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Mano dura en Madrid contra las agresiones a los médicos

Insultar o golpear a un doctor está penado con hasta cinco años de cárcel

VANESSA PI

Ser médico es, cada vez más, una profesión de riesgo.  Hasta el punto de que la Fiscalía de Madrid y el Colegio de Médicos de esta comunidad firmaron ayer un protocolo de actuación contra los agresores de los médicos que trabajen en la sanidad pública madrileña. A partir de ahora, el Colegio de Médicos recogerá todas las denuncias y las enviará a la Fiscalía, que las valorará, las remitirá a los juzgados de instrucción y hará el seguimiento correspondiente. Se abreviarán los trámites y los fiscales estarán más implicados.

'Hasta ahora, las agresiones verbales ni llegaban a la Fiscalía”, explicó Cristian Zarco, abogado del Colegio de Médicos de Madrid. El objetivo del protocolo es “proteger a los médicos y el prestigio de su profesión y contribuir a que disminuyan las agresiones”, resumió el Fiscal Jefe de Madrid, Manuel Moix.

Aunque el dato no es muy conocido, las agresiones a los médicos se pagan caras: las penas pueden alcanzar los cinco años de prisión. Pero muchos doctores agredidos temen comentarlo con sus compañeros, con lo que, lógicamente, aún menos se atreven a denunciar su situación. “El médico tendrá más seguridad, hablará más de lo que le pasa”, explicó la presidenta del Colegio de Médicos de Madrid, Juliana Fariña, que equiparó la situación que vive el colectivo al que representa con la lacra de la violencia machista.

La mayoría de agresiones no se denuncian. En los últimos cuatro años, en la Comunidad de Madrid se han registrado unas 1.700, pero la cifra de expedientes abiertos es muy inferior. En 2003, se abrieron cuatro expedientes por agresión a un médico. El año pasado, fueron 80. El espectacular incremento de amenazas, insultos, golpes e incluso navajazos a los médicos en Madrid se puede extrapolar al resto del Estado, aunque no existen recuentos globales.

Las agresiones afectan sobre todo a los médicos de familia y a los de urgencias. “Es donde el paciente acude con más tensión”, explica Antonio Hidalgo, del grupo de trabajo de medicina legal de la Sociedad Española de Medicina de Familia (Semergen). “No puede ser que el médico vaya a trabajar con miedo, cuando es un profesional al servicio del ciudadano”, reivindica.

Hidalgo recuerda que, según la OMS, uno de cada cuatro incidentes violentos en el trabajo se producen en la sanidad, y que casi la mitad de éstos se dan en Urgencias. Las agresiones más frecuentes son las verbales, aunque “hay tendencia a destrozar la consulta o lesionar al médico porque no se receta lo que se le pide o no se le da la baja”, ejemplifica Hidalgo.

Hasta ahora sólo el País Vasco contaba con un protocolo similar, pero el madrileño es el más avanzado, destacaron sus impulsores. Diversos colegios médicos han elaborado guías de actuación para combatir las agresiones. Preocupada por el tema, la Organización Médica Colegial destaca que hace unos días la Audiencia Provincial de Zamora dictaminó que las agresiones sean enjuiciadas como delito de atentado a la autoridad y no como faltas, que se pagan con multas.

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