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104 homilías de Pep

Discurso de líder. El entrenador del Barça acumula 4.680 minutos en conferencias de prensa

R. VILAR

Tenemos que seguir el método Guardiola y hacer el trabajo partido a partido'. Quien firma la frase no es un técnico deportivo, tampoco un futbolista. Es Josep Huguet, conseller dInnovació, Universitats i Empresa de la Generalitat, que, tras la satisfacción que suscitó la adjudicación de la producción del Audi Q3 a la planta Seat de Martorell (Barcelona) la mejor noticia económica de la semana, no dudó en recurrir a la sentencia más repetida por el entrenador azulgrana para pedir cautela.

Pep Guardiola no ha concedido ninguna entrevista desde su vuelta al club como técnico; ni cuando dirigía al equipo de Tercera, ni ahora que comanda el vestuario del Camp Nou. Aún así, el meditado mensaje que transmite a través de las ruedas de prensa levanta tantas pasiones como el juego del equipo. En total, 104 comparecencias ante los periodistas que, a razón de unos '45 minutos de media cada una de ellas', según los cálculos del propio Guardiola, dan para mucho. Para 4.680 minutos.

Con su retórica, el técnico de Santpedor no sólo ha convencido a los jugadores de su equipo, que repiten las consignas de Guardiola como si fueran propias; también, a los rivales. 'Pep siempre ha sido mi ídolo. Y ahora me fijo en él cuando le escucho hablar', confiesa Cesc Fábregas. 'Le sigo para aprender cosas de él, por la personalidad que demuestra, por cómo se comporta Se aprende cuando habla', confiesa, sincero, el madridista Heinze.

Extremadamente prudente en los buenos momentos, orgulloso en los no tan buenos, respetuoso con el rival, sarcástico con las críticas, cercano en el cuerpo a cuerpo, ambicioso, exigente, bromista, profesional... Así se muestra, de forma estudiada, Guardiola ante los micrófonos. A veces, incluso roza la pedantería e incluye intencionadamente en su discurso una frase corta e impactante, perfecta para un titular.

'Los contrarios con papeles de víctima me ponen nervioso', espetó antes del primer derbi contra el Espanyol. 'Campeón sólo hay uno y es el Madrid', ha repetido en los mejores momentos de su equipo. 'Gano, tengo razón; pierdo, recibiré', dice a menudo. 'Intuyo que seremos campeones', pronosticó Guardiola, tras dos empates y dos derrotas consecutivas de los azulgrana. 'La vaca sagrada soy yo', sentenció al ser cuestionado por la falta de líderes en el equipo. 'Es la hora del Camp Nou', se inventó hace unos días para solicitar el apoyo de la afición en el tramo final del curso.

La presentación de Guardiola se convirtió en su primera declaración de intenciones: 'El equipo correrá, se esforzará y creará un bloque del que la gente estará orgullosa porque verán que los jugadores lo darán todo en el campo'. Aunque también se refirió a un conjunto sin Deco, Ronaldinho y Etoo y, al final, el camerunés sigue en el club.

En lo futbolístico, se declara 'fan absoluto del fútbol de ataque', una premisa que ha defendido de forma recurrente. '¿Que cómo saldremos? Al ataque, a hacer goles', ha asegurado cada vez que se le ha preguntado. 'Quiero un equipo ambicioso; nuestra idea es siempre la de ir a por el partido, no quiero a un equipo que especule', ha reiterado en las competiciones por eliminatoria.

Los secretos del éxito en el campo: 'Un buen juego posicional', 'morder, no dejar pensar al rival', 'trabajo, esfuerzo, intensidad y solidaridad'. Guardiola aboga por la defensa en zona de las jugadas de estrategia: 'Marcar al hombre no nos garantiza que no nos marquen goles; en hombre, siempre hay un culpable. En la zona, lo somos todos; por eso, es tan bonita, porque nadie se escapa de responsabilidades'.

En la preparación, apuesta por el trabajo integrado: 'No entiendo la preparación física por sí sola'. Prefiere que 'los jugadores pasen tiempo con sus familias', y ha suprimido la mayoría de concentraciones. '¿Viajar el mismo día del partido? Sé que, si pierdo, recibiré', apuntó antes de jugar en el Vicente Calderón en enero. 'Ojalá fuera Aíto [García Reneses] y pudiera cambiar jugadores cada dos minutos; lo haría', reconoció, hace unos meses, sobre las rotaciones.

'Estamos aquí para ganar títulos'. A Guardiola, ahora, ya no le sirve nada que no sea levantar algún trofeo. Tras repetir hasta la saciedad que su equipo 'no es perfecto' y que 'el elogio no sirve para nada', se muestra 'ilusionado con lo queda hasta que acabe el campeonato'.

Guardiola sigue 'agradecido' a los que confiaron en él, a pesar de su poca experiencia y, de puertas hacia afuera, defiende a sus futbolistas por encima de todo. Por Messi realizó sus primeras y últimas críticas a los árbitros. 'Hasta un ciego ve que le han hecho penalti', denunció tras el partido ante el Bayern en el Camp Nou. 'No me gustaría que se pensasen [los árbitros] que porque no opinamos no nos damos cuenta de las cosas. Nos jugamos mucho todos, no sólo el Madrid', abundó en Getafe.

Ayer, tiró de fina ironía ante la teoría de que, contra el Barça, los rivales no lo dan todo porque se saben inferiores y se reservan para ganar al Real Madrid. 'Celebro que se hayan dado cuenta de que los equipos nos regalan los puntos. Han tardado un poco. Felicidades', sentenció.

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