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Hollywood abandona Hollywood

Rodar fuera de las fronteras estadounidenses reduce el gasto medio en mano de obra entre un 30% y un 40%

ROBERTO ARNAZ

Frank DeMartini, un veterano productor de Hollywood con casi dos décadas de experiencia, se pregunta a diario sentado en la cama de su hotel en Bangkok '¿qué hago yo rodando en Tailandia, cuando podría estar haciendo la misma película en Los Ángeles?'. DeMartini pasará los próximos dos meses a casi 15.000 kilómetros de su casa, su familia y sus amigos trabajando en la próxima película de Prachya Pinkaew, el Steven Spielberg asiático, conocido por el éxito de artes marciales Ong Bak.

La razón es muy simple: los costes de producción. Rodar fuera de las fronteras estadounidenses reduce el gasto medio en mano de obra entre un 30% y un 40%. De hecho, en Europa del Este se puede filmar una película de acción por un coste medio de unos 700.000 dólares a la semana, un tercio de lo que costaría hacer la misma película en Los Ángeles.

'Ya no es factible hacer películas independientes o de bajo presupuesto en Holly-wood. Me encantaría trabajar en EEUU, pero no puedo', se lamenta DeMartini en su bitácora personal en Internet. Casos como el suyo empiezan a ser habituales y a convertirse en una preocupante epidemia en la meca del cine. A pesar de que las cifras confirman que Los Ángeles continúa siendo la capital mundial del séptimo arte, el número de rodajes ha caído a mínimos históricos en 2009.

Los datos recopilados por FilmLA, una organización sin ánimo de lucro que gestiona los proyectos cinematográficos y televisivos en la ciudad californiana, demuestran un preocupante descenso en el número de jornadas de filmación de casi el 20% en 2009. En los últimos 12 meses se contabilizaron 37.979 días de trabajo en el set, la cifra más baja desde 1993, año en que comenzaron a recogerse estos datos.

'Hollywood es el lugar ideal para hacer cine, pero también el más caro. Tiene los profesionales más cualificados, pero son los que más cobran', apunta un joven productor recién llegado a Los Ángeles, que prefiere guardar el anonimato. Este importante hándicap, unido a las exenciones fiscales que ofrecen ya 44 de los 50 estados del país y las subvenciones estatales de los gobiernos canadiense y de la UE, han provocado un movimiento migratorio de las producciones lejos de Hollywood.

Este fenómeno, conocido coloquialmente como Runaway Productions producciones a la fuga se ha disparado desde 2005. De hecho, al menos 20 de las 30 películas más taquilleras de 2009 se rodaron fuera de California. De los blockbusters, sólo Star Trek y Fast and Furious fueron fieles a la capital mundial del entretenimiento. James Cameron optó por llevar Avatar a Hawai y Nueva Zelanda, mientras que Michael Bay prefirió viajar hasta Nuevo México, concretamente a Alburquerque, para rodar Transformers 2.

Para contrarrestar el éxodo, el pasado mes de julio el Gobierno de California contraatacó con un nuevo programa de descuentos fiscales y ayudas a la producción. Un intento tardío de devolver a Hollywood el brillo y el ajetreo de antaño, que incluía una reducción de un 20% en las cargas impositivas para aquellas películas con presupuestos entre un millón de dólares y 75 millones de dólares que se rodasen íntegramente en tierras californianas.

'Los únicos rodajes 100% estadounidenses se realizan en los estados con los mejores descuentos fiscales como Louisiana, Michigan, Nuevo México y las dos Carolinas', se queja DeMartini. El productor reconoce que casi la única esperanza que les queda para continuar rodando en Los Ángeles es que la estrella de turno se niegue a viajar fuera.

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