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Sabadell descarta vender su filial británica pese a haber recibido muestras de interés

La entidad pide que el impuesto a la banca sea temporal y que "no distorsione la competencia"

Vista de la fachada de la sede del Banco Sabadell en la Avenida Diagonal de Barcelona. E.P./David Zorrakino
Vista de la fachada de la sede del Banco Sabadell en la Avenida Diagonal de Barcelona. David Zorrakino / EUROPA PRESS

El Banco Sabadell no está interesado en vender su filial británica TSB, según afirmaron este lunes los principales ejecutivos de la entidad, tras un artículo de prensa sobre una posible oferta.

Sabadell ya ha congelado los planes anteriores de vender TSB. El banco registró un aumento del 22% en el beneficio neto del segundo trimestre gracias, en parte, al sólido rendimiento de TSB, que ayudó al grupo a superar las previsiones de beneficios.

"Nos alegra que haya iniciativas para comprarlo (la filial TSB), porque lo que quiere decir es que el banco va bien, pero no hay intención de venderlo", dijo el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, a los periodistas en un acto.

El diario Sunday Times informó de que el empresario Edi Truell estaba estudiando la posibilidad de lanzar una sociedad de adquisiciones de propósito especial (SPAC) en Londres para hacerse con grupos financieros como la aseguradora LV, Co-op Bank o TSB.

Por su parte, el presidente del Sabadell, Josep Oliu, dijo que el banco no estaba negociando con posibles interesados en su filial británica, "entre otras cosas porque al TSB se le dio la vuelta hace dos años con muchas dificultades y hoy tiene unos resultados y perspectivas de resultados iguales o superiores al resto del banco en España".

De otro lado, el consejero delegado de Banco Sabadell pidió que el impuesto a la banca sea temporal y que no "distorsione la competencia". "Es inesperado, a nadie le gusta pagar más impuestos. Y si ocurre, finalmente, lo que pedimos es que sea temporal y que no distorsione la competencia", dijo González-Bueno.

El directivo señaló que el banco ya pagó el año pasado en tributos alrededor de 800 millones de euros contra un beneficio neto de 530 millones de euros, dado que los bancos tienen una carga impositiva superior a la del resto de empresas, además de otras cargas adicionales.

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