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Veerle Baetens deja oír la voz de las mujeres agredidas en 'El deshielo'

06/02/2024 La directora y guionista Veerle Baetens.
La directora y guionista Veerle Baetens. Gaumont

La actriz flamenca debuta en la dirección con una película valiente y turbadora, en la que acompaña a una mujer rota tras sufrir una agresión sexual en la adolescencia. La actriz joven, Rosa Marchant, se alzó con el Premio Especial del Jurado en Sundance.

"Lamentablemente, creo que me convertí en actriz para ser vista". Ahora, con 46 años, se ha pasado a la dirección para ser escuchada y ha hablado muy alto. Veerle Baetens debuta con El deshielo, una historia valiente, durísima e impactante, con la que no cae en la tentación de complacer a nadie y con la que acompaña a una mujer rota, atrapada en un bucle de dolor y soledad provocado por una experiencia de agresión sexual en su infancia.

Adaptación de la novela de Lize Spit, la película sigue a una mujer, Eva, que decide, trece años después de abandonar su pueblo, regresar a él con un bloque de hielo en el maletero de su coche. Viaja hasta allí para enfrentarse a un oscuro episodio de su adolescencia y a sus torturadores. Rosa Marchant, que interpreta a la joven Eva, se alzó con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance. La acompaña Charlotte De Bruyne, como Eva adulta. 

Una película muy arriesgada para arrancar en la dirección…

Sí. Dije que sí y luego empecé a pensar y, claro, ha sido un viaje duro y muy largo, sobre todo en el proceso de escritura, por los temas, por la extensión del libro, por la atmósfera del libro, por lo que quiere contar... Eso nos llevó mucho tiempo, lo mismo que el montaje. Para mí la parte más fácil fue el rodaje, esa es la parte que conozco bien. 

La película habla de la necesidad de las mujeres desde la infancia de sentirse guapas para los demás, ¿Cuánta responsabilidad cree que tiene el cine en ello?

Mucha. Hay un libro de Iris Brey y Mirion Malle, Sous nos yeux: petit manifeste pour une révolution du regard, sobre cómo se ha representado a las mujeres en el cine, pero también en la publicidad y en todo lo demás durante años y años y visto a través de los ojos de los hombres. Y es, sin duda, un problema. El cine influye mucho en la forma en que la gente mira a las mujeres. 

Hay una escena de agresión sexual, durísima, en su película. El cine muchas veces ha humillado a las mujeres con este tipo de secuencias…

Así es. Para la película volví a ver, por ejemplo, Acusados (Jonathan Kaplan, 1988), con Jodie Foster. Tenía curiosidad por saber cómo se representaba la escena de la violación, solo hay dos momentos muy cortos, pero son tan intensos que se quedan contigo, todo lo demás es en realidad una experiencia sensorial. Es difícil de ver, esos hombres divirtiéndose, y Jodie Foster representa a alguien que está horrorizado. En la película, el director hace soportable la escena, pero todavía se ven en el cine escenas de este tipo que buscan provocar cierta sensación de sexualidad, de excitación… y eso, por supuesto, era lo último que yo quería. Además, el sonido es muy importante. En el momento en que sentí que el sonido podría hacer algo o emocionar a alguien, lo quité. Eso no es lo que quería, quería quedarme con Eva y con aquello por lo que la niña está pasando. Creo que la mayoría del público encuentra este momento muy difícil. 

¿Es importante desde el cine ofrecer otra representación femenina?

Muy necesario. A mí me llevó mucho tiempo darme cuenta de que era una hija del patriarcado. Seguía la opinión de mi marido. Ya sabes, me gustan Quentin Tarantino, Martin Scorsese… todos estos tipos, y ahora, desde que he hecho mi propia película, veo mucho mejor cómo se trata a las mujeres en el cine, no se las trata como a personas reales, sino como a personajes. Por ejemplo, en Los asesinos de la luna, de Scorsese, lo siento, pero durante tres horas y media ves a una mujer nativa americana que aparentemente parece fuerte, pero que está siendo guiada todo el tiempo.

Es una mujer muy ingenua, que se deja envenenar cuando todos a su alrededor están muriendo. Probablemente eso sucedió realmente, pero, no sé… Ella nunca se convierte en el centro de la historia, es una pista o una herramienta para una historia de hombres y, por supuesto, un hombre siempre contará su historia. Pero ahora, las mujeres tenemos la posibilidad de contar también la historia desde nuestro punto de vista y podemos poner a la mujer en el centro de la historia. 

Usted, como actriz, ¿ha sentido esa necesidad de sentirse guapa para los demás?

Sí. Y es una de las razones por las que quise hacer la película de este libro, porque yo me reconozco en la pequeña Eva, porque yo misma lo he experimentado. Además, al no ser lo suficientemente guapa, nunca tuve novio, mientras que todas mis amigas sí tenían. Y no fui parte del grupo de las chicas geniales durante mucho tiempo, así que conozco ese sentimiento. Probablemente mucha gente lo conoce. Fue algo que se quedó conmigo mucho tiempo, me sentía enormemente insegura. Hasta mis 15 o 16 años, pensaba que yo no le gustaba a nadie. 

