Público
Público

Determinante Tino Costa

El Valencia saca adelante con lo justo una cita que el Hércules apenas peleó (2-0)

SALVA TORRES

 

Emery prueba y prueba, pero el Valencia no enamora en Mestalla. Ni con extremos puros, ni reuniendo en el centro del campo a los jugadores más creativos. Eso sí, saca adelante los partidos con lo justo: la pericia de Aduriz y los goles matadores de Tino Costa, cada vez más determinante en este Valencia ciclotímico. Le bastó el tanto psicológico antes del descanso y la puntilla posterior del argentino para desatascar un encuentro soso a rabiar en su primera mitad.

Joaquín y Pablo se sentaron de inicio en el banquillo, dejando que fueran Banega, Tino Costa y el Chori Domínguez quienes probaran fortuna, con idéntico resultado: juego plomizo, atascado y sin ideas. El Hércules se plantó bien en el campo, y punto. Con tan poco, puso nervioso a un Valencia que salvó el pescuezo en la primera mitad gracias a un gol de Aduriz, que pescó prácticamente sin caña. Luego fue Tino Costa quien alumbró el apagado partido con su rosca de falta directa.

El triángulo del medio campo se presentó como si fuera la lámpara de Aladino: pensaron que frotando el balón en corto se cumplirían los deseos de una victoria lucida. Salvo el gol de Aduriz, que abrió sin querer el boleto de la suerte, el Valencia apenas creó peligro en ataque, tirando a la basura toda la primera parte. Tino Costa se saltó el guión marcando un gol de rosca muy bello, que lució como una pepita de oro en mitad de la oscura noche.

El Hércules hizo la hombrada de ganar al Barça en el Camp Nou y vive de esa renta a domicilio. Perdió porque no aportó nada para ganar, salvo una disciplina táctica que le duró hasta que Aduriz marcó. Luego se entregó y el Valencia, quién lo iba a decir, vivió una plácida segunda parte. Guaita, eso sí, dejó una gran parada muy aplaudida por la grada. El Valencia suma y sigue, sin brillo pero muy práctico.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?