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Mourinho se lleva la lección de su vida

ELÍAS ISRAEL

Me dice alguien que conoce muy bien a Mourinho que en cualquier otro club de los que ha dirigido (Oporto, Chelsea o Inter) hubiese cambiado su sistema para evitar que el Barcelona jugase tan cómodo, con tan infinita superioridad. Vamos, que hubiese metido a Lass de principio para evitar la sangría futbolística que se vio ayer en el Camp Nou. Puede que por vez primera en toda su carrera, Mourinho no haya sido fiel a sí mismo y se haya convertido en víctima de la idiosincrasia del Madrid a la que prometió adaptarse. El entrenador más incorrecto decidió ser políticamente correcto en el peor escenario posible y se llevó el primer 5-0 de su carrera.

Se podría hablar de futbolistas del Real Madrid, especialmente Di María, Benzemá u Özil, que se arrugaron de manera flagrante en la cita crucial, pero lo cierto es que cuando se presencia un monólogo de tal calibre lo mejor es no buscar culpables y mascullar una derrota tan justa como dolorosa.

El Barcelona sigue estando a una importante distancia futbolística del Real Madrid de Mou, sus automatismos son impresionantes y su solidaridad en la presión cuando la pierden es lo más encomiable de un equipo estratosférico. Nadie debe olvidar que este Barcelona de Pep es un equipo de leyenda, como el baño de anoche.

Este clásico ha puesto las cosas en su sitio y ha sacado a relucir que a Mou le queda mucho por pulir, por mejorar y por construir para crear un Madrid a la altura de este Barcelona, que anoche se volvió a meter al firmamento futbolístico en el bolsillo con un partidazo de los que hacen época.

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