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Will Ferrell: "Bush era un presidente que se prestaba a la parodia"

El actor, popular gracias a sus imitaciones del ex presidente de EEUU, protagoniza el filme de Adam McKay 'Los otros dos', una sátira de las películas de policías

CARLOS PRIETO

Will Ferrell (California, 1967) es uno de los nombres claves de la comedia estadounidense contemporánea. Aunque en Europa se aprecia más a algunos de sus compañeros de generación (Ben Stiller, Judd Apatow), Ferrell se ha convertido probablemente en el cómico más popular de EEUU gracias a sus imitaciones de George Bush, sus apariciones en Saturday Night Live y sus personajes inestables de películas como Anchorman: The Legend of Ron Burgundy (2004), Pasado de vueltas (2006) y Step Brothers (2008), dirigidas por Adam McKay. Ferrell pasó por Madrid para promocionar su último trabajo con McKay, Los otros dos (2010). El filme, una sátira de las películas de policías, se estrena mañana.

El género policiaco debe ser el más parodiado de la historia del cine. ¿Por qué nos gusta tanto reírnos de los policías?

¡No lo sé! Yo también me lo pregunto. Quizás porque se trata de una figura de autoridad que está muy a mano. Son un blanco fácil.

En Los otros dos comparte usted protagonismo con un rostro que no suele asociarse a la comedia desatada, Mark Wahlberg. ¿Le costó a Wahlberg trabajar rodeado de cómicos?

No, en absoluto. Lo hizo bien desde la primera escena, quizás porque compartía el mismo enfoque que el resto de nosotros: no se trataba tanto de parecer gracioso, sino de actuar con realismo y dejar que fueran las circunstancias de la trama las que provocaran la risa.

¿Hay que ser un poco esnob para ser un buen humorista?

Hay cómicos que basan su enfoque en el esnobismo. En todo caso, lo importante es reflejar tu modo de ver el mundo.

La competencia entre cómicos es muy fuerte en su país. ¿Le costó mucho encontrar su estilo?

Tuve mucha suerte. Cuando empecé había muchos cómicos más divertidos que yo. Puede que la clave de mi éxito estuviera en mi compromiso con los personajes. El trabajo duro es mi punto fuerte.

¿Disfrutó imitando a George Bush?

Sí, mucho, aunque también me hubiera gustado no haber tenido la oportunidad de imitarle... Mucha gente creía que Al Gore ganaría las elecciones en las que se enfrentó a Bush. Mi imitación de Bush estaba destinada a durar sólo tres o cuatro meses... y al final se extendió durante ocho años. Bush era un presidente que se prestaba a la parodia.

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