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París resuelve el misterio de Mondrian

Una muestra del Pompidou analiza la relación del pintor con las vanguardias

ANDRÉS PÉREZ

El Centro Pompidou de París abre hoy al público una gran exposición sobre el gran maestro del arte abstracto Piet Mondrian y sobre sus relaciones con la poco conocida y misteriosa corriente vanguardista De Stijl. Al entrar en las primeras salas, el visitante queda sumido en la incomprensión total al ver obras de tono romántico y casi indigenista de ese artista, más conocido por su abstracción geométrica. Luego queda defraudado, al ver de nuevo los célebres e incomprensibles cubos con colores de Mondrian. Y sólo al final, se revela el misterio: el artista sacó su inspiración de la vanguardia que representó De Stijly su intento de fusionar misticismo indio con vanguardias futuristas.

La exposición del Pompidou es gigantesca, laberíntica y da para horas. Los comisarios dirigidos por Brigitte Leal aseguran que probablemente se trate de la más importante que se efectúa desde 1969. No es exactamente una retrospectiva, ni es seguro que el hito histórico sea tan memorable. Pero lo que sí es verdad es que desvela aspectos desconocidos de Mondrian, un pintor del siglo XX tan célebre en los cenáculos como incomprendido por el gran público.

La muestra está organizada en nada menos que 22 salas para poder presentar casi 700 obras; contiene en realidad tres exposiciones diferentes cuya lógica se comprende al final. La primera es una muestra, muy cronológica, de las obras del propio Mondrian. Desde sus primeros cuadros holandeses, muy influidos por el simbolismo y el orientalismo, y también obsesionados por la mirada interna, especialmente en varios autorretratos de ojos impresionantes, hasta el final de la abstracción geométrica pura, harto conocidos y presentes hasta en los libros de texto de colegio.

La segunda muestra acoge el Mondrian que desconocemos, que los comisarios desvelan con maestría, para enseñar el Mondrian parisino, de entre 1912 y 1938. A la ciudad de la luz fue el holandés atraído por las vanguardias y por el cubismo, y obsesionado por Picasso. Y esa transición hacia la abstracción geométrica, vía un cubismo lírico que despertó en su momento el interés de Guillaume Apollinaire, es el logro más sorprendente y hasta vertiginoso de la muestra. En particular una obra, El árbol gris, pintada justo antes de irse de Amsterdam a París, parece contener en sí las claves de toda la abstracción geométrica y de pureza de colores primarios que luego dominaría a Mondrian.

'Mondrian llevó progresivamente el cubismo hacia el neoplasticismo'

Por último, una tercera exposición está dentro de ese cubo de Rubik que es el Pompidou. Se trata de un auténtico catálogo de las reflexiones, polémicas y proyectos que dominó a la desconocida corriente De Stejl. Una escuela y una revista hoy ignoradas, excepto por los especialistas en vanguardias. Y, sin embargo, la muestra enseña a las claras cómo influyó, desde su creación en 1917 hasta su extinción en 1931, tanto en los artistas que la lanzaron, como Mondrian o Theo Van Duesberg, como en otros que pasaron por ella, como Mies Van Der Rohe. En algunos de sus bocetos pueden verse incluso las líneas maestras de gente luego tan adentrada en el siglo XX como Le Corbusier y Oscar Niemeyer.

'Entre 1912 y 1920, Mondrian llevó progresivamente el cubismo hacia el neoplasticismo, pasando de la realidad natural a la realidad abstracta, antes de interesarse por la abstracción total', explicó la comisaria Brigitte Leal en la presentación.

La gigantesca exposición parisina va acompañada también por una colección de fotos del propio Piet Mondrian y su taller parisino de Montparnasse, que él convirtió en una realización práctica de una utopía que combinaba misterio y geometría. Le Corbusier lo calificó en su día de 'poema del ángulo muerto'.

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