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"Hasta luego, Raúl"

El 7, que no quiso desvelar su próximo destino, no pudo contener las lágrimas por la emoción

HUGO JIMÉNEZ

Ni siquiera eran las nueve de la mañana cuando Raúl se personó en la Ciudad Deportiva del Madrid. Siempre fue el primero en acudir a los entrenamientos y ayer, en su despedida, no fue la excepción. 'Hoy he dormido poco; pero porque tenía ganas de ir temprano a Valdebebas y despedirme de todos', indicó después el ya ex capitán blanco.

Raúl saludó uno por uno a todos los operarios del club con los que se cruzó (preparadores físicos, utilleros, recuperadores, delegados, fisioterapeutas, personal de seguridad, jardineros...), habló unos minutos con el nuevo entrenador, Mourinho, y bajó al vestuario para despedirse de sus ex compañeros. Según los presentes, el adiós del 7 fue tan emotivo que las lágrimas corrieron por Valdebebas. Especialmente representativo fue el abrazo entre Raúl y Pedro Chueca, fisioterapeuta y persona de confianza del delantero. Después Raúl se marchó al Bernabéu, para encontrarse con Jorge Valdano, director general del club.

El delantero visitó Valdebebas antes de ir a despedirse del Bernabéu

En las entrañas del que fue las últimas 16 temporadas su estadio, el 7 aguardó hasta la hora de la despedida. Esta se celebró en el palco de honor y, antes que Raúl, tomó la palabra Florentino Pérez. El acto estuvo presidido por los títulos que el delantero logró de blanco y, a diferencia de la despedida a Guti, asistió la plana mayor del madridismo. La junta directiva prácticamente al completo, Valdano, Miguel Pardeza, director de fútbol, Karanka, segundo entrenador, e incluso Mourinho, que asistió en chándal tras el entrenamiento, no se perdieron el emotivo adiós de Raúl.

'Son muchos los hombres que forman parte de la leyenda del Madrid, pero pocos los elegidos para reflejar lo que es el madridismo', inició el acto Florentino. Fue un discurso breve, de apenas tres minutos, y en él emplazó a un futuro cercano al jugador. 'Su currículum es más propio de un club que de un jugador. Millones de seguidores de todo el mundo se declaran raulistas. No es un adiós, sino un hasta luego', concluyó el presidente, quien después se marchó. No lo hizo Raúl, quien tras hacerse la foto de rigor, en la que no pudo evitar derramar alguna lágrima, pisó de nuevo el césped del Bernabéu para despedirse de los alrededor de 500 aficionados allí presentes.

Después, Raúl, acompañado de Valdano, ofreció sus últimas palabras como madridista. 'Ha llegado el momento, uno ha tenido sensaciones de que esto tenía que terminar, han sido muchísimos años vistiendo la camiseta del mejor club del mundo', empezó diciendo Raúl. El ex capitán reconoció que tomar la decisión 'fue muy difícil', y que la conversación que tuvo antes de vacaciones con Mourinho le hizo plantearse quedarse. 'Me hizo dudar porque además es un gran entrenador y un gran acierto, siempre me había gustado; los compañeros que han estado con él me han hablado maravillas y tampoco ha sido tan fácil, lo fácil era quedarme, tenía la ilusión de entrenarme con él', valoró el delantero, quien, de haber seguido cree que 'habría jugado mucho'. De su paso por el Madrid recordó como momento más especial 'el día que me enteré que jugaría en Zaragoza. Se lo dije primero a mi madre. Recuerdo que mi padre cenaba sopa y apenas podía hablar', recordó con nostalgia. Raúl valoró a Guardiola como el mejor rival que tuvo, 'por lo que viví con él en la selección y porque en el campo ya era entrenador', y a Redondo como su mejor compañero. Aún así, el 7 dijo que no quería olvidarse de ninguno de los que tuvo durante estos años y una y otra vez se negó a desvelar su futuro, aunque es un secreto a voces que fichará por el Schalke 04.

Valdano, por su parte, situó a Raúl como 'el jugador más grande del Madrid junto con Di Stéfano. Lo pongo inmediatamente después'. Todo lo que comienza tiene un final. De momento, lo de Raúl es un 'hasta luego'.

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