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Renato siembra goles

El equipo de Jiménez administró los tiempos del partido y se mostró muy superior al equipo rumano, que fue incapaz de hacer frente al juego andaluz.

ALBERTO CABELLO

Aunque comparte cartel en la competición más prestigiosa de Europa, nada tiene que ver la atmósfera en la que habitan el Sevilla y el Steaua de Bucarest. Sin demasiadas complicaciones, con apretar lo justo y el tino suficiente para marcar, los andaluces disfrutaron de un partido plácido en la capital de Rumanía. La victoria casi ha asegurado la presencia de los sevillistas en la salsa de los octavos de final de la Liga de Campeones; un nuevo territorio inexplorado para un club que acumula otra conquista a su historia reciente.

Manolo Jiménez recurrió ayer al sistema del delantero y medio con Renato en la mediapunta. Era un dibujo recurrente para Juande que retomó ayer por vez primera el entrenador sevillano. No pierde pólvora el Sevilla con este esquema, Kanouté juega un par de metros más adelantado para interpretar el papel de Luis Fabiano, pero la contundencia ofensiva no se resiente.

El delantero de Malí lleva su juego de toque, control y distribución de juego de espalda a la portería más cerca del portero rival. Ciertas maniobras del africano se asemejan al mejor Kiko del Cádiz y del Atlético. Con una de sus cabriolas para amansar la pelota habilitó una asistencia precisa a Renato que a punto estuvo de dibujar un gol precioso.

La corriente de la marea siempre llevaba hasta la orilla de Zapata. Para el Steaua ya era toda una proeza sacar el balón controlado desde su área. Petre intentó conectar con sus interiores y delanteros pero es el rumano un equipo cortocircuitado. No hay enchufe que conecte una línea y otra, la única posibilidad que tuvo para llegar a ver a Palop de cerca fue tirar el balón al aire y esperar el acierto de sus torres. Dragutinovic y Mosquera se bastaron para evitar problemas.

El central serbio es un guardaespaldas perfecto para dar confianza a su compañero de zaga. Mosquera se sometió ayer al tratamiento del serbio y salió muy bien parado. Tardaba ya el primer gol sevillista cuando Navas, Poulsen y Renato resolvieron con acierto la ecuación de una jugada ensayada.

La recolecta de goles en el primer tiempo fue escasa ante la superioridad sembrada en la primera parte. El rival con un solo gol de diferencia se enrabietó tras el descanso y obligó a más esfuerzo a los sevillistas. El Sevilla arrió las velas a la espera de otros partidos antes de tiempo; los rumanos, con la Champions ya perdida, todavía tienen el accésit de meterse en la UEFA.  Amagó con más fuerza que otra cosa sin que las apreturas fueran más allá de un susto. Con dos buenos gritos de Jiménez y un cambio, el equipo se reenganchó al partido.

La sustitución devolvió a Jesús Navas a la derecha y mandó a Capel a la izquierda. Una maravillosa jugada por la derecha de Alves, Navas y Renato tapió, por fin, la victoria  con un espléndido cabezazo.

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