“Que nadie espere de mí chascarrillos, ni tonterías ni insultos”. Lo dijo ayer el ex presidente del Gobierno, José María Aznar en un mitin del PP en la localidad madrileña de Valdemoro.  Y lo dijo en el mismo escenario donde acusó de nuevo a Zapatero de seguir negociando con ETA.  “Uno puede equivocarse, y nosotros también nos hemos equivocado.

Pero otra cosa es engañar conscientemente a la gente. Se ha mentido, el Gobierno lleva negociando desde 2002 y seguirá si no lo impedimos”, clamó después de que un grupo de mariachis entusiasmara al público dedicando a Aznar el corrido Pero sigo siendo el rey.

'En estos años de rencor –se lamentó un Aznar solemne– si alguien ha tenido que pasar todas las descalificaciones e insultos del mundo, ese he sido yo, pero no voy a pasar factura a nadie. No me interesa”.

Desde su salida del Gobierno, Aznar se ha caracterizado por desprestigiar la política española en el extranjero aprovechando su presencia en foros internacionales y el trampolín que le facilita su pertenencia como consejero a News Corporation, el grupo empresarial del magnate australiano de la prensa amarilla, Rupert Murdoch.

Ayer, y tras asegurar que carece de “ambición personal”, Aznar no sólo atacó a Zapatero con el terrorismo sino también con una de sus avisos clásicos: lo “malo” que sería para España una “coalición renovada de socialistas, comunistas y separatistas”. Frente a las propuestas de autodeterminación y secesión, “la respuesta no puede ser más cesión, sino más unión”, proclamó.

El ex presidente dijo no entender que Zapatero tenga como “aliados principales” a los independentistas y secesionistas. “Lo menos que se le puede pedir al jefe del Ejecutivo es que “crea en España”, espetó.

Por el contrario, afirmó, el PP ha abogado por fortalecer la nación española, que es una y “no diecisiete”, con políticas como la educativa, donde “la lengua en la que nos entendemos todos la aprendan todos los niños en cualquier rincón” del país”.