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Raúl aviva la llama de la Liga

Con un ‘hat trick’, el delantero madridista acorta a cuatro puntos la distancia con el Barça a una semana del clásico. El Sevilla se vino abajo tras la primera media hora de juego

ALBERTO CABELLO

De los 6.000 millones de habitantes que tiene el planeta, Raúl González Blanco era el único ser humano que confiaba en las posibilidades del Real Madrid para ganar la Liga en aquellas semanas en que la diferencia con el Barcelona era de 12 puntos y a pesar de que la distancia entre el juego de uno y otro se midiera en años luz. En tiempos de crisis es cuando su majestad se hace más evidente. Resulta muy fácil reinar cuando los resultados acompañan o la institución es cristalina. Raúl se agiganta cuando el club se empequeñece, cuando ha perdido el patrón.

Pasarán Nanines y otras hierbas por el Real Madrid, que mientras el '7' siga en la plantilla nunca será un equipo desahuciado en el césped. El código de barras madridista va tatuado en su epidermis. Gris, lento o con apariencia de triste, jamás permitirá que el trasatlántico se hunda. Siempre hay una línea por escribir en la hagiografía de este santón blanco. Este domingo hubo que hacer hueco para glosar en un nuevo renglón la última de sus gestas.

Firmó en Sevilla su primer 'hat trick' en seis años para ahogar más la cabeza de la clasificación, para convertir en todavía más decisivo el clásico del próximo domingo en el Bernabéu. A medida que se consumen jornadas, el Real Madrid evangeliza al más escéptico de sus hinchas. No hay madridista que ya no albergue la esperanza de ganar un título que hace una vuelta tenía nombre y apellidos.

El Real Madrid es un equipo inmerso en un plan de ahorro futbolístico evidente. Economiza posesión, ocasiones y creatividad a la espera de que el resultado le acompañe. Es un Madrid de recortes, de rebajas. La apariencia es de ganga, pero en sus entrañas se esconde un monstruo dormido. Un bicho con los colmillos de Raúl e Higuaín, el corazón de Lass y la seguridad de Casillas.

Esta fisonomía va acompañada de un estado físico óptimo. Hacía mucho que no se veía a un Madrid tan poderoso en este aspecto. Mantuvo el nivel los noventa minutos sin resentirse en lo más mínimo.

La asepsia del Real Madrid se agudizó ante la marabunta del Sevilla en la primera media hora. Como en un trabalenguas, en ese primer tramo del encuentro el Sevilla de Manolo Jiménez se asemejó al Sevilla de Juande Ramos y el Real Madrid de Juande Ramos fue un retrato fidedigno de la imagen que ha dado el equipo desde la llegada del manchego. La renuncia al balón fue la de costumbre.

Por cada zona del campo los blancos encontraban un problema. La presión hispalense acorralaba al equipo a la vera de Casillas. Lass y Gago tardaron diez minutos en conducir el balón hasta el campo contrario. La fortuna acompañó a los merengues en ese tramo, ese apretón local le pudo haber costado la liga. La peor versión del Madrid sobrevivió a un derroche que luego le pasó la cuenta al Sevilla.

Perotti le encontró las cosquillas a Ramos para telegrafiar un centro medido a Renato entre los dos centrales. El Real Madrid en ese momento era un zombie. Kanouté tuvo una oportunidad de oro para dejar el partido ya con media estocada. Al poco, Perotti volvió a tener el gol pero salvó Casillas en el uno contra uno.

Todo fue diferente a partir de la media hora. El partido cambió de amo en un visto y no visto. A medida que el Sevilla caía en picado, el Madrid se reconstruía. El primer síntoma llegó de la mano de Lass. Este caco del centro del campo empezó a hurtar la posesión de los locales con cada vez más facilidad.

Hambrientos, hasta entonces, Guti y Higuaín encontraron víveres para conducir hasta la portería de Palop. El argentino se encontró con una magnífica intervención del portero en una internada por la izquierda. Repitió maniobra pero esta vez el balón se le marchó desviado.

El empate llegó de una insólita cabalgada de Metzelder que rebañó Raúl en el primer palo. Justo antes del descuento, los blancos se habían apoderado del partido en menos de un cuarto de hora. Gestión exquisita de los tiempos.

El segundo tiempo fue el festival del Raúl y un inesperado paseo ante un rival que se había entregado. Sin excesos, ni lujos; el Madrid ha consolidado un método igual de válido para ganar la liga. Las dos metodologías se pondrán en juego el próximo fin de semana en el Bernabeú.

Sevilla: Palop; Adriano, David Prieto, Escudé, Fernando Navarro; Duscher (Luis Fabiano, m. 60), Romaric (Maresca, m. 80); Navas, Renato, Perotti; y Kanouté.

Real Madrid: Casillas; Ramos, Cannavaro, Metzelder, Torres; Lass, Gago; Higuaín (Van der Vaart, m. 84), Guti (Javi García, m. 77), Marcelo; Raúl (Huntelaar, m. 67).

Goles: 1-0. M. 15. Gran centro de Perotti desde la banda izquierda que remata de cabeza Renato pegado a un palo. 1-1. M. 45. Centro desde la derecha de Metzelder que conecta Raúl, atento, desde el primer palo. 1-2. M. 62. Centro de Torres que remata Raúl medio cayéndose ante la presencia de Escudé. 1-3. M. 65. Error en la recepción de Palop, que aprovecha Raúl en la boca del gol. 2-3. M. 79. Capel marca después de un grave fallo de Ramos. 2-4. M. 92. Marcelo marca en una contra.

Árbitro: Burrull. Amonestó a David Prieto y Marcelo.

Sánchez Pizjuán: 45.000 espectadores.

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