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Miguel Hernández Juan A. Ríos Carratalá: "Miguel Hernández permanece como poeta y símbolo de la libertad"

Juan Antonio Ríos Carratalá.- EFE
Juan Antonio Ríos Carratalá.- EFE.

Juan A. Ríos Carratalá es catedrático de Literatura Española en la Universitat d'Alacant. Justo ahora acaba de publicar Los consejos de guerra de Miguel Hernández, una edición facsímil con los sumarios de los dos consejos de guerra a los que se enfrentó el poeta junto con un estudio histórico sobre los mismos. Su investigación acabó en juzgados por las demandas de los familiares del alférez Baena Tocón, que exigieron que no se citara su nombre y que cuenta con tres procesos abiertos y más de un centenar de demandados. El libro coincide y se suma a los actos de conmemoración por el 80 aniversario de la muerte del poeta en la prisión de Alacant.

¿La historia del proceso de Miguel Hernández no estaba explicada? ¿Qué aporta este libro?

Miguel Hernández fue sometido a dos consejos de guerra, un primero en Madrid, en el Juzgado Militar de Prensa, y un segundo en Orihuela. Hasta ahora se habían tratado aisladamente, nunca en conjunto y con un estudio histórico completo. También se habían estudiado sin tener en cuenta otros casos que pasaron por el mismo juzgado militar de Madrid. Al estudiar los sumarios en su serie documental, el investigador puede comparar, encontrar matices, errores, etc.

¿Qué quiere decir exactamente esto del Juzgado Militar de Prensa? ¿Por qué delitos se condenó exactamente a Miguel Hernández?

Cuando el franquismo organiza la represión crea una serie de juzgados militares especializados por las profesiones de los encausados: funcionarios, militares, etc. El de Prensa se ocupa de quienes colaboraron en los periódicos republicanos y les acusa de "adhesión a la rebelión". El hecho de publicar en esas cabeceras ya lo consideran un delito con independencia del contenido de los artículos. Hay condenas a periodistas que hacían crónicas municipales o taurinas. Y no solo periodistas, también hay ilustradores, escritores... El Juzgado Militar de Prensa es el encargado de la gente de letras, para resumirlo.

Miguel Hernández tuvo una amplia actividad en defensa de la República. ¿Se le condena específicamente por lo que escribió en prensa

Los instructores pretenden tener en cuenta todas las colaboraciones en la prensa, pero no realizan un estudio pormenorizado e ignoran una buena parte. La actividad antifascista de Hernández es extensa e intensa, pero aquellos juicios se hacían deprisa, sin apenas medios y el rigor jurídico era casi nulo. Los tribunales militares tienen suficiente con algunos indicios y recortes de prensa para condenar sin posibilidad real de ejercer el derecho a la defensa. Por ejemplo, en 1937 Miguel Hernández publica Teatro en la guerra, que es un volumen de agitación y propaganda, pero no tienen en cuenta las obras recopiladas. En cambio, una prueba fundamental del sumario es una nota añadida a la edición repleta de errores, donde incluso está mal la fecha de nacimiento, pero que señala su condición de comisario político. Bastaba esa nota anónima, sin ninguna otra comprobación, para considerarle comisario político.

Hace 80 años de la muerte de Miguel Hernández, podríamos decir que prácticamente asesinado. ¿Qué peso tiene su figura hoy en día?

Las numerosas actividades programadas con motivo del aniversario responden a la pregunta. Cada año se moviliza mucha gente para recordar al poeta. El día 22 tuvimos un recital de sus poemas a cargo de Emilio Gutiérrez Caba en la Universitat d'Alacant y el paraninfo estaba lleno. La biografía escrita por José Luis V. Ferris se ha reeditado de nuevo porque sigue concitando el interés de los
lectores. Y otros datos nos indican su permanencia como poeta y símbolo de la libertad.

Recientemente, ha habido intentos de la extrema derecha de apropiarse de algunos poetas asesinados o expulsados por el franquismo, como unas declaraciones de una diputada de Vox asegurando que García Lorca les votaría a ellos. ¿Con Miguel Hernández esto es posible?

Estas manipulaciones carecen de interés por su nulo rigor. Pero, justo después de la guerra y hasta los años sesenta, los sectores más cultos del falangismo hicieron intentos serios de reapropiación de algunos literatos republicanos, publicando estudios sobre poetas como Machado o los mismos Lorca y Hernández, donde intentaban integrarlos en la cultura del régimen.

¿También con Hernández, que fue un comunista declarado?

Miguel Hernández evoluciona con una rapidez que deslumbra. En solo once años, porque su trayectoria es corta -no olvidemos que muere a los 31-, pasa de un catolicismo tradicionalista a afiliarse al partido comunista durante la guerra. ¿Dónde habría acabado? No lo sabremos nunca, pero leyéndole comprobamos que allá donde está siempre aporta. Y que la calidad de su obra es ascendente, hasta el punto de que sus mejores poemas los escribe en las prisiones poco antes de su fallecimiento.

No puedo acabar la entrevista sin preguntarle por la demanda que sufrió por parte de uno de los hijos de Antonio Luis Baena Tocón, secretario del Juzgado Militar de Prensa con el objetivo de impedir que su nombre apareciera en los estudios históricos.

Las demandas están en tres juzgados y pendientes de sentencias definitivas. Un juzgado de Alicante dio la razón a la Universidad de Alicante por mantener el nombre del secretario, pero el demandante recurrió ante el TSJCV. Hay otra demanda en la Audiencia Nacional contra Google y la Agencia Española de Protección de Datos por el mismo motivo y, finalmente, una tercera en Cádiz que incluye a 107 demandados. En total, el hijo del alférez pide once millones y medio de euros por vulneración del derecho al honor de su padre.

¿Son peligrosas estas demandas para garantizar una investigación histórica rigurosa?

Todavía se plantean en España a pesar de la reiterada jurisprudencia que nos ampara en nuestro derecho a la libertad de expresión, reforzada cuando se trata de trabajos académicos. La circunstancia es molesta y hasta desagradable, pero tengo una confianza absoluta en esa jurisprudencia y en el criterio de los jueces. Mientras tanto, solo cabe seguir trabajando con el mayor rigor posible para conocer nuestro pasado.

Su caso quizás fue más mediático por la decisión, en primera instancia, de la Universitat d'Alacant, de acatar la petición y borrar el nombre de Baena Tocón del estudio colgado en su web.

Aquello solo fue un error de dos personas concretas y pronto quedó debidamente subsanado. La Universitat d'Alacant respeta y promueve la investigación histórica, como demuestra la publicación de este libro en colaboración con el Ministerio de Defensa.

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