente, en Cannes donde la crítica y los periodistas especializados se hartaron de decir que Chan–wook había abandonado los excesos de su celebrado cine.

En Decision to Leave no está la violencia brutal de su Trilogía de la venganza, no hay ni rastro del sexo de La doncella, afirmaron. Hay otra violencia y otro erotismo, sugerido, latente, que se presiente pero nunca se escenifica. También hay de nuevo venganza y, como en alguna de sus anteriores películas, un profundo contenido político. Y sí, hay exceso, el exceso de un talento original que hace de Park Chan–wook uno de los mejores cineastas de hoy. Y hay un romanticismo que deja sin palabras.

Sexo y violencia

Aspirante por Corea al Oscar a la mejor película extranjera, esta historia se construye sobre matices y pequeños gestos, a partir de los que el espectador descubre los sentimientos y las emociones que los personajes se niegan a confesarse a ellos mismos. "Para conseguir eso, tenía que asegurarme de que no hubiera demasiados estimulantes alrededor de lo que vemos. Traté de asegurarme de que nada demasiado fuerte eclipsara o dominara nada de lo que estoy tratando de transmitir", dijo en Toronto.

Fragmento de la película 'Decision to Leave'
Fragmento de la película 'Decision to Leave'. Avalon

"Cuando digo que soy un cineasta romántico que hace películas románticas, la gente suele reírse de mí –confesó en una entrevista con Avclub–. Creo que es por dos razones. La primera es que la violencia y el sexo a veces anulan cualquier otro elemento de mis películas. Y otra es que mis películas son películas de género muy fuertes. Thrillers policiacos o de terror. Así que a veces la gente olvida que esencialmente estoy contando historias sobre el amor".

En Decision to Leave los personajes se aman en tiempos y en formas diferentes. Hae–Joon sacrificará la lealtad a su trabajo por Sore. Pero ella, una mujer enamorada, hará cualquier cosa, irá más allá de cualquier regla, por él, por ese amor.

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