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Las familias con menos recursos perdieron cuatro veces más ingresos que las ricas en la primera fase de la pandemia

Los hogares con rentas más bajas disminuyeron un 27% sus ingresos en mayo de 2020, mientras que las familias con rentas altas solo los bajaron un 6,8%.

Viandantes caminan por una vía de Barcelona.
Viandantes caminan por una vía de Barcelona. David Zorrakino / Europa Press

Las desigualdades agravadas por la pandemia se percibieron desde el minuto uno de la emergencia sanitaria. Así lo constata el último informe del Banco de España que asegura que los ingresos de las familias con menos recursos cayeron hasta en un 27% en mayo de 2020, después del confinamiento estricto para frenar la expansión del coronavirus. Mientras, las rentas más altas solo perdieron un 6,8% de sus ganancias. 

El estudio Inequality and psyshological well-being in times of covid-19, elaborado mediante encuestas online, concreta que las rentas percibidas por las familias que ingresan entre 0 y 1.260 euros al mes se redujeron hasta cuatro veces más que las de las que perciben entre 4.050 y 24.000 euros en el mismo periodo. "El cálculo de la pérdida de ingresos es claro y los hogares con menos recursos experimentan cambios porcentuales más grandes", sentencia el informe.

Además, cuando los efectos de la recuperación empezaban a sentirse para algunos, en noviembre de 2020, la desigualdad persistió. En aquella época los más ricos detectaban una pérdida de un 4% de sus ingresos, mientras que las familias con rentas más bajas todavía percibían una bajada de un 18% en sus bolsillos.

El hogar medio, al que el Banco de España considera aquel con unos ingresos de entre 1.260 y 2.700 euros, había perdido en mayo un 16% de sus ganancias prepandemia, y en noviembre solo había recuperado cinco puntos de esta merma. Además, los autónomos habían disminuido en primavera el 46% de sus rentas, aunque se recuperaron de esta caída en casi 17 puntos en otoño. Por su parte, los asalariados experimentaron una bajada del 28% en los ingresos semanas después del inicio del confinamiento.

Brecha de género 

La pandemia también ha exacerbado la desigualdad entre los hombres y las mujeres. De hecho, las mujeres con hijos en hogares con rentas medias son las que más han visto crecer la brecha de género. Esto se explicaría porque son ellas las que, en mayor medida, han perdido su empleo o lo han abandonado para dedicarse a los cuidados.

Las mujeres experimentaron una pérdida de ingresos un 3,8% mayor que los hombres al inicio de la pandemia

También son las mujeres con rentas medias las que más ingresos han perdido en comparación con las mujeres que viven en hogares ricos -que solo se planteaban dejar de trabajar en caso de que tuviesen descendencia- o con menos recursos, puesto que estas últimas no consideraban abandonar su ocupación una opción viable. 

En concreto, las mujeres experimentaron una pérdida de ingresos un 3,8% mayor que los hombres en mayo de 2020 y un 3,9% superior en noviembre. Los datos también reflejan que la recuperación fue mucho más lenta para ellas.

Diferentes ingresos, diferentes preocupaciones

El bienestar psicológico durante la pandemia descendió moderadamente para todos los españoles. Sin embargo, el informe del Banco de España acredita que los motivos por los que lo hizo fue diferente para los ciudadanos en función de su nivel de ingresos. Los encuestados fueron preguntados por las razones por las cuales su felicidad había disminuido.

La principal inquietud de los ciudadanos no fue la misma en marzo que en noviembre de 2020

Entre las opciones de respuesta se encontraban la incertidumbre sobre el futuro, la reducción del contacto con sus seres queridos, las preocupaciones por la pérdida del empleo, los problemas de salud y las dificultades en la conciliación del trabajo y el cuidado de los hijos. Ante tal cuestión, las personas con rentas más altas aseguraron que su bienestar emocional había empeorado por sentirse lejos de los suyos, mientras que los que tenían menos recursos temían prioritariamente quedarse sin trabajo. 

La respuesta más elegida entre los participantes del estudio fue la que hacía referencia a la incertidumbre sobre lo venidero. Curiosamente, esta preocupación solo disminuyó levemente en noviembre de 2020, lo que sugiere que las dudas percibidas por los hogares se mantuvieron altas durante lo más duro de la emergencia sanitaria. En ese mes también aumentó notablemente el desasosiego a causa de la falta de contacto interpersonal, que pasó a ser la preocupación principal conforme avanzaba la pandemia. 


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