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Lorbek, la llave del Barça

El esloveno abre la defensa del Baskonia con 26 puntos y lleva a los azulgrana a su tercera final consecutiva

NOELIA ROMÁN

Un dato ilustra por encima de todos el tremendo mérito que encierra la tercera presencia consecutiva del Barcelona en la final de la Copa del Rey: los tres solitarios puntos con los que Juan Carlos Navarro, su jugador franquicia, concluyó la durísima semifinal ante el Caja Laboral. Que los muchachos de Xavi Pascual lograran ayer minimizar los efectos de ese handicap e imponerse a los vitorianos (66-57) habla de la amplitud de recursos de los azulgrana; de su capacidad de trabajo y sacrificio; y de un nombre: Erazem Lorbek. Jugador excepcional, dotado de una muñeca que no discrimina distancias, el esloveno resolvió todos los problemas ofensivos del Barça, que ayer fueron muchos. Sus 26 puntos y cuatro rebotes fueron casi el único borrón en la férrea defensa de los de Dusko Ivanovic, que sólo se desajustó al final.

Claro que, también en ese aspecto, el Barça acabó ganándole la mano a los vascos: los cinco míseros puntos del Baskonia en el último cuarto -dos en ocho minutos- son más que reveladores. Sólo así, con un cerrojo que ni siquiera Teletovic logró desactivar en el instante decisivo, y con la inspiración ofensiva de Lorbek, pudieron los azulgrana sobreponerse a la mala tarde de Navarro -falló todo lo que probó, excepto tres tiros libres-, y al plan trazado por Ivanovic, un encuentro muy trabado.

Jugado a un ritmo trepidante en su primer cuarto, el duelo bajó revoluciones después, convencido como estaba Ivanovic de que al Baskonia le convenía un partido a pocos puntos. No quiso el técnico montenegrino prolongar el correcalles inicial, por más que a su equipo, más despierto en la salida, le había sentado de maravilla (4-12). Hasta que la aparición de Navarro en cancha mudó el panorama. Desacertado en el tiro, el escolta azulgrana ejerció de asistente. Lorbek fue su principal receptor. Sólo el ala-pívot esloveno replicó a los puntos de Lampe, estilete vasco en ese primer acto desbocado que el Barça acabó domando (19-18).

Con Fran Vázquez en versión intimidadora en la retaguardia, Lorbek excepcional en ataque y Sada al mando, los de Pascual se fueron entonando ofensivamente, justo lo que no quería Ivanovic, que no tardó en reajustar su defensa. Muy vigilado Navarro por Oleson y Pau Ribas, le costó al Barça encontrar alternativas ofensivas más allá de Lorbek. Fallaron los de Pascual en el triple y, a menudo, en el tiro de media distancia. Funcionaron, eso sí, mejor en el juego interior.

Aunque se dejó unos cuantos rebotes, la defensa azulgrana funcionó lo suficientemente bien como para reducir el segundo cuarto a un duelo anotador entre Teletovic y Lorbek. Inédito durante 11 minutos, el alero baskonista asumió la responsabilidad de seguir la estela del Barça, que nunca logró despegarse (34-33, al descanso). Hasta el cuarto final. Los azulgrana dieron entonces una vuelta de tuerca a su defensa con la aportación de Mickeal, secaron a los de Ivanovic y, con la muñeca de Lorbek, abrieron un hueco, imposible ya de cerrar para los vascos. Su tercera final consecutiva le costó al Barça mucho trabajo y sudor.

Barcelona: Huertas (2), Mickeal (5), Eidson (7), Lorbek (26), N'Dong (8) -cinco inicial-; Navarro (3), Vázquez (8), Rabaseda (2), Sada (5), Wallace (0) e Ingles (0).

Caja Laboral: Prigioni (0), Oleson (2), San Emeterio (12), Teletovic (15), Lampe (10) -cinco inicial-; Ribas (2), M. Bjelica (9), N. Bjelica (3)14.700 espectadores , Walsh (2) y Heurtel (2).

Árbitros: Hierrezuelo, Redondo y Conde. Sin eliminados.

Palau Sant Jordi: 14.700 espectadores. Primera semifinal de la Copa.  

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