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Chaves prefiere una sucesora

OLIVIA CARBALLAR

Quién le iba a decir a Javier Arenas que la mejor noticia en 25 años –a tenor de su insistencia en que el PSOE lleva demasiado tiempo en el poder– se la iba a dar el propio Chaves. El presidente andaluz y candidato socialista a la Junta por sexta vez consecutiva se mostró ayer partidario de que su sucesor en el cargo sea una mujer porque “ha llegado el momento”. Lo avisó hace ahora cuatro años, también en la campaña de las autonómicas: “Estaré en condiciones de responder [si esas elecciones serían las últimas como candidato] en 2008; ahora me encuentro bien, fuerte, joven y con ideas para renovar horizontes en Andalucía”.

Ya es 2008. Pero sigue sin responder. Porque el quién y el cuándo lo dejó para los aficionados a hacer quinielas, que son gratis y entretienen. “Esto es muy importante para la igualdad. Y esta igualdad hay que garantizarla y trabajarla de forma global: en la política, en el trabajo, en la familia. La igualdad no se puede parcelar en un tema como éste”, dijo Chaves en una entrevista en la Cadena SER.

No es extraño este anuncio en un partido donde la mujer representa una pieza angular de su línea estratégica. Fueron los socialistas andaluces, además, quienes con el apoyo de Izquierda Unida y Partido Andalucista, modificaron la Ley Electoral para avanzar en la paridad política con las denominadas listas cremallera (hombre-mujer). El PP andaluz no sólo se opuso, sino que mantiene un recurso en el Constitucional pese al aval del Alto Tribunal a la Ley de Igualdad aprobada por el Gobierno de Zapatero.

En este caso, sea mujer o no, la hipotética jubilación de Chaves supone un alivio –y un subidón para continuar la campaña– para el candidato del Partido Popular andaluz, que se presenta por tercera vez y nuevamente sin esperanzas de éxito, según las encuestas.

La ‘jubilación’

Y de las encuestas, a las quinielas. Primera parte: ¿Quién? El nombre femenino más veces barajado para el relevo de Manuel Chaves es la ministra más resistente de esta legislatura. Efectivamente, Magdalena Álvarez. Su paso por Fomento ha estado lleno de baches y volver a Andalucía sería una buena opción. Pero hay un problema: en el partido no vieron con buenos ojos que se negara a ser candidata a la alcaldía de Málaga. Ella, por si acaso, aprovechó ayer la presencia en un mitin para piropear a un gran amigo del presidente andaluz: “Las mujeres nunca olvidarán lo que Felipe González hizo por ellas”, dijo en su ciudad natal ante el ex jefe del Ejecutivo.

A la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, también en las quinielas, le ocurrió lo mismo que a Magdalena Álvarez pero en Córdoba. Igualmente pierde, por tanto, muchos puntos. Quien sí aceptó la candidatura a una alcaldía, y para más mérito la de Marbella, fue el ex consejero de Turismo Paulino Plata. Pero claro, no es mujer. Y puede que ayer se llevara una sorpresa. Como el resto de nombres masculinos que también han sonado para la posible sucesión. Entre ellos, el consejero de Economía, José Antonio Griñán, y el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo.

Llega ahora la segunda parte: ¿Cuándo? Pues también es una incógnita. Todo apunta –y no por la insistencia de Arenas para que el presidente abandone el poder– a que los próximos cuatro años, y haciendo caso a las encuestas, serán los últimos de Chaves al frente de la Junta.

Si es así, el presidente dejará de ser presidente en 2012 tras 22 años al mando de Andalucía y a falta de unos meses para cumplir los 67. Buena edad para muchos, excesiva para otros. En cualquier caso, su jubilación, tras la retirada del manchego José Bono y el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, cerraría el capítulo de los socialistas más resistentes.

Quinielas aparte, en el seno del partido, la supuesta marcha de Chaves se presenta más como un problema que como una oportunidad. El propio presidente dijo ayer en la entrevista que, aunque tendrá peso en la decisión, será el partido quien nombre al sucesor –o sucesora–. ¿Quién podrá garantizar el éxito actual de Chaves? Ésa es la gran duda. Las mayorías absolutas no están a la vuelta de la esquina.

Algo parecido ocurrió con José María Aznar en el PP, donde el sucesor, Mariano Rajoy, no ha sabido hasta el momento conservar el poder. Eso sí, la elección fue muy fácil. A dedo y listo.

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