Que sí, que este Espanyol va muy en serio. Sabe a lo que juega y encima gana. Como sea. Ayer lo hizo frente a un buen Sporting y jugando casi toda una mitad con un jugador menos. Se asienta en zona de Liga de Campeones y en dos semanas recibirá al Barça invicto en Cornellà. Los de Preciado entran en descenso.

El Sporting logró durante el primer tiempo lo que muy pocos conjuntos habían conseguido hasta ayer en Cornellà: desquiciar futbolísticamente al Espanyol. Los de Pochettino no lograban descerrajar las líneas asturianas, tan hábiles en cerrarse al defender como para abrirse al contraataque. Arriba Sangoy caía bien por las bandas, mientras que Botía y compañía imponían su ley en la zaga.

Osvaldo apenas olía el balón. No encontraba esas asociaciones que Verdú, ausente ayer por sanción, le acostumbra a facilitar. Aún así la ocasión más clara la tuvo Javi Márquez. Obvio, con un fuerte disparo. Se marchó por poco, pero fue suficiente para caldear el frío ambiente del feudo perico. Lástima que el período de descanso estuviera a la vuelta de la esquina.

Tras el descanso, el partido se le puso aún más cuesta arriba para el Espanyol. Baena fue expulsado. Preciado se envalentonó y tiró de banquillo ignorando el altísimo precio de la piel de Pochettino. Y a punto estuvo de llevarse el partido si Morán hubiera estado más acertado ante Kameni. Y pagó por ello.

Luis García sí atinó en la única combinación de la delantera perica. Es lo que tiene Cornellà-El Prat y un Espanyol enrachado. El Sporting, como era de prever, se fue a por la igualada. Pero quién le quita un pedazo de carne a un león hambriento...