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Amigo del presidente y de los sindicatos

Este ugetista acudió a la manifestación del 29-S para apoyar a los sindicatos

BELÉN CARREÑO

 

'Con este hombre nada es lo que parece'. Los que conocen de hace tiempo a Valeriano Gómez (Arroyo del Ojanco, Jaén, 1957) aseguran que tiene una personalidad compleja pero brillante. Patronal, sindicatos y políticos coincidieron ayer en alabar la extensa experiencia de este ugetista y de la importante contribución que puede hacer desde la cartera del Ministerio de Trabajo.

El propio Gómez declaró ayer a RNE que espera aportar su 'grano de arena en la solución de la crisis y en la búsqueda de soluciones al alto nivel de desempleo'. Su aportación ya es palpable en la reforma laboral, ya que el presidente del Gobierno aseguró ayer que este economista ha estado colaborando en los últimos meses con las políticas del Gobierno desde el gabinete que lo asesora en la sede del PSOE. Según Zapatero, Gómez, al que fuentes sindicales señalan como 'amigo personal del presidente', es uno de los expertos 'que más papeles' le ha pasado sobre la reforma laboral.

A tenor de estas palabras, su participación en la manifestación que cerró la huelga general del 29 de septiembre parece una contradicción, pero Gómez justificó estar allí no tanto por su rechazo a la reforma laboral como para apoyar a los sindicatos a los que veía cuestionados mediáticamente.

En cualquier caso, queda claro que Gómez ha dejado su impronta en las últimas políticas laborales, como había ocurrido en su anterior etapa en Trabajo. En noviembre de 2006 pactó su dimisión como secretario general de Empleo con el entonces ministro, Jesús Caldera, aduciendo 'razones personales', y se rumoreó que el estrés al que estuvo sometido al mediar en la reforma laboral de aquel año, que sí acabó en pacto, le había supuesto un gran desgaste físico.

El hecho de que ahora acepte un cargo sobre el que se ejerce una presión aún mayor, en un momento de desentendimiento entre el Gobierno y los agentes sociales, ha hecho resurgir la idea de que la principal razón de su marcha fueron las desavenencias con Caldera. Los escasos dos años que Gómez estuvo a sus órdenes estuvieron salpicados por estos rumores, y se aseguró que había presentado su dimisión en enero de 2005.

En los últimos años, Gómez ha sido consejero del Consejo Económico y Social (CES) en representación de UGT y presidente de la comisión financiera de la Fundación Ortega y Gasset.En 1994, este economista demostró su resistencia al estrés al ser nombrado por el Gobierno gestor único de PSV, la frustrada cooperativa de viviendas de UGT para su liquidación.

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