Público
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Enamorados de la Thatcher

EULÀLIA IGLESIAS

La Dama de Hierro

Directora: Phyllida Lloyd
Nacionalidad: Reino Unido
Género: Drama / Biopic
Reparto: Meryl Streep, Jim Broadbent, Alexandra Roach
Duración: 105 minutos 

En síntesis

Una Margaret Thatcher ya jubilada y con una incipiente demencia senil rememora su trayectoria vital y profesional contando con el fantasma de su marido como principal interlocutor.

Comentario

Muy oportuno el estreno de este panegírico de Margaret Thatcher en pleno desmantelamiento de esa Europa cimentada en un Estado del bienestar al que ella tiró la primera piedra. La nueva película de Phyllida Lloyd, responsable de ese karaoke en 35 mm titulado 'Mamma Mia!', pretende apuntarse al éxito de recientes filmes británicos que han querido mostrar la cara más humana del poder, desde la sobrevalorada 'El discurso del rey' de Tom Hooper a la más conseguida 'La reina' de Stephen Frears. Aquí, la otrora primera ministra de Reino Unido se nos presenta, ya desde la primera secuencia, como una frágil anciana que departe entrañablemente con su desaparecido esposo sobre su biografía. A golpe de continuo y forzado 'flashback', la película enaltece la figura de la Thatcher como ejemplo de mujer hecha a sí misma que no se dejó amilanar ni en las coyunturas más difíciles.

Vista la película, queda la sensación que Lloyd ha acabado rendida ante su figura hasta el punto de mostrarse incapaz de incorporar en su retrato ni un ápice de esa ironía tan británica de la que hicieron gala sus críticos (presente, por ejemplo, en un tema de la banda sonora, el 'I'm in Love with Margaret Thatcher', que escupía el grupo punk Not Sensibles). Pero la defensa de la Dama de Hierro ni tan siquiera se lleva a cabo a través de un discurso político mínimamente articulado. Los argumentos del filme juegan en el terreno de lo sentimental: se subraya la lucha de una mujer de clase media-baja por hacerse hueco en un mundo clasista y machista, el edulcorado idilio con su esposo, sus penas y sufrimientos... Porque La dama de hierro' no busca su público entre las personas interesadas en una propuesta política con la que comulgar o debatir, sino entre aquellas dispuestas a ver un cuento azucarado con trasfondo supuestamente feminista más cercano a 'Mamma Mia!' de lo que cabría imaginar. Lo que no obvia un posicionamiento neoliberal por lo que omite: ni mención a su amistad con Augusto Pinochet ni a sus leyes homófobas, apenas un comentario sobre la huelga de hambre de los prisioneros del IRA, ni a las consecuencias de sus políticas en millones de personas...

Duelo de guiñoles

En los últimos años, Meryl Streep parecía liberada, por fin, de ese modo de interpretación histriónico, repelente y sobrecargado que la había hecho famosa. Papeles como, por ejemplo, el de 'Ladrón de orquídeas', de Spike Jonze, presentaban a una Streep fresca, autoparódica y cargada de atractivo. 'La dama de hierro' supone el retorno de la peor Streep, la que basa sus interpretaciones en un cúmulo de tics, muecas, acentos forzados y prótesis faciales... Y, para guiñol de la Thatcher, ya teníamos el de 'Spitting Image', mucho más afilado y divertido.

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