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Menos de todo para hacer lo mismo

Las áreas sociales pasarán a ser secundarias y el tijeretazo volverá a sacar a la calle a médicos y docentes

Hay menos ministros para hacer lo mismo', respondió el viernes pasado la portavoz del nuevo Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando un periodista le preguntó si el hecho de que determinadas áreas sociales hayan dejado de tener Secretaría de Estado en el Gobierno significa que, en tiempos de crisis económica, cambian las prioridades. 'En absoluto', contestó Sáenz de Santamaría. Ahora hay que hacer lo mismo, pero con menos.

No habrá Secretaría de Estado de Inmigración, ni de Cooperación al Desarrollo. La de Igualdad queda de segundo plato de la de Servicios Sociales, que a su vez tiene que gestionar la Ley de Dependencia (que para el Ejecutivo tampoco es viable) y el hecho de que la tasa de pobreza esté en un 20%. Total, qué más da, si son áreas secundarias.

Tampoco pasa nada si el presupuesto de 2012 se deja en cero euros para Cooperación al Desarrollo (como ha hecho Castilla-La Mancha) - porque quién va a pensar en la hambruna con lo mal que lo estamos pasando aquí- o si se cobra un euro por receta médica (como ha propuesto el Govern catalán), porque así frenamos a esos maquiavélicos jubilados que no hacen más que abusar del sistema.

Menos ministros, menos Secretarías de Estado, menos dinero, menos médicos, menos profesores, menos trabajadores sociales, menos centros para las maltratadas. Menos de todo porque, total, ¿qué importa? Los que se queden, ¡afortunados con trabajo, no os quejéis! podrán con todo.

El escritor y columnista Isaac Rosa lo plasmó en su última novela, La mano invisible, donde a una serie de empleados se les va subiendo poco a poco la dosis de trabajo, a ver cuánto resisten. Un argumento literario que en 2012 será de todo menos ciencia-ficción.

Y que a nadie se le ocurra protestar porque, como bien sabemos, a los profesores de la marea verde de Madrid sólo les mueven intereses políticos y son unos vagos que salen a la calle porque no quieren trabajar dos horas más. No hay que ser vidente para augurar que ellos y los médicos catalanes saldrán de nuevo en 2012 a manifestarse en contra de los recortes que están implantando las autonomías. Otra certeza: seguro que se les unen muchos trabajadores más del área social.

Pero los económicos no serán los únicos tijeretazos del año que viene. También estarán los ideológicos. La guillotina amenaza varios logros sociales: la nueva Ley del Aborto, la que permite el matrimonio homosexual o la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Pero tranquilos, que no todo va a ser malo. Si nos ponemos, habrá modificación de la Ley Antitabaco y podremos volver a echar un cigarrillo dentro de los bares y a las puertas de los hospitales. Porque para pararse a pensar en cómo nos cargamos todo esto sí que hay tiempo y dinero, que las reformas no salen gratis. Esto sí que son prioridades.

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