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“La solidaridad podrá con la codicia”

El director de la película 'Frágil equilibrio' retrata un mundo cada vez más globalizado y deshumanizado, en el que “el mayor desafío es la vida”. El eje del largometraje es una entrevista con José Mujica, expresidente de Uruguay y referencia moral internacional.

El director Guillermo García López en el rodaje de 'Frágil equilibrio'.

BEGOÑA PIÑA

MADRID.- "Lo que tiende a perder el hombre contemporáneo es que le apresan todo, le quitan todo el tiempo de su vida... Esto es la famosa sociedad de mercado. Y esto es construir una frustración, una infelicidad". Son palabras de José Mujica, ex presidente de Uruguay, en una larga entrevista realizada para la película documental ‘Frágil equilibrio’, en la que Guillermo García López y su equipo retratan un mundo cada vez más globalizado en el que el mayor desafío es la vida. “Queremos marcar las diferencias entre sobrevivir y vivir. Entre sentirse arrastrados o llevar las riendas”.

La entrevista con Mujica es el hilo conductor de tres historias universales que representan los problemas nacidos de un sistema “que genera un estado de deshumanización de las personas”. Los inmigrantes subsaharianos intentando llegar a Europa, los asalariados japoneses que pierden su identidad dentro del mecanismo laboral y los desahucios en España simbolizan algunos males del capitalismo. El equipo de ‘Frágil equilibrio’ lo denuncia y apoya el pensamiento de Mujica desde esta película, que se realiza gracias a una campaña de crowdfunding, que finaliza dentro de unos días (el 16 de julio) y con la que se podrá rematar el proceso de posproducción. El filme, una producción de Sintagma Films, además ha contado con la colaboración de realizadores, directores de fotografía, operadores de cámara y otros técnicos de todo el mundo que apoyan el proyecto y han grabado imágenes en Hong Kong, Los Ángeles, México DF, Doha, Chile, Londres, Panamá, Colombia, Perú…

Rodaje con Mujica, ex presidente de Uruguay.

Rodaje con Mujica, ex presidente de Uruguay.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales desafíos y las principales oportunidades del mundo globalizado?

El desafío fundamental es la vida. Muchas personas en el mundo luchan por sobrevivir, por mantenerse con vida. Otras pueden sobrevivir puesto que su entorno no es tan agresivo, pero sin embargo no se sienten vivos en absoluto. Muertos en vida. Uno de los principales desafíos planteados en ‘Frágil equilibrio’ es el de obtener nuestro propio espacio de libertad donde estar vivos, donde tomar decisiones reales.

P. Han elegido tres historias que tienen que ver con inmigración, trabajo, crisis económica y desahucios, ¿son los problemas más graves a los que se enfrenta el ser humano en este sistema?

Son problemas que representan algunos efectos colaterales de un sistema que hace aguas por muchas partes y que genera un estado de deshumanización de las personas. En las tres historias, los personajes se ven alejados de la posibilidad de decisión sobre sus propias vidas.

En todas ellas, hay algo por encima que limita notablemente la libertad de los personajes y con ello la capacidad de vivir. En ‘Frágil equilibrio’ es la vida lo que importa, queremos poner en evidencia ciertos procesos que se llevan a cabo en este sistema por los que los seres humanos dejan de sentirse vivos. Queremos marcar las diferencias entre sobrevivir y vivir. Entre sentirse arrastrados o llevar las riendas.

P. En España, la historia es la de los desahucios. El dinero vale más que las personas. Manuela Carmena, Ada Colau… y otros intentan ahora plantar cara a esto. ¿La solidaridad podrá con la codicia?

En España los problemas sociales han ido últimamente acompañados de una actitud hipócrita por parte de la clase política. Es esperanzador que se hayan consolidado fuerzas a nivel político que sean capaces de representar a la mayoría. Por tanto, si la pregunta es si creo en la integridad de esta fuerza política, me remito a una de las cosas que me llevaron a comenzar este proyecto, la desconfianza en el circo político y la certeza de que son las palabras acompañadas de hechos, como en el caso de José Mujica, lo que permiten que se lleve a cabo la representación. En este caso, la solidaridad podrá con la codicia, como planteas.

P. Otra historia de ‘Frágil equilibrio’ es la de los emigrantes subsaharianos que tratan de llegar a Europa, continente que está dando un espectáculo lamentable. ¿La solución obvia es acabar con las fronteras? ¿Es posible?

