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Rajoy exhibe sus prisas: "España tiene sed de urnas"

El líder del PP asegura que «lo único que esperan los españoles» es que Zapatero 'anuncie la fecha de las elecciones'. Define al partido como 'reformista' sin precisar propuestas concretas

M. J. GÜEMES / Y. GONZÁLEZ

'Hay algo que quiero dejar muy claro: el Partido Popular es el gran partido reformista de España. Vosotros lo sabéis muy bien: la reforma ha sido nuestra seña de identidad en el Gobierno. Reformas para el empleo, para la prosperidad, para la libertad'. Crecido, arropado por los suyos y optimista, Mariano Rajoy clausuró la convención nacional de los conservadores en Sevilla con un discurso de candidato a la presidencia del Gobierno incompleto porque, una vez más, huyó de concretar sus alternativas. Y dejó entrever su ansiedad por llegar a la Moncloa: 'España tiene sed de urnas'.

Fue su manera de exigir por enésima vez un adelanto electoral. Algo que, desde el debate del estado de la nación, pide con insistencia. Un deseo que extrapoló al resto de los españoles, que 'lo único que esperan' de Zapatero es 'que anuncie la fecha de las elecciones'.

No explicará su alternativa hasta poco antes de las elecciones

El jefe del principal partido de la oposición aseguró que la situación es 'muy difícil' y que los españoles tienen 'prisa por apuntalar su esperanza y dotarla de un contenido fiable'. 'España quiere un cambio, abrir una nueva etapa, que se acaben las palabras floridas, los anuncios que no se cumplen, el retraso interminable de las soluciones, de los resultado, de la cosecha que nunca llega', afirmó ante sus cargos en lo que pretendía ser un acto apoteósico como impulso para llegar a la Moncloa. A su juicio, se debe dejar atrás 'la división, la fractura social, el debilitamiento de la nación y el deterioro de los valores básicos'.

Por eso, aprovechó para pedir a los ciudadanos que confíen en su proyecto. Ya advirtió de que, si se hace con las riendas del Gobierno, la tarea que tiene no es fácil. 'Nosotros estamos preparados y no la vamos a rehuir', indicó.

Rajoy no sólo se ve ya en el poder sino que además cuenta que será como mínimo para dos legislaturas. En su entorno aseguran que el líder de la oposición habla de al menos cinco años para poner en marcha su programa. Un período que considera será muy complicado porque, junto a la 'mala' herencia que espera recibir del socialismo, se encontrará de frente con los sindicatos y otros sectores sociales que han sido más 'tibios' con José Luis Rodríguez Zapatero.

Cree que va a poder gobernar, al menos, dos legislaturas

Si hasta la fecha el PP se había autoproclamado el partido de los trabajadores y de los más débiles, Rajoy se erigió ayer en adalid del reformismo. Dos días antes, José María Aznar le había marcado el camino. 'España necesita un presidente reformista, no un transformista de la política', dijo apuntando hacia su sucesor.

El líder conservador tomó el testigo, pero sin una sola propuesta. A lo máximo que llegó fue a decir que 'el Parlamento, el Tribunal Constitucional, el modelo judicial y el funcionamiento de nuestras administraciones públicas' requieren de 'reformas profundas'. Un discurso que estuvo plagado de obviedades.

Por contra, sí cargo contra las reformas del Gobierno. 'Reformas que se niegan, que se retrasan, que se anuncian, que se posponen, reformas impuestas, atropelladas e improvisadas...'.

Optimistas por el momento dulce que les proporcionan las encuestas, en el PP pocos se atreven a cuestionar la estrategia de Rajoy. A la derecha no le interesa de momento mostrar sus cartas. No quieren que se analicen y cuestionen sus iniciativas a más de un año para las generales. Será poco antes de que estas se convoquen cuando las presenten, señalan fuentes del partido.

Con una intervención orientada a la caza de nuevos votantes, Rajoy sostuvo que su formación quiere una España 'sin discordias'. El presidente del PP, que durante la legislatura pasada crispó el ambiente con temas como el 11-M, la política antiterrorista o el Estatut de Catalunya, acusó al Ejecutivo de 'inventarse' una excusa cada trimestre para 'dividir' a la sociedad. 'No es posible forjar una voluntad nacional fragmentando a los españoles por regiones, sexos, clases o ideologías. No es posible y no queremos hacerlo', sostuvo.

Rajoy sostuvo que su formación quiere una España 'sin discordias'

Rajoy lanzaba estas palabras un día después de que el portavoz del partido en Bruselas y miembro del comité de dirección, Jaime Mayor Oreja, acusara a los socialistas de 'abrazar la cultura de la muerte'. En cualquier caso, con él al frente del sillón gubernamental, no se enterrarán estas polémicas. Ellos mismos se han encargado de abrir nuevos frentes y, en el supuesto de gobernar, prometen dar la batalla por modificar la Ley del Aborto y revisar la legislación sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Pese a este panorama, Rajoy abrió las puertas de su partido a quienes estén dispuestos a trabajar 'por la concordia y el bienestar'. 'Cuando se trata de España no hay bandos', justificó.

En clave interna, y con la mayor parte de los líos cerrados, arrancó su intervención agradeciendo su apoyo a los suyos. 'Sé que estoy aquí porque vosotros habéis querido y porque me habéis ayudado siempre', dijo, prometiendo 'estar a la altura'.

A finales del año pasado, Mariano Rajoy se veía ganador en 2012 y le daba igual medirse a “Zapatero, ‘Pepiño’, Rubalcaba o la Chacón”.  En una conversación con periodistas el sábado por la noche, el líder del Partido Popular se mostró convencido de que será el vicepresidente primero y ministro del Interior. Ese hecho sólo podría verse alterado, según él, “si sigue la campaña de humillación contra Zapatero. Puede que se lo replantee”. 

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