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Más de Xabi que de Xavi

La actuación de los jugadores de España ante Honduras

J.MIGUÉLEZ

Casillas

Concedió una salida insegura, pero luego se entonó. Le sacó por rapidez y decisión un balón a Suazo, con 0-0, en la única visita con peligro real al área española. El resto del partidom lo pasó como un espectador más.

Dobló a Navas por el carril derecho, convirtiéndose más en un segundo extremo que en un lateral. Y apareció por el área con insistencia como si fuera un segundo delantero centro. No tuvo precisión ni de lo uno ni de lo otro, pero su ambición fue incuestionable.

No sufrió. Poco exigido, cumplió con creces para atajar los tímidos avances hondureños.

Seguro y activo. Fue un lanzador más para el juego por los costados. Resolvió los asuntos defensivos y se animó en los ofensivos. Vital en la salida del balón. Muy preciso en los balones largos.

Correcto. Subió por su banda, pero sus centros enroscados no fueron venenosos.

La baza escondida de la alineación. La profundidad sobre el toque. Los jugadores estuvieron muy pendientes de él en el mismo túnel de vestuarios. Xabi Alonso le habló, luego Capdevila, finalmente Ramos le hizo una carantoña. Cumplió. Encaró con insistencia por el costado. Y siempre resolvió con centros al área, tanto en el ataque estático como en las contras. Vio bien el desmarque hacia atrás de Villa en el 2-0. Y provocó un penalti. Es veneno puro.

Del Bosque le mantuvo en el once pese a las recomendaciones externas y respondió. Inicialmente ejerció como pivote exclusivamente defensivo, pero con el paso de los minutos, Xabi Alonso se quedaba y Busquets se soltaba más arriba. Seguro en el corte del balón y preciso en la distribución, siempre sencilla. Se permitió algún lujo con la pelota.

Extraordinario. Cuando el partido estaba abierto, con el empate en el marcador, fue más jefe de la selección que Xavi. Dio salida rápida y profunda de balón hacia los costados. Preciso e intencionado.

Jugó más de media punta que de cerebro. Perdió presencia en el juego, especialmente antes del gol, cuando la prisa y los cambios de juego, le comieron el terreno al toque. España no jugó al ritmo que el quiso. Buscó más el pase definitivo que el de trámite.

Insistió e insistió. Pero anduvo enfrentado al gol. Le pudo la ansiedad. Siempre remató con precipitación, tanto de cabeza como con el pie. Le falta. Su trabajo

La entrada de Torres le desplazó al costado izquierdo. Se sintió a gusto allí. Recibió mucho juego y le amargó la vida a su lateral encarándole hacia dentro. Arañó tiros y desbordes. Y se fabricó un gol fabuloso. Se merendó a tres hondureños y enroscó un disparo ajustado a la escuadra. El tanto que le dio a España la serenidad. Luego marcó otro gol. Tiró un trallazo al larguero. Un peligro constante.

Del Bosque le hizo salir el primero, tal vez como guiño. Se esperaba jugar en el once inicial, para dar toque y llegada, pero el seleccionador insistió en Busquets. Cuando saltó al campo, ya con el partido resuelto, dio eso, toque y llegada.

Otro guiño. Se hizo ilusiones de jugar el primer partido, pero Del Bosque arriesgó con Iniesta y luego no le dio entrada en ninguno de los cambios. Ayer salió cuando el seleccionador entendió que ya estaba bien de jugar con dos puntas.

Testimonial. Salió para frenar el ímpetu ofensivo de Ramos y ahorrar sustos.

Hizo cosas diferentes a las que anunció. Tanto en la alineación como en la forma de juego de España. Su planteamiento sí pareció conocer los defectos de Honduras, el mejor lugar por dónde atacarla.

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