Es paradójica la situación de la frontera sur de Europa, donde se intenta frenar un proceso generado desde aquí, con las colonizaciones, con la corrupción de los gobiernos africanos, con la debilitación de un continente con un potencial enorme, con el poder de atracción de Occidente, que vende en sus anuncios, en la MTV, un mundo maravilloso que en realidad no lo es tanto. Interesa que haya una frontera, interesa que haya un desnivel. Sí, probablemente una revisión de las fronteras, de las divisiones en el mundo, sería un buen camino hacia el bienestar de muchas personas. Pero las fronteras que habría que derribar primero son las generadas por el desnivel, la desigualdad. La frontera que divide al explotador del explotado. Derribar esas fronteras y sentir los problemas que suceden en el otro lado del Planeta como nuestros, ayudaría mucho a encontrar soluciones tan obvias como enemigas de las leyes del libre mercado.

P. También están en la película los asalariados japoneses, ¿a través del trabajo como bien esencial de esta cultura y de este sistema, nos roban el tiempo y con él la identidad y la libertad?

La historia de los ‘salaryman’ japoneses es, en esencia, la historia de cualquier asalariado en cualquier parte del mundo. Nos fuimos hasta allí, sin embargo, porque la pérdida de la propia identidad dentro del mecanismo laboral es más fuerte que en otras culturas. En este caso, estábamos averiguando hasta qué punto el ser humano es capaz de alienarse con tal de poseer un rol dentro del sistema. En Tokyo encontramos diversos personajes cuya energía vital se concentra en obtener este rol, este status, y mantenerlo. A costa de ello, por el camino se quedan muchas cosas: el ocio y disfrute, la familia, los amigos, el amor… ¡La vida incluso! Por otro lado, existe un término concreto para la muerte derivada por el exceso de trabajo, ‘karoshi’. Efectivamente, el sistema del libre mercado cala muy hondo en la psicología humana, sus herramientas consiguen deshumanizar y transformar a las personas en accesorios de una gran máquina capaz de absorber culturas milenarias como, por ejemplo, la nipona.

P. ¿La voz de Grecia hoy le parece un síntoma de esperanza? ¿la decisión del pueblo griego puede animar al resto de los europeos a cambiar el sistema por uno más humano?

Los últimos acontecimientos demuestran que se necesita efectivamente un sistema más humano y que la mayor parte de los ciudadanos quiere tomar las riendas. Las redes de los pactos económicos y la política son complejas y hace falta mucho trabajo para renovar las estructuras, sin embargo esta reacción del pueblo griego forma parte de un espíritu de cambio que esperemos que sea lo más contagioso posible.

P. De las palabras de Mujica ¿qué le impresionó más?

Me impresionó la sencillez, la manera de abordar asuntos tan profundos con tanta claridad y un sentido tan humanista. Hablamos de muchas cosas, recorrimos caminos que tienen que ver estrechamente con lo humano, que son los que quiere explorar ‘Frágil equilibrio’: la soledad, la ambición, la libertad, la felicidad, la identidad, el amor...

Recuerdo sus palabras cuando hablábamos de la importancia de la vida por encima de cualquier interés: "Las películas explotan el amor, para transformarlo en un negocio. Pero el amor es la evidencia más grande que hay de las cosas vivas, arriba del planeta. El mundo vivo, y hablo de la vida en general, es como una cosa frágil, hermosa, navegando en el medio de la soledad del universo, del silencio mineral, de las leyes de la física. Por eso la vida es un milagro. Y hay que cuidarla. Tiene una dignidad infinitamente superior por sus complejidades a lo que puede tener el silencio mineral. El mundo es hidrógeno, acomodado a una cosa... ¡La vida es otra cosa! Y uno de los motores, el motor más importante, es el amor y todas las formas de expresión que tiene el amor".

P. ¿La clave es la cooperación, la solidaridad, la unidad...?

Nosotros nos hacíamos numerosas preguntas y acudimos a José Mujica como guía para encontrar posibles respuestas. Él plantea, efectivamente, elementos clave como la solidaridad, el entendimiento, el amor, el autocontrol, la práctica de la libertad. Los problemas del mundo los arreglan las personas de forma activa, reflexionando, reuniéndose, hablando, trabajando a pie de calle. Luchando. Según José Mujica, la clave es la lucha. La lucha por la vida en todos sus aspectos.

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