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"Ha cuajado que el Govern es un desastre"

Joan Ridao. Secretario general de ERC. El portavoz de los republicanos en Madrid admite las dificultades de la izquierda y no cierra las puertas a CiU

F. CASAS / A. M . VIDAL

Ridao (Rubí, 1967) acaba de llegar de Madrid. Tras una semana ajetreada con la crisis de Gobierno y de debatir unos Presupuestos “que no plantean alternativa al directorio Sarkozy-Merkel”, toca meterse en la harina catalana. El momento no es fácil. Quizás el antiguo póster de la guerra editado por aquella ERC que lideró la Generalitat y que preside su despacho de secretario general da pistas: “La victoria exige ejército regular, disciplina y mando único”.

CiU, ICV y ERC han votado no a los Presupuestos. ¿Renuncian a influir?

El PSOE busca, como hizo el PP, estabilidad con PNV y CC en clave neoliberal y conservadora y ha optado por dejar de lado al catalanismo. Sólo giró la vista a Catalunya coincidiendo con el pacto de financiación autonómica y el de Euskadi con el PP. El PNV se subió al monte y Zapatero miró a los catalanes. Pero no, no descarto un cambio a partir del 29 de noviembre si CiU gobierna y pacta con el PSC. Si el PSC es subalterno, CiU puede reforzar este acuerdo de estabilidad.

¿Queda partido entonces?

Con vieja guardia como Jáuregui o Rubalcaba, inclinados a viejos esquemas felipistas con CiU, no descarto que este escenario se modifique. La que sí veo claramente enterrada es la agenda socialdemócrata, vistas las cuentas y la orientación del Gobierno con reforma laboral y sin reforma fiscal.

¿Nuevas caras, nuevas políticas?

No hay una lectura unívoca. Zapatero opera una remodelación para reforzar el perfil del Gobierno, su imagen y comunicación, y acabar con la mala relación con los partidos, imputable a alguna persona cesada.

'Rubalcaba garantiza relaciones más fluidas que De la Vega'

¿Habla de De la Vega?

Por ejemplo. Su relación con los grupos ha sido prácticamente inexistente, Rubalcaba y Jáuregui garantizan una relación más fluida. La actual legislatura está asfixiada por la crisis, pero hay un posible triunfo en la mano del PSOE: pacificar Euskadi.

Con Corbacho fuera ,el PSC pierde uno de sus dos ministros. ¿La influencia se mide con números?

No, pero dos menos uno es uno y el uno está al frente de un negociado sin relación con el interés específico catalán [Carme Chacón en Defensa]. El PSC ha pasado prácticamente a ser invisible. Era más visible con Felipe y debería hacerles pensar. Sus votantes también deberían reflexionar. También se ha visto con la renovación del TC en el Senado: había el compromiso de que uno de los magistrados fuera catalán y al final ha sido vasco.

Se ha extendido que la izquierda catalana debe ir a la oposición para rearmarse ideológicamente.

Aquí lo que ha pasado es que el único marco que ha sedimentado es el que nos han endosado CiU y un grupo privado de comunicación muy potente en Catalunya, que es que el Tripartito es un desastre. Y eso ha cuajado en un contexto socioeconómico fatal y de recesión. Y el primero que pone la cara es el primero que recibe la bofetada, y se han magnificado episodios y diferencias en el Govern, a pesar de que contrasta la estabilidad de este mandato con el anterior. Contra ello debemos construir relato y explicar la obra del Govern. En lo referente a ir a la oposición, no tiene por qué ser así. Somos un partido con vocación de gobierno. Otra cosa es que las encuestas digan que es difícil. Eso ha calado. Dicho todo eso, lo que me preocupa es movilizar al electorado. Dos tercios de los que dudan si volver a votarnos están en la abstención.

¿Es coherente que tras siete años de Tripartito abran la puerta a pactos con CiU? ¿Se han regenerado?

Nuestra política de pactos no la formulamos pensando en siglas. Tenemos la suerte de ser tercera fuerza en Catalunya y margen para acuerdos con el PSC, con CiU y en algún caso con ICV. Sólo somos incompatibles con el PP. Estamos en disposición de hablar con todos en función de las seis condiciones prioritarias que han decidido nuestros simpatizantes, cuadros y votantes. Si somos fuertes como en 2003 y 2006, estarán abocados a negociar, también la consulta.

'Si somos fuertes, el PSC y CiU se verán abocados a negociar la consulta'

En los noventa CiU adoptó con ERC una actitud paternalista. ¿Es la que tienen ustedes con las nuevas fuerzas independentistas?

Antes de responder eso déjeme precisar que CiU y ERC arrastran una mochila de resentimiento mutuo, consecuencia de su primera etapa en el Tripartito. En la última época de Pujol asistí a propuestas de acuerdos con CiU, pero ellos siempre prefirieron al PP. Después el hecho de que se les pudiera arrebatar de forma legítima la presidencia, pese a ganar las elecciones, les dolió. Deberíamos aparcar ese resentimiento y aspirar a relaciones cordiales y normales. Ahora bien, en esta última época quién manda en CDC ha tenido mucho interés en ir a recuperar una parte del espacio que ERC les arrebató hace unos años.

¿Pero aceptan con normalidad a Reagrupament y Solidaritat Catalana?

La gente de ERC debe tener muy claro que no es un drama ni una tragedia la aparición de otras fuerzas independentistas. Hace 30 años, con un independentismo testimonial, era normal que una opción política alzara la bandera y se hiciera con el monopolio, pero ahora es normal que no sea así: el país se ha soberanizado y es más transversal. Dicho eso, debo intentar ante las elecciones que la gente piense que la opción más útil y válida es ERC. Es la única que estará seguro en el Parlament, que tiene 200 alcaldes y 2.000 concejales y opción de Govern. Entre unos pocos diputados del Mixto y un grupo como ERC, que puede ser decisivo, hay una diferencia abismal. Y no tengo la sensación de haber actuado con desprecio ni de forma ofensiva. Somos respetuosos.

En el pasado cambiaban de líder a la vez que de estrategia. Esta vez no ha pasado tras el relevo de Carod, del que han asumido su estrategia política. ¿Entiende su disgusto por no ir en las listas?

Para nosotros siempre será un referente. Ha renovado las bases ideológicas del catalanismo, ligándolo al Estado del bienestar. Lo que pasa es que no podemos dar una expectativa concreta porque no sabemos dónde estaremos el año que viene. Pero siempre tendrá un sitio a nivel orgánico e institucional si él quiere.

Él da por descontado que no estará en el próximo Govern aunque esté ERC.

Lo único que hemos dicho es que no es lógico que alguien que lo ha sido todo en la política catalana y en ERC ahora adopte una posición subalterna yendo de número dos. Se ha operado un relevo generacional, nada dura toda la vida. Me habría gustado que lo aceptara como normal, porque esto forma parte de la vida.

¿Le entiende humanamente?

No. No entiendo que se quiera distanciar del partido que para él lo es todo, un partido que le ha dado tanto. Puedo entender que no quiera tener un papel protagonista en una campaña donde él no lo será pero no que se distancie porque hay que estar a las verdes y a las maduras.  

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