Irse con 20 años a la NBA es toda una aventura y un sueño para cualquiera. Lo consiguió Sergio Rodríguez (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 1986) tras sólo tres temporadas en el Estudiantes, un histórico de la ACB ahora en horas más bajas. Todo un logro para un equipo que no tiene la fuerza y el poder económico de Barcelona o Real Madrid.

Allí, sin embargo, al Chacho no le dejaron gozar en exceso. Aunque lo dio todo, sólo logró asentarse algo en su última campaña en Portland, mientras que en Sacramento y en Nueva York con los Knicks tampoco tuvo especial regularidad. No guarda, no obstante, mal recuerdo el canario de su odisea de costa a costa estadounidense. 'No fue una decepción. Disfruté mucho de la NBA, cumplí un sueño al estar jugando allí. Me queda esa experiencia, pero me apetecía también volver y competir por títulos', reconoce a Público.

Volvió a España, al eterno enemigo de Estudiantes: el Real Madrid. Y, tras tres temporadas, ha logrado asentarse como una de las claves y estrellas de los blancos. Pero también de la selección española. Después de años en los que no contó para el seleccionador de turno, el base se convirtió en el Eurobasket de Eslovenia en uno de los más destacados del combinado de la mano de Juan Antonio Orenga.

Quién sabe si sin él acaso se hubiera logrado el bronce. Ha descansado poco desde entonces, apenas unos días. Jornadas en las que se ha comido la cabeza lo justo por los momentos en que fallaron. 'Se le dan las vueltas lógicas, pero estamos contentos por el resultado final. Creo que quitando algunos minutos, lo hicimos bien', asegura. Un campeonato en el que se abusó del juego interior con Marc Gasol y se echaron de menos ciertas ausencias. 'Seguramente con Pau y Navarro las cosas hubieran sido distintas, porque son dos grandísimos jugadores y seguro que hubieran aportado mucho', admite. 

Sobre el Eurobasket: 'Se le dan las vueltas lógicas, pero estamos contentos por el resultado final'

Este martes, tras una breve gira por China, el Real Madrid vuelve a la Liga Endesa (ante el Valladolid a las 20:30 horas), tras su deslumbrante temporada pasada, en la que jugaron la final de la Euroliga y ganaron la competición doméstica ante el Regal Barcelona. Regresan sabedores de que son los máximos favoritos y de que este debe ser, por fin, su año en Europa. La campaña anterior el mazazo fue grande. Cayeron en la final ante Olympiacos después de ir ganando por más de una decena de puntos. Todo un golpe, una decepción. Sergio descarta que les faltara una experiencia de la que todo el mundo habló y que siempre se va unida a equipos griegos y rusos en el baloncesto. Su receta para este año es simple: 'Ir tranquilos, trabajar, estar ilusionados y saldrán las cosas'.