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El Barça adquiere velocidad de crucero

Desde la derrota en Anoeta, el equipo azulgrana se ha desatado. Encadena nueve victorias, anotando 34 goles. Su tridente carbura y el estilo de juego vertiginoso comienza a funcionar y a divertir. Y todo contrasta con la crisis del Madrid.

Luis Suárez se abraza con Messi ayer en el nuevo San Mamés. /EFE

EFE / PÚBLICO

BARCELONA.- A todo tren. Así ha decidido disputar la Liga el Barcelona desde su derrota en Anoeta (1-0) en el primer partido del año, el que representa un antes y un después en el rendimiento del conjunto azulgrana esta temporada. Anoche, en San Mamés el conjunto azulgrana demostró que anda de dulce (2-5).

Desde aquel fatídico partido ante la Real, el Barça ha encadenado nueve victorias consecutivas, si se suman los cuatro triunfos logrados en las eliminatorias de Copa del Rey ante el Elche y el Atlético de Madrid. Y lo ha hecho además con un festival de fútbol y goles.

Un total de 34 tantos marcados en los últimos nueve partidos arrojan un promedio demoledor de 3,8 goles por encuentro, que aumenta hasta los 4,2 tantos si prestamos atención solo al a Liga. Antes de caer en San Sebastián, el equipo de Luis Enrique Martínez había anotado 41 goles en dieciséis jornadas, un promedio de 2,4 tantos por encuentro, casi la mitad que en este último mes de curso.

Desde entonces, amparado en el estado de gracia de Messi y de un Neymar en racha realizadora, el equipo ha decidido atacar los partidos a tumba abierta. Tanto es así, que también se ha doblado el promedio de goles en contra, que ha pasado de ser de 0,5 tantos, hasta el tropiezo ante la Real Sociedad, a un gol encajado por partido -justo el doble- a partir de entonces.

Apuesta por la verticalidad

Los azulgranas salen ahora a buscar los partidos presionando más arriba y ponen cerco a la portería rival con una fútbol más dinámico, directo y vertical. El propio Luis Enrique no esconde que le gusta jugar al ataque, aunque sea a costa de encajar goles. 

Cuando su oponente acepta el intercambio de golpes, el aficionado puede disfrutar de partidos de ida y vuelta tan trepidantes como el Atlético-Barça de los cuartos de final de Copa o los dos últimos duelos ligueros contra el Villarreal y el Athletic.

Al Barcelona jugar la Liga a todo trapo le sienta de maravilla. Su pegada es tal, que poco importa que se haya olvidado de controlar el tempo de los partidos a su antojo, una de sus señas de identidad en los últimos años. En la brillante victoria de anoche en La Catedral, los dos jugadores azulgranas que menos intervinieron en el partido fueron Xavi Hernández e Ivan Rakitic, algo que no hace tanto podría haber encendido todas las señales de alarma y que ahora no es más que la constatación de que el equipo prefiere explotar la velocidad en la transición y el juego de espacios.

A este juego animado y divertido ha contribuido el gran momento de Messi, en plan asociativo y ha marcado en todos los partidos de Liga desde Anoeta, y la explosión goleadora de Neymar. Ambos se entienden y se buscan en el campo. Y Luis Suárez ayer ya logró romper su mala racha de cara a puerta. Sin embargo, el uruguayo está aportando sacrificio a la hora de abrir espacios en las defensas, lo que es aprovechado por los hombres que llegan desde la segunda línea.

El único grande que aspira al triplete

Bajo estas nuevas señas de identidad, el Barça ha pasado de aburrir con su fútbol previsible en estático a divertir -y divertirse- de lo lindo, convirtiéndose en el único equipo que aun opta al triplete y que ha sido capaz de ganar los últimos cinco partidos de Liga. El Real Madrid, que cayó en el Calderón, y el Atlético, que hizo lo propio en el Camp Nou solo han ganado los últimos cuatro compromisos ligueros y además han quedado eliminados de la Copa del Rey.

Ambos presentan una estadística sensiblemente inferior a la del conjunto azulgrana en estas cinco últimas jornadas. Los blancos tienen un promedio de 2,4 goles marcados por 1,2 goles encajados, mientras que el conjunto que dirige el 'Cholo' Simeone ha anotado 2,6 tantos por partido y encajado un gol por encuentro.

Contraste con un Madrid deprimido

Es verdad que todavía el liderato lo ostenta el Real Madrid, pero el derbi del sábado en el Calderón le ha sumido en una crisis que ya se veía vislumbrando en partidos recientes. El 4-0 ha dolido mucho, sobre todo por la falta de respuesta por parte de Ancelotti ante la falta de actitud y la apatía demostrada por sus jugadores ante un rival al que no han ganado en los seis encuentros que les han enfrentado en esta temporada.

Mientras, el Atlético todavía está a cuatro puntos de la cabeza pero ha mostrado que está fino en lo físico y con la moral por las nubes. Además, se le añade que el sábado dio un recital en cuanto a repertorio futbolístico para ganar en todas las facetas del juego al Real Madrid.

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