Lamentablemente, creo que esa es la razón por la que me convertí en actriz, para ser vista. Un periodista me preguntó si me había pasado a la dirección para no ser vista, sino para ser escuchada. Y pensé que era una forma muy bonita de verlo. Sí, tal vez no quería ser la que tuviera que complacer, la que tuviera que ser bonita, sino que quería que se midiera también mi talento. Y, por suerte, todavía estamos en Europa y no en Estados Unidos. Aun así, está bien, tengo suerte, también interpreté a Betty "la fea" cuando tenía 27 años, interpreté a alguien a la que ven fea y se encuentra a sí misma y se vuelve bonita.

Se trata de belleza también, pero belleza interior. Y luego he tenido algunos papeles protagonistas muy interesantes y profundos. Pero hasta 2016 no hice una protagonista junto a otra mujer. En otros, el segundo personaje principal era un hombre, siempre estaba rodeada de hombres. Eso sin contar con que en el cine siempre se trata del padre, nunca se habla sobre el problema de la madre… 

En su película habla de las personas que no cuentan sus traumas, ¿es más difícil hoy hablar de estas cosas en un mundo donde las críticas vuelan en las redes sociales?

Sí, sin duda. Hoy te enfrentas a mucha exposición. Aunque yo pensé en dificultades del pasado. En mi país impera el catolicismo. En ese ambiente no hablas, vas a confesarte con el cura. Por otro lado, la familia en Bélgica es algo muy cerrado, tampoco hablas ahí. En España sois más comunicativos. Hay un dicho africano que es muy interesante, que dice que se necesita un pueblo para criar a un niño. Donde ya no hay pueblo, hay mucha individualidad y la gente se ocupa de sus propios asuntos. Está muy mal visto si tratas de decir algo o tienes una opinión sobre la educación de un niño. Tienes que ir al gobierno o a algo así para decir que hay un problema en una familia. Son muchas puertas cerradas. 

En la narrativa de esta historia hay vueltas al pasado y momentos que se repiten, ¿es una manera de mostrar el bucle de soledad y trauma en el que se encuentra esta mujer?

Sí, está en una repetición de su soledad. Aunque, para ser honesta, ésta fue una elección muy mecánica. Queríamos crear algo de tensión al principio, algún misterio con el personaje, un enigma que va a llegar. 

Y la elección de acercarse mucho más con la cámara a la Eva adulta ¿era para mostrar cuánto se ha reducido su mundo?

Sí, sí. Cuando es joven, hay paisajes, hay otras personas en el encuadre, pero cuanto más te acercas al centro del embudo, más pequeña se vuelve ella, atrapada en la imagen. Además, en el pasado hay algo muy animado, ella se mueve mucho… mientras que el presente está como congelada. Por eso, al final hay un intercalado, una especie de diálogo entre la joven Eva y la Eva adulta, y finalmente se miran a los ojos y se encuentran. Es un final oscuro, pero al mismo tiempo es una especie de alivio… y sé que es peligroso hablar de esto en el mundo occidental, pero se trata de derretirse, se acerca la llegada de la primavera, se trata de un nuevo comienzo… 

¿Ha sido doloroso el proceso de esta película?

Sí, muy doloroso, por lo que cuenta y por lo que ha durado. Durante cinco años hemos estado con la adaptación del libro y estaba preocupada por si no iba a ser capaz de contar la historia de la manera correcta y respetuosa. Cuando la película estaba terminada, y todavía ahora, tengo momentos en los que de repente empiezo a llorar como si estuviera de luto. Me ocurre especialmente cuando escucho la música y cuando la gente me pregunta cosas, porque son preguntas muy emocionales. 

¿Son así todas las reacciones a la película?

Es como un puñetazo en el estómago para el público, pero lo que me hace bien es que el público piensa que es muy sutil y está contado de la manera correcta, con mucho cuidado. Siempre me hacen preguntas sobre cómo trabajé con los niños porque están preocupados por ellos, y eso está muy bien. Hubo una pregunta que realmente me llamó la atención y fue ¿Cómo vas a cuidar al público? Hasta la última fase del proceso de la película, tuve conversaciones con el distribuidor y con el productor, quería incluir advertencias en la pantalla antes de que comenzara la película, pero no pude convencerlos. 

A final, ésta es una película sobre violencia machista y abusos, ¿Cómo es la situación de las mujeres en el cine belga en este sentido?

Tuvimos una persona… Lo que hizo no estuvo bien, pero no fue un violador, no era un Weinstein. Pero debido a que aquello sucedió, hablamos mucho las mujeres de nuestra situación en las redes sociales. Yo, personalmente, siento a mi alrededor el patriarcado, pero nunca he sufrido acoso sexual... o tal vez sí, pero debido a que crecí en el patriarcado, aprendí a vivir con él. Ya sabes, "cariño, no lo hagas así, no seas dramática", "cariño esto o aquello". O hacer una audición en ropa interior… No hace mucho hice una sesión de fotos, ahora tengo 46 años, para una ficción francesa y, para ser honestos, Francia está mucho más atrasada que Bélgica o Flandes. Por otro lado, trabajé con una directora danesa y me dijo que nosotros estábamos mucho más atrasados que ellos en este tema. Creo que cuanto más al sur vayas, es peor el machismo… aunque tal vez esté escondido de otra forma en el norte.

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