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Un episodio nacional

La intervención de Emilio Botín sitúa en primera línea el debate sucesorio del PSOE

ERNESTO EKAIZER

José Luis Rodríguez Zapatero lo ha conseguido: el debate sobre la sucesión y los tiempos ya es un episodio nacional. Si hasta el pasado sábado, 26 de marzo, su gestión del problema había puesto a los dirigentes del PSOE al borde del ataque de nervios, la intervención de Emilio Botín, presidente del Santander, de meterse en la cocina socialista y proponer al presidente que aplace sus decisiones personales hasta 2012, generaliza la discusión.

El jefe del Ejecutivo ha preparado, de hecho, un escenario estupendo, el más espectacular que se hubiera podido imaginar para el discurso de Botín: la reunión de los grandes empresarios en el palacio de la Moncloa.

¿Y si Zapatero dijo a Botín que expresara su opinión para alejar fantasmas?

Zapatero ha dicho recientemente que el anuncio sobre su decisión lo hará cuando mejor convenga a España y al Partido Socialista. Botín le ha tomado la palabra y se ha sentido tan legitimado a pedirle al presidente que se olvide del asunto como los barones regionales, que día sí, día no, le han pedido públicamente que anuncie su decisión (de no presentarse, claro) antes de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo.

Si Goldman Sachs es capaz de nombrar secretarios de Estado en las administraciones de Bill Clinton para desregular y echar así la pólvora de la crisis y George W. Bush para 'resolver' esa misma crisis con dinero de los contribuyentes, ¿por qué Botín no va a poder dar su opinión en público siendo que en privado ya se la ha dado al presidente del Gobierno? Y si, ante esa opinión, ¿el jefe del Ejecutivo le sugirió que la expresara en voz alta con la idea de alejar tajantemente el fantasma de contagio, tras la caída del Gobierno socialista de José Sócrates en Portugal y su eventual rescate financiero?

El PP cree que es necesario un ataque en el frente del relevo del presidente

Botín podía haberse limitado a sugerir que se agoten los cuatro años de la legislatura y que Zapatero continúe con sus reformas, ideas ambas que van en contra del PP y de su líder, Mariano Rajoy.

Pero la estabilidad política no sólo depende de la estabilidad parlamentaria, que de momento no corre peligro, sino, teóricamente, también de otros factores. Como los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. O la decisión de Zapatero de no ser candidato del PSOE y abrir el melón de su sucesión precisamente ahora. Botín no descarta otra marejada en los mercados y cree que la estima que se ha ganado a pulso el presidente con su demostrada falta de complejos a la hora de abrazar el recetario neoliberal no debe ser desperdiciada. Por eso ha incluido en su defensa de la estabilidad la propuesta de que el líder de los socialistas se olvide de la sucesión hasta 2012, una idea imposible.

Pero no sólo se trata de la irrupción en el debate de Botín o del president de la Generalitat, Artur Mas. El PP sigue con la idea de que es necesario un ataque de artillería en otros frentes, más allá del que constituye el principal de la crisis económica. Y, junto con los medios de comunicación que también le quieren abrir el paso al Gobierno, golpea sin piedad al sucesor y candidato in péctore (el menos in péctore de la historia, ya que es de todos conocido), Alfredo Pérez Rubalcaba.

Cinco jueces tienen en sus manos desinflar o ampliar el caso Faisán'

Este ataque nada tiene de casual. A estas horas, cinco magistrados de la Audiencia Nacional los tres que firmarán el auto y los dos que forman parte de la Sala de lo Penal debaten un recurso en el caso Faisán que puede desinflarse en la eventualidad de que se rechace la calificación del delito como colaboración con banda armada o ampliarse notablemente si se confirma el delito con procesamientos que se volverían contra el vicepresidente primero y ministro del Interior. Es decir, Rubalcaba.

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