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La cúpula directiva del Zaragoza dimite en pleno

Con la marcha de Eduardo Bandrés y su consejo de administración, el máximo accionista, Agapito Iglesias, se queda solo al frente del club

AGENCIAS

El presidente del Real Zaragoza Eduardo Bandrés ha renunciado hoy a su cargo, al igual que todo el consejo administración del club que a partir de ahora será dirigido por el máximo accionista de la entidad, el constructor Agapito Iglesias.

En una rueda de prensa convocada por el club aragonés, Bandrés, a quien acompañaba Iglesias, ha hecho pública su renuncia y la del resto de componentes del consejo de administración con la lectura de un comunicado. Tras esto ha abandonado la sala de prensa después de saludar uno por uno a todos los periodistas presentes.

Bandrés, catedrático de economía de la Universidad de Zaragoza, llegó a la presidencia del Real Zaragoza el año 2006 desde la política, ya que renunció a continuar como consejero de Economía del Gobierno aragonés para acceder al cargo, un hecho que provocó una gran sorpresa en la clase política y entre los aficionados zaragocistas ante este insólito cambio profesional.

El ya ex presidente ha señalado que la decisión ha sido tomada 'de mutuo acuerdo' con el máximo accionista y para que éste tenga la libertad de acción que le permita configurar una estructura de gobierno del Real Zaragoza 'más acorde con las necesidades del momento'.

Bandrés ha señalado que su presencia en el cargo han sido tres años y medio de trabajo y dedicación absoluta al club, con la mirada puesta en 'gestionar con honestidad' los intereses, 'no sólo de los propietarios de la sociedad sino de los aficionados que sienten como propios los valores de la historia de esta institución'.

Igualmente ha dicho sentirse responsable al completo de los errores que junto al resto de dirigentes haya cometido y que el proyecto que llegó con Agapito Iglesias se vio desbaratado en la segunda temporada, en la que con el mayor presupuesto de la historia del club se descendió a Segunda División.

'Recuperada al año siguiente la categoría creí conveniente continuar para restañar las heridas deportivas, sociales y económicas que el paso por la Segunda División había dejado en el Real Zaragoza. Sin embargo, apenas días antes de llegar al ecuador de la temporada actual observo que mi presencia al frente de la sociedad puede haberse convertido en un obstáculo dentro y fuera del Real Zaragoza', ha resaltado.

El ex dirigente zaragocista dice marcharse 'sin ninguna acritud, sin ningún rencor y sin cuentas pendientes que saldar', además de con muchos más amigos de los que tenía cuando llegó.

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