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Pellegrini admite que tiró el partido

A Mourinho esta vez no le parece 'anormal' la alineación del rival

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Con todos los focos encima, Mourinho y Pellegrini se dieron la mano. Fue el entrenador chileno el que se la tendió con educación en el banquillo que ocupó la temporada pasada. Cristiano también tuvo un gesto de elegancia cuando fue a saludar a su exentrenador.

Enfundado en su abrigo, Mourinho ofreció posiblemente la versión más heriática que se le recuerda desde que llegó al Madrid. En el primer tiempo, sólo se asomó al principio al área técnica para pedir más intensidad en la presión. Recostado en el banquillo, el portugués interiorizó sin su expresividad habitual cada uno de los goles de su equipo. Siguió el partido con mirada de entrenador aislado en sus pensamientos, que le brotaron cuando ordenó a los 23 minutos que Granero y Adebayor saltaran a calentar. Probablemente fue el partido en el que más calmado se le ha visto a Mou. Escuchó cánticos de apoyo del madridismo a la vez que los silbidos del centenar de aficionados del Málaga que acudieron al Bernabéu. En una pancarta, la hinchada malacitana le pedía respeto para su club y para su ciudad. El alcalde de Málaga también le respondió: 'No fue muy acertado, creo que fue torpe. Quería afectar la moral de Pellegrini y también a los jugadores. Me parece un desacierto'.

Pellegrini no apareció tocado por la moral, pero sí rebajó su alineación, al pensar que su Liga se juega en otros estadios, lo mismo que pensó Preciado cuando acudió al Camp Nou. Y metiendo en un aprieto a Mou, reconoció poco menos que tiró el partido: 'El 7-0 es un trámite que no nos afecta en nada. Salí a ganar aquí habría sido una irresponsabilidad. No entendería que Guardiola se enfadara. El partido de Osasuna es más importante para nosotros que el del Madrid. Por eso reservé a Rondón, Apoño, Sebas, Recio, Maresca y Gámez, que no podía jugar'.

A Mourinho, pese a sus palabras hacia Preciado, no le pareció 'anormal' lo que hizo el Málaga, 'porque venía de jugar una final hacía 48 horas y tiene otra más el próximo domingo'. Y el técnico alabó a Benzema: 'Su actitud ahora es completamente diferente'.

Cristiano se desesperó como siempre cuando no le llegó el balón. Cuando logró su objetivo, las dos primeras veces se limitó a recibir las felicitaciones de sus compañeros. Con el tercer tanto, se fue del campo igualando a Messi como máximo goleador del campeonato. No había posibilidad de ser sustituido, pero le dolía un tobillo y se fue. Un gesto nunca visto antes en el insaciable CR7. 'Si tiene algo, es pequeño. No es un drama', tranquilizó Mourinho, que se mostró más preocupado por la lesión del malaguista Cala.

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