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David Cal: "La vida puede seguir siendo maravillosa"

En su vida triunfan dos leyes por ahora. Una, la retirada es una decisión a medida. Y la segunda es que, a pesar de cinco medallas olímpicas, no va a poder vivir de las rentas.

El medallista olímpico español David Cal

ALFREDO VARONA

MADRID.- En su álbum de fotos, ya no existe espacio para la sexta medalla olímpica. A los 32 años, la motivación de David Cal (Cangas de Morrazo, 1982) se ha agotado en la canoa. Lo ha hecho con la misma paz con la que apareció. En una sociedad con tantas prisas, Cal representa al hombre tranquilo. Tiene ese carácter. Tiene esa ventaja que tantas veces le impidió perder la paciencia, protegido por esa seguridad que impide que se salga de carril, incluso, en esta entrevista en la que razona con seguridad. "La duda está más cerca del fracaso que del triunfo". Ahora, sólo espera con calma que vuelva a salir el sol. Volverá entonces a encontrar su camino, sin la nostalgia de los perdedores, cosas de un tipo que nunca se dejó conocer en profundidad. Ni siquiera en estos días con aroma de despedida. "Ya sabéis que no me gusta mucho prodigaren en las entrevistas y comparecencias públicas…", sonríe sin vulnerar sus propias leyes, las de ese hombre capaz de quedarse dormido antes de una final olímpica, demasiada tranquilidad en una sola vida.

Usted nos deja fotografías imborrables en estos 15 años. ¿Qué tenemos que agradecerle?
No, no puedo equivocarme. No hay nada que agradecerme. Durante estos años intenté hacer las cosas bien. Y si eso ha servido para ayudar a la gente a ser un poquito más feliz en momentos puntuales me alegro de veras, ya es suficiente agradecimiento. Pero más no, no hace falta.

¿Entonces qué nos tiene que agradecer usted a nosotros?
Supongo que el cariño, el respeto con el que me ha tratado durante todos éstos años, el buen trato que ha tenido la prensa conmigo a pesar de que, como ya sabéis, no me gusta mucho prodigarme en entrevistas y comparecencias públicas, pero… (risas)

¿A los 32 años, ha terminado la época más maravillosa de su vida?
Ha terminado una época, desde luego maravillosa a pesar de los muchos sacrificios, pero no sé. Creo que todavía soy joven y hay muchas cosas por disfrutar que también pueden ser maravillosas. Pero ahora no lo sé. Con el paso de los años tendré más perspectiva para saber si está fue la época más maravillosa o aun está por venir.

¿Vale un hombre como usted para vivir sin objetivos?
De momento, no los tengo, disfrutar un poco de la familia, de los amigos, de todo lo que no había hecho antes. Luego, una vez que vea las posibilidades que se plantean, tendré que marcarme algún objetivo. Unos serán a corto y otros a largo plazo, pero ya veremos. Ahora mismo, no tengo ninguno marcado.

¿Qué sucede cuando la motivación se acaba?
Entonces es el momento de tomar decisiones. Pero no es algo que en mi caso se haya producido de un día para otro. He visto como sucedía poco a poco. He tenido que ser valientes para tomar esta decisión que creo que era la más adecuada para mí.

¿No pidió ayuda a nadie?
No, porque no se trata de pedir ayuda, sino de afrontar una decisión: había llegado el momento de hacerlo, había que aceptarlo. Pero lógicamente los primeros con los que hablé fue con mi familia y se lo dije y lo aceptaron y…

Cuando le escuchaba decir a usted que en su deporte "hay campeones con 38 o 39 años" lo imaginaba hasta los Juegos de 2020. ¿Todavía está a tiempo de cambiar de opinión?
No, no, ahora mismo me parece imposible que pueda cambiar de opinión. Soy un hombre de ideas claras. Si tomo una decisión es prácticamente imposible que pueda cambiar de idea. He tomado una decisión. No me veo ya compitiendo nunca más.

Entonces se ha cansado del éxito, es mentira que el éxito no canse.
No, no, no creo que sea una cuestión de cansarse del éxito. Pero el tiempo pasa y las cosas se hacen cada vez más difíciles. El hecho de estar en Brasil, tan lejos de casa, el hecho de que lleve tantos años de entrenamientos…, a lo mejor es imposible que pueda ver las cosas igual que antes. Tengo que aceptarlo. He tenido esa valentía.

"Una medalla era producto de 3.000 horas de entrenamiento y 16.000 kilómetros", según su entrenador. ¿Eso puede ser tan duro como trabajar en la mina?
Creo que he sido un afortunado. He hecho lo que me gustaba como la mayoría de los deportistas. Y, sin embargo, no creo que los mineros bajen a la mina por gusto. Las comparaciones son siempre odiosas, porque, además de los mineros, se me ocurren decenas de trabajos bastante peores que practicar deporte de alto nivel. Es cierto que a veces tenemos que pagar un peaje que hay gente que difícilmente podría entender, pero aun así….

¿No era necesaria la duda?
Las dudas nunca son buenas. La duda está más cerca del fracaso que del triunfo. Cuando estás convencido de algo es más fácil que lleguen los buenos resultados; cuando hay dudas es que algo no marcha bien. No, para un deportista, la duda es mala compañera de viaje.

¿Un hombre capaz de quedarse dormido antes de una final olímpica está por encima del bien y del mal?
No, no, para nada. Soy un hombre normal y corriente que no está por encima del bien y del mal. Otra cosa es que mi carácter sea tranquilo. Creo que ha sido mejor así. Conocí el caso de una olímpica que era clara candidata a la medalla de oro y en la final sólo pudo ser cuarta. Los nervios le atenazaron durante toda la noche y no pudo dormir. Yo jamás he tenido ese problema. Quizá por eso he sido medallista olímpico.

Un primo suyo tiene dicho de usted: "No le gustaba perder ni cuando jugaba a las cartas". ¿Tanto temía a la derrota?
No, no, nunca he temido a la derrota, la retirada no es una cuestión de eso… De hecho, le puedo decir que en mi palmarés me falta un Campeonato de Europa, no lo he conseguido nunca y no pasa nada.

Es su manera de convencerse.
Si el trabajo previo está bien hecho, y después hay alguien que lo ha hecho mejor, no pasaría nada, no lo ha pasado nunca: se le ha dado la enhorabuena y ya está. Pero insisto en que no. Nunca he temido a la derrota.

¿Realmente es ahora un hombre feliz?
He intentado ser siempre un hombre feliz y lo voy a seguir intentando en le futuro.

La pena es hacerse mayor. Recuerdo sus primeros con 17 años en Sidney, parecía que esto no iba a llegar nunca y, sin embargo…
Bueno, es el ciclo de la vida, lo sabes cuando empiezas. Hay un momento en que esto se va a terminar y una vez que se ha terminado… La verdad no me genera ningún conflicto. Mi ciclo olímpico ha sido lo suficientemente prolongado como para haberlo disfrutado plenamente.

¿Entonces esta retirada ha sido un sueño hecho realidad?
Sólo ha sido producto de la reflexión, del convencimiento de que era la hora, de que era el momento… Tal vez lo hubiera hecho de otra manera, pero los acontecimientos se precipitaron y las cosas hay que tomarlas como vienen.

¿Qué va a ser de usted a partir de ahora?
Necesito un poquito de reflexión para encontrar lo que más se adecue a mí…

¿No puede vivir de las rentas?
No!!!!

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