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Los votantes de ida y vuelta que castigaron al PSOE

Electorado. Los expertos explican la elasticidad del voto a los socialistas y la solidez del apoyo al PP

CAROLINA MARTÍN

Desde que las urnas se abrieron el pasado 20-N, dos cifras resuenan en el PSOE. Los cuatro millones y medio de votos que perdieron los socialistas y el medio millón que ganó el PP. En este dato se apoyó Alfredo Pérez Rubalcaba para enfocar el futuro del partido. 'El PP no ha movido sustancialmente su techo electoral', remarcó en el Comité Federal del 26 de noviembre, antes de señalar que, a pesar del potente suelo de los conservadores, el PSOE puede ganar las elecciones si recupera los votos que se han dispersado entre otras opciones.

El PP 'tiene prácticamente seguros 10 millones de votos' antes de que se abran las urnas, afirma el profesor de Sociología de la UNED Juan Jesús González. En torno a esta formación orbita la derecha. El espacio electoral del PSOE, sin embargo, se estira y se contrae convocatoria tras convocatoria. Los ciudadanos que ideológicamente se sitúan en el centro-izquierda gravitan a su alrededor, pero tienen más opciones políticas entre las que elegir.

La fidelidad declarada al PSOE cayó del 67,4% en 2008 al 44,5% en noviembre, según el CIS

La fidelidad al PSOE es variable. Según la encuesta preelectoral del CIS de principios de noviembre, sólo un 44,5% de los ciudadanos que habían votado al PSOE declaraban que iban a votar al partido de nuevo en 2011 (con simpatía subía hasta el 56,7%), 22,9 puntos menos que en 2008. La de los conservadores rozaba el 90% en 2011.

Estas elecciones, explica González, vuelven a poner en evidencia 'la solidez del voto del PP y la elasticidad del voto socialista'. Un análisis que comparten los expertos consultados por Público. El umbral máximo de los conservadores roza los 11 millones (aunque no lo supera) y el mínimo los diez millones. El PSOE, sin embargo, oscila en un intervalo mucho más amplio. Después de los últimos comicios, los socialistas se mueven entre un techo de 11,3 millones de papeletas logrado en 2008 y un suelo de siete millones el 20-N. Su peor resultado.

Los expertos difieren sobre quién se ha beneficiado más, el PP o las otras formaciones

La politóloga y colaboradora de la Fundación Alternativas Sandra León destaca que este movimiento oscilante en el PSOE es habitual. De ahí que no le cause 'excesiva sorpresa', si bien advierte dos elementos que sí le llaman la atención: por qué ha sido tan grande el castigo electoral a los socialistas y el supuesto techo que se ha descubierto al PP. Esa barrera de los 11 millones de votantes. En su opinión, la mejora de medio millón de votos de los conservadores es pequeña, teniendo en cuenta 'la erosión del partido de Gobierno y dada la capacidad de movilizar al electorado' que tiene la formación.

Para el asesor electoral del PSOE Ignacio Varela, 'el único cambio electoral de fondo que ha habido estas elecciones es la centrifugación del voto socialista. La mayor parte ha ido a parar, claramente, a los partidos pequeños y medianos; otra parte sustancial se ha ido al PP; y una tercera a la abstención, que ha sido menor que en otras ocasiones en las que ha perdido votos el PSOE' , resalta. Como ejemplo, las elecciones de 2000, cuando el PP logró su primera mayoría absoluta con el 44,5% de los votos (una décima menos que en 2011). González corrobora esta diferencia. Hace 11 años, casi dos millones de votantes socialistas se quedaron en casa.

Entre los 4,3 millones de votantes que ha perdido el PSOE respecto a 2008, señalan los politólogos, hay mucho ciudadano molesto con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que ha confiado su voto a otro partido. En general, los expertos consultados se muestran cautos a la hora de señalar el camino que siguieron las papeletas de exvotantes del PSOE el 20-N. Las estimaciones se están haciendo con datos de sondeos preelectorales salvo excepciones como las de Euskadi, de ahí la cautela y la diferencia entre los expertos. 'No podemos hablar de transferencia con precisión porque en esas encuestas el porcentaje de indecisos es bastante alto', apunta León.

La transferencia de votos del PSOE al PP se estima entre un millón y millón y medio

Grosso modo, González hace tres particiones. 'El tercio más importante se ha ido a la derecha, a UPyD y al PP'. La cuestión, añade el profesor, es si el voto a la formación que lidera Rosa Díez es 'de paso al partido de Gobierno o no'. Otro tercio que se corresponde con la confianza prestada a Zapatero en 2008 y que pierde en 2011 buscó otras opciones a la izquierda; y el último se quedó en casa.

Para el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Joan Font, 'el PP es el partido que más ha capitalizado' la fuga de votos de los socialistas. 'Creo que se está subestimando la transferencia directa del PSOE al PP. Esta ha sido principal'. Pallarés, sin embargo, antepone la desmovilización al paso de votantes del PSOE al PP. El catedrático se inclina por una transferencia entre ambas formaciones de alrededor del 8%. 'En el clima depresivo provocado por la crisis económica, el PP puede haber absorbido algo de abstención, ya que no había planteado ninguna alternativa ilusionante'.

Según los datos de la encuesta preelectoral del CIS, publicada a principios de noviembre, un 13,4% de los consultados que en 2008 votaron al PSOE afirmaban que votarían al PP (los indecisos ascendían al 17%).

Los expertos señalan diferentes razones por las que los conservadores no han roto su techo de votantes. Mientras León señala la pérdida de votos del PP a favor de UPyD uno de cada tres, estima, Pallarés resalta 'la falta de alternativa' del PP y la desmotivación que pudo generar en un segmento de sus potenciales electores.

Varela remarca dos factores que han dificultado que exvotantes del PSOE se pasasen directamente al PP. De una parte, porque 'no se ha producido una derechización de la sociedad española, que es predominantemente progresista o de centro-izquierda'. Y de otra, que el PP ha conseguido hacerse con un espacio muy sólido, 'pero también muy rígido'. Los conservadores aglutinan a toda la derecha, explica el asesor, 'incluida la extrema derecha que en otros países europeos tiene sus propios partidos'. Esto tiene un efecto disuasorio entre los votantes del PP más moderados.

Por contra, Font argumenta que la 'resistencia a votar al PP era más alta hace unos años' y señala lo relativo que son los techos. 'No me parece imposible que sume más. Las coaliciones de votantes cuesta cambiarlas a corto plazo, pero se recomponen a medio y largo plazo'.

Con la vista puesta en el futuro, y atendiendo a los apoyos que han sumado todas las fuerzas políticas tras la dispersión del voto socialista, cabe preguntarse si esta situación es coyuntural. La mayoría de los expertos coinciden en calificar de novedoso el escenario que se ha abierto tras la crisis. 'Hemos pasado de un bipartisimo absoluto a otro en el que la representación de otros partidos ha alcanzado niveles que no existían desde finales de los setenta', explica León, que se pregunta si conseguirán fidelizar al nuevo electorado.

Pallarés sostiene que nos dirigimos hacia 'un escenario de creciente volatilidad que dependerá en buena medida de factores coyunturales' en un marco internacional y nacional más vulnerable de lo que habíamos conocido. Así, prevé bandazos más importantes que los vistos hasta ahora. Con la premisa de que estas son las primeras elecciones que clarísimamente 'se han decidido por la economía', Varela apunta hacia las próximas europeas de 2014 como determinantes para Europa y para España.

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